Por: Juan Martorano |
En la edición anterior de esta columna, iniciamos una serie de consideraciones sobre Guerra Cognitiva o Neuro Guerra y Guerra Cibernética como elementos fundamentales e indisolubles de la Guerra de V Generación que se aplica sobre Venezuela. Debió haber salido la segunda parte en esta entrega, pero los acontecimientos que están en pleno desarrollo, por razones obvias, nos cambiaron la pauta.
En horas de la noche del día de ayer sábado 7 de septiembre de 2024, en un avance del noticiero de Venezolana de Televisión, se leyó lo escrito por la Vicepresidenta Ejecutiva de la República y Ministra del Poder Popular para Petróleo, Dra. Delcy Eloína Rodríguez Gómez, del siguiente tenor: «El día de hoy, 7 de septiembre, ha partido del país el ciudadano Edmundo González Urrutia, quien habiéndose refugiado voluntariamente en la embajada del Reino de España en Caracas hace varios días, solicitó ante ese gobierno la tramitación de asilo político. Una vez ocurridos los contactos pertinentes entre ambos gobiernos, cumplidos los extremos del caso y en apego a la legalidad internacional, Venezuela ha concedido los debidos salvoconductos en aras de la tranquilidad y paz política en el país. Esta conducta reafirma el respeto por el Derecho que ha primado en la actuación de la República Bolivariana de Venezuela en la comunidad internacional. En las próximas horas el Gobierno Bolivariano seguirá informando».
Evidentemente mi primera reacción, hormonal, como abogado y como militante revolucionario fue de profunda arrechera, y me disculpan la expresión, pero así fue. Porque a nombre de la política se han ido «con la cabuya en la pata» como se dice coloquialmente en Venezuela muchos que le han hecho daño. Se fue Pedro Carmona Estanga, se fue Juan Guaidó, se fue Julio Borges, y un largo etcétera. Como lo expresó en su sentir popular mi hermana Jessica Sosa: «Que sabroso es ser político de oposición en Venezuela. Jodes un buen rato y luego te vas del país a vivir cómodo de la renta que te dejó dañar a tu propio país».
Pero, ya con la cabeza más fría, ahí es donde comprendemos lo complejo de la política y de la decisión que tuvo que tomar el Presidente Nicolás Maduro para tomar esta decisión. Y bueno en este escrito podemos colocar algunos elementos del contexto para el análisis.
En primer lugar, recordemos que esa alianza entre Edmundo González Urrutia y María Corina Machado estaba pegada con «saliva de loro», ya que no se nos olvide que los grandes electores de la extrema derecha opositora denominada Plataforma Unitaria fueron Manuel Rosales y los gringos, porque quienes pusieron a González Urrutia como candidato fueron ellos, y María Corina Machado como buena empleada proyanqui se la tuvo que calar sin chistar. Porque no olvidemos que ella se decantaba por Magalli Meda y por Corina Yoris, las cuales estaban impedidas de asumir la postulación, una por sus implicaciones en los planes terroristas y de generar violencia en el país y la segunda por su doble nacionalidad (venezolana y uruguaya).
En segundo lugar cabe recordar como desde la embajada de España, luego de haber tenido como «huésped» al prófugo de la justicia venezolana, Leopoldo López después del Golpe de la «Rebelión de los Plátanos» del 30 de abril de 2019, y después de haber permanecido en esa condición durante 18 meses, fue sacado de manera clandestina por el entonces embajador de ese país en el nuestro, Jesús Silva. La esposa de este metió a López en el maletero de su vehículo que por tener inmunidad diplomática no podía ser revisado por las autoridades policiales venezolanas y en una calle acordada previamente, se bajó López y abordó otro vehículo donde fue trasladado a un aeropuerto con toda la logística y todo lo necesario y salió del país rumbo a España. Ahí no se cumplieron todos los extremos del Derecho Internacional para su salida.
En este caso, con Edmundo González Urrutia no fue así. De hecho recuerdo y por videos mostrados por un patriota cooperante que no revelaré, mostraba un video en el que parecía que el señor González Urrutia estaba haciendo una cola y caminando para abordar un vuelo comercial rumbo a Madrid, España, donde vive una de sus hijas con unos de sus nietos. Se había mencionado que el 29 de julio González Urrutia tenía junto a su esposa boletos listos para irse fuera del país, y creo que eso fue al final lo que hizo en ese día o primeros días a comienzos del mes de agosto, sólo que, y esto es válido en política, había que buscar una forma elegante, por decir lo menos, en los que tanto él por un tema de respeto a su dignidad humana como al Gobierno Bolivariano, todos quedaran bien.
Y aunque pensando con las vísceras esto da mucha rabia (por no volver a colocar arre..) sin duda fue lo mejor. Legalmente Edmundo González Urrutia no podía ser detenido pese a su contumacia y desafío a las leyes, porque en nuestra legislación a las personas mayores de 70 años de edad se les concede el beneficio de «casa por cárcel», y creo, no puedo asegurarlo, fue una de las razones por las que la orden de aprehensión dictada en su contra nunca fue practicada, amén de que ya el señor como lo expresa un sabio término zuliano: «Se había volado la gallera».
Recordemos que el señor Edmundo González Urrutia incumplió tres citaciones emitidas por el Ministerio Público, a fin de ser entrevistado en relación a hechos que investiga la Fiscalía en relación con la publicación y mantenimiento de la página web http://resultadosconvzla.com/ , donde el sector que representa difundió resultados electorales forjados, haciendo las veces de un Consejo Nacional Electoral paralelo. La primera falta fue el lunes 26 de agosto, la segunda fue el día siguiente y la tercera fue el viernes 30 de agosto (día del sabotaje eléctrico).
A raíz de estas incomparecencias, el lunes 2 de septiembre fue emitida la orden de aprehensión al señor Edmundo González Urrutia por la comisión de seis delitos, pero en este caso por no acudir a las citaciones debidamente emitidas por el Ministerio Público.
Pero además de ello, el señor Edmundo González Urrutia, agente de la CIA e integrante del Opus Dei tenía más de 30 años fuera de Venezuela. Simplemente vino para asumir el rol que sus amos imperiales le habían dado de la candidatura presidencial de la PUDPU (Plataforma Unitaria Democrática Para la Unidad) y usar este pretexto para la desestabilización que se pretendía. Pero como buen cobarde, además que por su edad no está para esos trotes, era obvio que estaba sufriendo mucho y su familia, por lo que optaron por hacerse a un lado.
Y como bien lo dijera otro buen amigo, el profesor Samuel Carvajal Ruiz, upatense de nacimiento pero caraqueño y catalán de corazón jeje. También era preferible que Edmundo González Urrutia como mal menor se fuera a que Dios no lo quiera, hubiese sido detenido y por extrañas circunstancias, hubiese aparecido un buen día muerto en el Sebin. No olvidemos que dentro de ese sector extremista de la oposición apostaban por acabar con la vida de EGU (Edmundo González Urrutia) y achacar esa muerte al Gobierno Nacional. E infiltrados tenemos en muchos lados y los cuerpos de seguridad e inteligencia no escapan a ese terrible flagelo.
Además que esta huida de este señor, los divide aun más, los fractura aun más. Aunque la política muchas veces no es justa, es pragmática y eso no puede negarse.
Solamente y ya te lo venía diciendo el Presidente Maduro amigo opositor, amiga opositora que puedes leer esta columna. Este sector extremista opositor te volvió a engañar, y peor aún, ha demostrado que a la «hora de la chiquita» como se dice coloquialmente, no cuentas con ellos, porque como buenos cobardes, huirán como ratas y a ti te dejarán solo, te dejarán sola, como lo han venido haciendo con todos y todas y aca uno y cada una de sus secuaces en planes desestabilizadores, que los han dejado solos y solas y pagando ellos altas penas de presidio.
A la que si hay que arrestar sin mayores demoras y creo que llegó por fin la hora de imputarla, es a la señora María Corina Machado. Empeñada en reeditar Ruanda en Venezuela y no se lo podemos permitir.
Por más «control de daño» que haga la señora Machado, Edmundo González Urrutia, como se dice coloquialmente en Venezuela, te echó «una tronco e vaina».
Visto desde ese punto de vista, razón tiene la Vicepresidenta-Ministra Rodríguez cuando señala que todo se ha hecho en aras de la paz y la tranquilidad política del país.
Esos son intereses superiores que hay que reconocer, y aunque esta decisión pueda no gustarme, le doy la razón y la comprendo, y la acato como militante disciplinado y revolucionario.
Edmundo González Urrutia se va con más penas que glorias. Su cobarde huida lamentablemente deja frustración, confusión y desesperanza en sus seguidores, jóvenes que confiaron en su oferta engañosa.
Esperamos en la próxima entrega retomar los temas de la Guerra Cognitiva o NeuroGuerra y Guerra Cibernética en el marco de la Guerra de V y Sexta Generación aplicada a Venezuela.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!