Foto: CORREO DEL ORINOCO
Un obrero fue reelecto para su tercer mandato como presidente en un país rico en recursos. A partir de ese momento, algunos personajes y organizaciones de la vida política de dentro y fuera del patio, se «desesperan» por ver las actas que confirmen el resultado dado a conocer por el Consejo Nacional Electoral
Autor: Laura Mercedes Giráldez, enviada especial | internet@granma.cu
1 de agosto de 2024
CARACAS, Venezuela.–Ser impaciente se ha vuelto tendencia. Un obrero fue reelecto para su tercer mandato como presidente en un país rico en recursos. A partir de ese momento, algunos personajes y organizaciones de la vida política de dentro y fuera del patio, se «desesperan» por ver las actas que confirmen el resultado dado a conocer por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Más de cinco millones de venezolanos votaron por el proyecto bolivariano con Nicolás Maduro a la cabeza. Y tras ser declarada la irreversibilidad de ese escrutinio, hay quienes han puesto en tela de juicio su veracidad, aun cuando Elvis Amoroso, presidente del CNE, ha explicado en varias ocasiones que el sistema electoral de este país es el más seguro del mundo.
Se trata de un sistema 100 % automatizado, que evita la suplantación de identidad y que cuenta con un alto estándar de confiabilidad y eficiencia. El software utilizado en los procesos de votación, escrutinio y totalización fue previamente auditado. En esa fase participaron técnicos representantes del excandidato presidencial Edmundo González Urrutia, el mismo que hoy lidera el supuesto descontento con la transparencia del proceso.
Las auditorías realizadas sirven para verificar que la máquina registre y cuente de forma correcta los votos.
De acuerdo con la abogada constitucionalista, experta en el ámbito electoral, Olga Álvarez, tanto el voto como el escrutinio y la totalización son electrónicos. Tras efectuar el sufragio, la máquina imprime un comprobante que se le entrega al elector para efectos de la auditoría ciudadana, la cual se hizo sobre el 54 % de las mesas.
Tal proceso se lleva a cabo dentro de las 48 y 72 horas posteriores. Como bien se cumplió.
Con el fin de ralentizar ese proceso, hubo un ataque al sistema el propio domingo, desenmascarado públicamente por el fiscal general de la República, Tarek William Saab. De igual forma, el CNE explicó que su página web fue hackeada, por lo cual no han podido publicar en ese espacio la totalización de los datos y los disgregados.
Para mayor claridad, estuvieron presentes en la jornada comicial más de 1 300 observadores internacionales de unos 107 países.
La extrema derecha nacional e internacional, al fracasar en sus intentos de vulnerar el sistema, ha centrado su discurso en exigir que sean presentadas las actas de escrutinio, a la par de que insisten en el supuesto vencimiento del lapso de publicación de los resultados.
Lo que desconocen o no quieren ver los «desesperados» que insisten en descalificar la robustez del sistema electoral venezolano, es que los tiempos legales están determinados por la Ley Orgánica de Procesos Electorales, que en su artículo 155 establece: «El CNE ordenará la publicación de los resultados electorales en la Gaceta Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, dentro de los treinta días siguientes a la proclamación de los candidatos electos».
Por otra parte, la legalidad instituye que el CNE no está obligado a publicar copias de actas de escrutinio, porque son solo comprobantes. Lo que se noticiará, explicó Olga Álvarez, es el escrutinio automatizado.
De igual forma, todo el material electoral resultante en la jornada del 28 de julio se encuentra en manos del CNE, conformando el expediente administrativo que se entrega en caso de haber impugnaciones ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Luego, para impugnar Actas de escrutinio, debe presentarse ante el TSJ la certificación de estos documentos. Entonces, ¿por qué los desesperados no van por la vía legal establecida y solo lanzan acusaciones sin validez jurídica?