EL EDIFICIO DE WHITTIER

Miguel A. Jaimes N.
Venezuela.
Estando en momentos de odios…

        Alaska, ciudad de Whittier. Como algo sorprendente y único en todo el planeta, toda aquella población habita en un moderno edificio de catorce pisos albergando al noventa por ciento de sus habitantes; doscientos setenta y dos en total.

Es la torre Begich Towers o el edificio de Whittier: el pueblo bajo el mismo techo. Originalmente era un cuartel. Ahora está acondicionado, cuenta con oficina de correo, alcaldía, clínica y una piscina.

        A Whittier solo se llega por aire y por un túnel de un carril de dos millas a través de la montaña Maynard. Esta torre da acceso subterráneo a un segundo condominio donde viven el resto de sus habitantes.

Como dos estructuras protegidas al frío se van pareciendo a la intimidad común entre Estados Unidos de Norteamérica y la República Federativa de Brasil. Apartados del resto de América Latina hasta por su idioma, ambos se creen ungidos de voz, mando y autoridad.

        En Brasil hay grandes revolucionarios, pero la supuesta izquierda que cohabita en el Palacio de Planalto nunca ha estado cercana a otros pensamientos que no sean los de imponer dominio en toda la región. Ya comprendemos el silencio cuando destituyeron a Dilma Rousseff.

        Brasil, siempre formando parte de ambiciosos planes norteamericanos. Pero dichas estrategias comenzaron desde el asalto al Golfo de México. Y como en el resto del mundo, también en América Latina y el Caribe existe un corazón o centro, Heartland.

        El Heartland es un punto rodeado de países como un anillo. Conocidos como Tierras de Borde, el Rimland. Países que deben ser controlados, sometidos. Por algo el brasileño José Luis Fiori escribió en 1995 En busca del disenso perdido. No es más que la influencia neoliberal en las izquierdas, casos Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric, excepto Javier Miley. Son los países de las ABC.

        Las ABC; Argentina, Brasil y Chile. Para Nicholas Spykman, teórico de Estados Unidos, Todos los vecinos después del Río Bravo siempre serán para los norteamericanos solo intereses, y sus únicos líderes serán los países del ABC. Los únicos del derecho a industrializarse.

        Las ABC fueron escogidas para contrabalancear la zona inmediata a la supremacía norteamericana identificados como Los Grandes Estados de América del Sur.

Así, cuando consideran a otro país una amenaza a los intereses de EE. UU. entonces las ABC responderán de inmediato hasta llegar a respuestas militares. Su objetivo, detener la bravata intentona revolucionaria la cual se esparcirá como hongos por toda América Latina y el Caribe.

Por algo le han otorgado a Brasil el único título para ser la mayor economía de América del Sur, undécima mayor del mundo por PIB nominal, aparte de la octava mayor por Paridad del Poder Adquisitivo (PPC).

Paridad del Poder Adquisitivo, término económico que mide precios en los países del mundo. Consiste en una ley del precio único. El precio de cualquier bien debe ser el mismo en cualquier lado. Una computadora debe valer lo mismo en Venezuela y en EE. UU.

El Banco Mundial considera a Brasil una economía de renta media alta. Esto, dado en la oportunidad otorgada por su poder de industrialización con la más alta riqueza global de América Latina debido a sus altas transacciones en petróleo. Brasil siempre fue un competidor más audaz que PDVSA.

El país fundador de la ONU y miembro del G—20 es el peor en verdades ocultas. Considerado como potencia regional de amplio reconocimiento e influencia internacional, también clasificado como potencia mundial emergente, incluso como superpotencia por los apostadores de Wall Street. Pero también se manifiesta en ser el primero en desigualdades cuando se compara con cualquier país del mundo. En el año 2018 el 10% más rico recibía el 54% de la renta nacional.

Pero la economía está llena de bemoles y las inversiones de China en los recientes diez años también han favorecido a Brasil, mientras América Latina viene estancándose. La nación asiática es socia de Brasil en los BRICS y por esto no se beneficia a otra región como sí lo hacen en África.

China aumenta su influencia en el Sur Global, mientras EE. UU. se cierra. África es la protagonista y no América Latina como lo fue en el año 2000 cuando el entonces presidente Hugo Chávez abrió a Venezuela y está a Latinoamérica y al Caribe en un piso de inversiones.

Pero como si esto fuera poco, veo a Brasil luchando para que Venezuela no cumpla sus protocolos para integrarse a los BRICS. Ahora la palabra la tiene la Federación Rusa. Brasil lucha abiertamente por Colombia a quien antes del cierre del año 2024 le entregará la presidencia de la CELAC.

            Colombia y Brasil son solo eso, dos edificios, los WHITTIER de América Latina y el Caribe.

Hasta más pronto…

Miguel A. Jaimes N.
Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías — Venezuela.
venezuela01@gmail.com
https://www.geopoliticapetrolera.com
Septiembre 6 del 2024