SIMÓN DÍAZ


Un día como hoy, 8 de agosto, en 1928, nace en Barbacoas (Aragua, Venezuela) Simón Narciso Díaz Márquez.
Don Simón, mejor conocido como “Tío Simón”, fue un extraordinario músico, compositor, cantante, humorista y poeta que desarrolló una sobresaliente obra que lo convirtió en un ícono de la venezolanidad, destacándose como uno de los artistas más importante de la música popular venezolana.
Simón Díaz muere el 19 de febrero de 2014 en la ciudad de Caracas.
En su homenaje les presento un escrito que muestra la amistad de Simón Díaz y mi padre, el artista plástico y músico José María Giménez.

LA AMISTAD ENTRE SIMÓN DÍAZ Y JOSÉ MARÍA GIMÉNEZ

Por Freddy Jiménez

Desde mediados de los años 60, Chemaría sembró también la amistad con Simón Díaz; ya éste había cantado el bello bolero “Boconó” en uno de sus programas televisivos; pues Simón había conocido de la existencia de esa canción de Don Chema por intermedio del poeta Aquiles Nazoa.
Cada vez que Chemaría visitaba a Caracas era ocasión para un encuentro entre esos dos grandes amigos. Estas reuniones se hacían ya sea en el apartamento que Chemaría había adquirido en la urbanización Los Palos Grandes de la capital o en casa del propio Simón. Por cierto, ese apartamento en Caracas se lo había comprado Chemaría a la famosa cantante Nancy Ramos, muy conocida por su canción “La Bámbola”.
Simón, ya un reconocido hombre de la farándula venezolana, cuyas inclinaciones pictóricas empezaban a mostrarse, recibió gran apoyo en ese campo por parte Don Chema, fungiendo éste como su maestro. Simón Díaz tenía una habilidad muy especial para la realización de caricaturas, las que hacía con una rapidez asombrosa. Para aquella época el niño Antonio José, hijo de mi hermano Altidoro, le fue regalada una de esas que el maestro Simón le hizo en uno de esos encuentros y que aún la conserva.
Muchas fueron las ocasiones que Don Chema y Simón compartieron, con frecuencia cada uno tomaba una guitarra, instalaban un grabador, y compartían sus canciones, sus anécdotas, sus poesías y sus chistes, en el marco de algunos tragos.
En el año 1975, Simón Díaz junto a otros artistas de televisión visitaron la casa de mi padre en Barquisimeto. Para esa ocasión Simón tenía programada una serie de actividades que debía cumplir en la ciudad y por lo general dedicaba parte de su tiempo a visitar a su gran amigo.
Una tarde, en aquella oportunidad, se reunieron en una casa de campo que tenía Don Chema en La Piedad (Palavecino) y que utilizaba para el descanso familiar; pasaron una velada muy divertida que se extendió hasta el anochecer, pues parte de sus acompañantes eran Virgilio Galindo, el popular “Ruyío”, y Julián Pacheco, “El Galán de la Charneca”, dos excelentes humoristas para la época. Recuerdo que Don Chema y Simón se dedicaron a realizar un contrapunteo, con improvisaciones, entre ambos. Todos compartimos momentos muy gratos entre música y chistes. Muchas de esas anécdotas y chistes serían contadas posteriormente por Simón en sus programas televisivos.
Para el día siguiente, fuimos invitados por Tío Simón para que lo acompañáramos a un espectáculo y agasajo que le dedicaron al autor de “Caballo Viejo” en las instalaciones del Círculo Militar de la ciudad y allí se continuó con el ameno compartir.
Años después, Tío Simón, grabó “Ramoncito en Cimarrona”, de Chemaría Giménez, junto a la Rondalla Venezolana, en una producción que llamó Muy Venezolano, Vol. 4. obteniendo mucho éxito.
Les cuento que en una oportunidad, creo que sería a principios de los años 80, acompaño a mi papá a visitar a Don Simón en su hermosa casa. Pasamos hacia el solar de la misma, que era muy amplio, con muchos árboles frutales y retirado de la estructura de la casa. Nos estábamos tomando unos tragos y disfrutando de la alegría del momento, cuando se acerca la señora Betty, esposa del Tío Simón, traía en su mano un teléfono inalámbrico, desconocido para muchos venezolanos, y le dice a papá:
▪️Don Chema, lo está llamando su esposa Doña Carolina.
Y Don Chema con una cara de sorpresa le dice a Simón:
▪️Mirá Simón, tu no me vas a joder con ese aparato que no tiene ni cable pegado.
Don Simón se desternilló de la risa y le insistió a Don Chema que esos eran los nuevos aparatos telefónicos inalámbricos, luego de tanta insistencia contestó y con cara de asombro habló con mi mamá.
Fue muy divertido ese momento y nos reímos a carcajada limpia con lo sucedido.
Al regreso a Barquisimeto, este penco lo primero que hizo fue comprar un teléfono de ese tipo por encargo del viejo.

Imagen: Don Chema y Tío Simón. Plumilla / Carta. 2022.
Autor: Freddy Jiménez.

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