Luces del pensamiento económico de Fidel Castro

La Habana (Prensa Latina) Los análisis de Fidel Castro sobre las relaciones económicas internacionales abordan desafíos cruciales, al advertir con probada lucidez intelectual que por primera vez en la historia humana, nuestra especie corre un riesgo real de extinción.

  • agosto 8, 2024

Por María Julia Mayoral

Redacción de Economía

No es solo la destrucción del medio natural de vida, las amenazas provienen al unísono de “graves riesgos políticos, armas cada vez más sofisticadas de destrucción y exterminio masivo y doctrinas extremistas que podrían apoyarse en mortales y aniquiladoras fuerzas”, reiteró el estadista el 14 de febrero de 2003, en el V Encuentro sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, celebrado en La Habana.

A lo largo de su vida, el líder histórico de la Revolución cubana (13 de agosto de 1926-25 de noviembre de 2016) intervino con sus argumentos “frente a una realidad que conserva, y en algunos aspectos supera, la rapacidad e inhumanidad que pudo palpar durante más de cinco décadas como estudioso, y aún más, como actor político de primera fila”, apreció el doctor en Ciencias Osvaldo Martínez.

Desde su discurso político, analizó con rigor científico la evolución de los complejos fenómenos de la economía internacional y demostró un alto conocimiento, movilizador para la lucha revolucionaria y antiimperialista, sustentó el experto en un estudio presentado en esta capital por el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).

Según apuntó, “Fidel Castro no fue un economista ni un sociólogo, ni tampoco un científico en el sentido académico. Su terreno fue el de la ciencia y el arte de la política, el terreno más complicado, movedizo y desconcertante de todos los terrenos”.

Acercarse al ideario de este marxista latinoamericano “no es tema de historia antigua”, su pensamiento es ahora tan necesario como siempre o quizás más, cuando la economía mundial sigue siendo depredadora, el neoliberalismo avanza y la destrucción del planeta prosigue, avalaron académicos de esta nación caribeña por la vía de la investigación.

Bajo el título “El pensamiento económico de Fidel Castro en las relaciones económicas internacionales”, un grupo de especialistas y colaboradores del CIEM ofrecieron una valiosa aproximación al tema, que podría servir de motivación para futuras indagaciones.

Publicado por la Editorial Academia en 2018, el texto tiene el valor de recopilar, ordenar y establecer relaciones entre el pensamiento del líder antiimperialista y el contexto en que fue enunciado, los desarrollos posteriores en varios campos específicos y la vigencia de su ideario.

Insaciable estudioso, logró comprender y argumentar que el orden económico internacional funciona “como un perverso mecanismo bloqueador del desarrollo, reproductor de la pobreza y extractor de los indispensables recursos financieros”, explicó Martínez en el prólogo del libro.

Es una madeja complicada de entender, en la que se mezclan los términos de intercambio desfavorables, los créditos onerosos, el proteccionismo, el endeudamiento y las inversiones expoliadoras de empresas transnacionales.

Asimismo, las manipulaciones cambiarias, la voracidad del agronegocio transnacional, la destrucción del medio ambiente y otros disímiles problemas en el planeta, con trasfondos de pobreza, enfermedad y analfabetismo.

Había que reunir un imprescindible conjunto de capacidades difíciles de encontrar en un dirigente político para abordar el reto, porque no era solo entender el fenómeno en el plano intelectual, sino de denunciarlo ante el mundo con argumentos sólidos y proponer vías de acción frente a los poderosos beneficiarios del orden económico global, advirtió el especialista, quien durante años dirigió el CIEM y la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento cubano.

Para realizar el análisis descrito, y además ser escuchado, era necesaria una autoridad moral basada en hechos y un dominio técnico de las muy complejas interrelaciones entre economía y política para exponer el pensamiento y defenderlo ante jefes de Estado, periodistas, académicos, empresarios, funcionarios internacionales, abundó.

Y también tener la capacidad para expresar su pensamiento sin convertirlo en un esquema de manual ante trabajadores, religiosos, indígenas, movimientos sociales o gente de pueblo.

“Para lograr esa articulación entre lo complejo teórico y su enunciado político digerible y movilizador, sin perder su rigor técnico esencial, el Comandante Fidel Castro poseía una vasta cultura -tal vez lo más cercano a una cultura enciclopédica en el puente entre los siglos XX y XXI-, y una muy extensa experiencia en la comunicación oral y escrita de sus ideas y el debate directo ante muy diversos auditorios”, evaluó Martínez.

A juicio del analista, en las dos últimas décadas del siglo XX y en la primera del siglo XXI, era muy difícil encontrar Jefes de Estado con su dominio de estos temas, e incluso, no pocos académicos -expertos en la teoría, pero carentes de experiencias en el manejo político de gobierno-, quedaban sin palabras ante sus preguntas y argumentos.

No es difícil advertir, comentó, que para Fidel Castro el estudio de las relaciones económicas internacionales tuvo varios objetivos, entre ellos, el conocimiento del escenario económico en que Cuba libraba su tenaz batalla por abrirse paso y la utilización de las principales contradicciones reveladoras de la naturaleza rapaz y generadora de antidesarrollo del capitalismo globalizado neoliberal.

Del mismo modo, empleó sus conocimientos para formular propuestas de lucha, que podrían desplegar los gobiernos interesados y los movimientos sociales compuestos por fuerzas muy heterogéneas.

En los exámenes del dignatario aparecen cuestiones relevantes como el funcionamiento de las bolsas de valores, los fondos de cobertura, las técnicas y trampas de la especulación financiera, la manipulación de las tasas de cambio, los entresijos del funcionamiento del Fondo Monetario Internacional, del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos, y la actuación de la economía norteamericana como un extractor de capitales procedentes del resto del mundo.

Profundizó también en los asuntos relativos a la integración, el armamentismo y la destrucción medioambiental, y sometió a aguda crítica el discurso del libre comercio como el único camino posible para el desarrollo.

Dos escenarios creados por él: los eventos de Globalización y Problemas del Desarrollo, y los Encuentros Hemisféricos de Lucha contra el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas, propuesta por Washington), contaron con su participación personal y propiciaron en La Habana debates abiertos a todas las corrientes de pensamiento, sin cortapisa alguna.

En 2006 tuvo lugar la salida de Fidel de sus responsabilidades como gobernante por razones de salud, pero no cesó de trabajar: acudió a las Reflexiones, publicadas en forma de breves notas de prensa, para abordar un sinnúmero de asuntos de relevancia internacional.

Para estudiosos como Osvaldo Martínez, lo más brillante del líder cubano es la integración coherente de una gama de saberes para producir un mensaje a la vez culto y asimilable hasta por los iletrados.

Sus planteos sobre economía mundial, ejemplificó, “son notables por sí mismos, pero lo cautivante es la refinada alquimia oratoria que los convertía en proyectiles políticos impactantes y convincentes”.

arb/mjm