Fuentes: Voces del Mundo [Foto: bombardeo israelí en Zaita, sur del Líbano, 23 de septiembre de 2024 (Mahmoud Zayyat)]
Por Jeremy Scahill, Murtaza Hussain | 27/09/2024 | Palestina y Oriente Próximo
El lunes Israel llevó a cabo sus ataques más mortíferos en el Líbano desde su invasión del país en 2006 atacando zonas densamente pobladas en todo el sur de Líbano -incluidos centros médicos y ambulancias, según el ministro de Sanidad libanés- y ampliando sus ataques a Beirut y el valle de la Bekaa en el este. Los ataques israelíes incluyeron el ataque a un rascacielos en el suburbio de Dahieh, en Beirut, supuestamente con el objetivo de matar a Ali Karaki, un alto comandante de Hizbolá. El grupo emitió un comunicado en el que decía que Karaki gozaba «de plena salud y bienestar y se ha trasladado a un lugar seguro». Al anochecer, hora local, el número de muertos en el Líbano ascendía a 492 personas -incluidos al menos 35 niños-, con más de 1.600 heridos, mientras algunas autoridades israelíes amenazaban con la perspectiva de una guerra de aniquilación contra Líbano al estilo de Gaza.
A primera hora del día, los residentes locales empezaron a recibir mensajes de texto y llamadas con grabaciones de audio en las que se les advertía que abandonaran sus hogares y aldeas. El ejército israelí sostiene que su asalto, que afirma haber alcanzado 1.300 «objetivos», tiene por objeto destruir los suministros de armas y las instalaciones de lanzamiento de cohetes de Hizbolá. Las carreteras de salida del sur estaban atascadas el lunes por la tarde mientras la gente intentaba huir de las bombas israelíes. Associated Press lo calificó de «el mayor éxodo desde 2006». Las escuelas y universidades han cerrado en todo el país y las autoridades libanesas están abriendo centros educativos para albergar a los desplazados.
El portavoz en árabe de las tropas israelíes, Avichay Adraee, publicó también varios mensajes ominosos en Twitter, también conocido como X, en los que daba instrucciones a la población para que abandonara sus hogares, incluso en la región del valle de la Bekaa. «Si estás dentro o cerca de una casa que contenga armas de Hizbolá, debes abandonarla y alejarte de ella en el plazo de dos horas a una distancia no inferior a 1.000 metros fuera del pueblo, o ir a la escuela central cercana y no volver hasta nuevo aviso», escribió, y añadió: “Cualquiera que esté cerca de elementos, instalaciones y armas de Hizbolá está poniendo en peligro su vida y la de los miembros de su familia”. Posteriormente, las fuerzas israelíes bombardeaban la zona.
No se puede esperar que los civiles sepan dónde pueden estar los almacenes de armas, lo que aumenta la sensación de que Israel está llevando a cabo una «guerra psicológica», como la llamó la agencia de noticias oficial libanesa, además de una dura campaña de bombardeos. Aunque las fuerzas israelíes han presentado estas órdenes como advertencias de evacuación por motivos humanitarios, han emitido comunicados idénticos a lo largo de sus 11 meses de guerra contra los palestinos de Gaza sólo para bombardear después las zonas a las que habían dicho a los residentes que huyeran.
«La gente ha visto lo que ha ocurrido en Gaza y sabe que los israelíes son plenamente capaces de hacer lo mismo y comprende que, básicamente, Occidente ha renunciado incluso a fingir que puede hacer algo al respecto», afirmó Karim Makdisi, profesor de política internacional en la Universidad Americana de Beirut. «No hay razón para creer que los israelíes no seguirán adelante y básicamente tratarán de vaciar una gran sección del sur y de hacer que todo el lugar sea totalmente inhabitable para un futuro próximo».
Cuando Israel reanudó sus ataques el lunes, Hizbolá intensificó sus propias operaciones, lanzando cientos de cohetes contra la base de Ramat David y otros emplazamientos militares del norte de Israel, al tiempo que afirmaba haber atacado un complejo industrial cerca de Haifa. Los vídeos difundidos en las redes sociales también mostraban misiles de Hizbolá atacando al este de Tel Aviv, cerca de varios asentamientos ilegales en Cisjordania, a una distancia mayor de la que el grupo había atacado en cualquier conflicto anterior. El Mando del Frente Interior de Israel declaró el estado de excepción interno conocido como «situación especial», alegando la «probabilidad» de ataques contra zonas civiles, lo que permite al gobierno ejercer una mayor autoridad sobre la vida civil durante las próximas 48 horas.
Tras un día entero de ataques intensos y sostenidos, el primer ministro Benjamin Netanyahu publicó un vídeo en las redes sociales. En su «mensaje para el pueblo libanés», Netanyahu afirmó que «Hizbolá os ha estado utilizando como escudos humanos» mientras disparaba cohetes contra Israel. El primer ministro israelí también calificó de defensivos los bombardeos masivos del lunes en el Líbano. Las fuerzas israelíes les han advertido que se alejen del peligro», dijo en el tono de un gobernador que lanza una advertencia sobre un huracán, en lugar del líder de una potencia nuclear que supervisa un bombardeo masivo de aldeas. «Les insto a que se tomen en serio esta advertencia. No dejen que Hizbolá ponga en peligro sus vidas y las de sus seres queridos. No dejen que Hizbolá ponga en peligro el Líbano».
Israel ha lanzado numerosas y brutales campañas militares en el Líbano en las últimas décadas. Su afirmación de hoy de que pretende proteger la vida de los civiles con mensajes de evacuación fue ampliamente rechazada por los libaneses y otros observadores, y alimentó la sospecha de que Israel intenta limpiar étnicamente el sur del Líbano de sus residentes para establecer una zona militar de seguridad dentro del territorio libanés.
«No es la primera vez que Israel advierte a cientos de miles de civiles libaneses de que huyan antes de bombardearlos sin piedad», declaró Sarah Leah Whitson, experta en derecho internacional humanitario y directora ejecutiva del grupo de derechos humanos DAWN. «Advertir a los civiles para que huyan no libera a Israel de la norma más básica de las leyes de la guerra, que es no disparar deliberada o indiscriminadamente contra civiles». Como ha dejado claro el número de muertos en el Líbano, no es una norma que Israel esté dispuesto a cumplir».
Luz verde
No hay indicios de que Estados Unidos, el principal respaldo militar de Israel, tenga planes de hacer dar marcha atrás al gobierno israelí en sus crecientes ataques en el Líbano, Gaza y Cisjordania.
El Pentágono anunció el lunes que Estados Unidos va a desplegar un número indeterminado de tropas estadounidenses, además de los 40.000 soldados que ya se encuentran en la región. En la lectura de una llamada con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, reiteró la postura habitual de Estados Unidos de que Israel actúa en defensa propia. «El secretario expresó su apoyo al derecho de Israel a defenderse mientras Hizbolá extiende sus ataques hacia Israel, y subrayó la importancia de encontrar una vía para una solución diplomática que permita a los residentes de ambos lados de la frontera regresar a sus hogares de la forma más rápida y segura posible».
Makdisi afirmó que los israelíes no habrían lanzado ataques a tan gran escala sin la «luz verde» de Estados Unidos. «Creo que se les ha dado una especie de entendimiento claro de que tienen hasta las elecciones para hacer lo que quieran», declaró a Drop Site News.
En las últimas semanas, funcionarios estadounidenses han hecho declaraciones públicas en las que afirman que les gustaría ver una «resolución diplomática» al enfrentamiento entre Israel y Hizbolá que comenzó después del 7 de octubre del año pasado. Algunos funcionarios también han afirmado que Estados Unidos ha estado trabajando para evitar una escalada, y el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, declaró el domingo a ABC News que Estados Unidos estaba intentando evitar «una guerra total» entre ambas partes y que la administración Biden no estaba de acuerdo con la política de Israel de expandir el conflicto al Líbano.
Mientras tanto, Barak Ravid, periodista de Axios conocido por su acceso privilegiado a altos cargos israelíes y estadounidenses, informó durante el fin de semana que funcionarios estadounidenses le habían dicho en privado que apoyaban una política israelí de «desescalada a través de la escalada», una postura contradictoria que permitiría a Israel intensificar la destrucción de Líbano y abrir el camino a un conflicto más amplio.
«Los escandalosos ataques de Israel contra el Líbano durante la semana pasada son el resultado totalmente predecible de los continuos mimos de la administración Biden al desquiciado gobierno de Netanyahu, recompensándole con un suministro inagotable de armas sin importar cuántas veces desoiga las súplicas estadounidenses para frenar el conflicto», dijo Whitson, exdirector de la división de Oriente Medio y Norte de África de Human Rights Watch.
Un único frente
Israel ha dicho que anunciará sus «próximas fases» para sus operaciones en el Líbano en los próximos días. El lunes se preguntó a Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, si estaban preparados para una invasión terrestre. «¿Está preparado el ejército? Sí, el ejército está en plena disposición y haremos lo que sea necesario para traer de vuelta a casa a todos nuestros ciudadanos a la frontera norte sanos y salvos», dijo.
Makdisi considera que Estados Unidos quiere separar los frentes de Gaza y el Líbano para obligar a Hizbolá a poner fin a sus ataques contra el norte de Israel. Hizbolá ha mantenido que no lo hará hasta que se alcance un alto el fuego en Gaza, un punto en el que Hasan Nasralá, secretario general de Hizbolá, hizo hincapié en un discurso el pasado viernes. «Sean cuales sean los sacrificios, sean cuales sean las consecuencias, pase lo que pase, no cesaremos en nuestro apoyo a Gaza, y el frente del Líbano con Israel no se detendrá hasta que cese la agresión a Gaza», afirmó Nasralá.
Fue el primer discurso de Nasralá tras los ataques sorpresa de Israel de la semana pasada, cuando miles de localizadores explotaron simultáneamente, mataron a más de una docena de personas e hirieron a cientos más. El miércoles pasado, los walkie-talkies utilizados por las fuerzas de Hizbolá detonaron de forma similar y mataron a más personas, a lo que siguió un ataque aéreo masivo el viernes en el barrio beirutí de Dahieh que acabó con la vida de al menos 45 personas. Hizbolá confirmó que el ataque aéreo mató al alto comandante Ibrahim Aqil y a otros 15 importantes oficiales de su fuerza de élite Radwan. Estados Unidos, que niega cualquier implicación o conocimiento previo de estos ataques, había ofrecido una recompensa de 7 millones de dólares por información sobre Aquil por su presunto papel en el atentado contra la embajada estadounidense en Beirut en 1983. «Nadie derrama una lágrima por él», declaró Brett McGurk, enviado del presidente Biden para Oriente Próximo. «Dicho esto, tenemos desacuerdos con los israelíes sobre las tácticas».
Makdisi afirmó que los recientes ataques israelíes representaron «un duro golpe, pero no crítico» para Hizbolá. En su opinión, las respuestas militares relativamente moderadas de la semana pasada «no son necesariamente un indicio de debilidad, sino más bien de que el grupo sigue siendo disciplinado, de que sigue teniendo la disciplina de no dejarse arrastrar por lo que quiere Netanyahu, al menos por ahora».
Israel ha dicho que su objetivo declarado al atacar Líbano es garantizar el regreso de decenas de miles de israelíes evacuados del norte del país desde el 7 de octubre. «No podrán devolver a los colonos y usurpadores de tierras al norte», dijo Nasralá el viernes. «La única forma de devolverlos es poniendo fin a la embestida y la agresión contra Gaza y Cisjordania».
Makdisi dijo que, desde su invasión del Líbano en 1982 Israel ha intentado desmilitarizar el sur de ese país, incluso mediante su guerra terrestre de 2006. En general, se considera que Hizbolá derrotó a Israel en el conflicto de 2006 al obligarle a un alto el fuego. Makdisi considera que Israel -con el respaldo de Estados Unidos- cree que esta vez puede lograr su objetivo aplastando las capacidades militares de Hizbolá en el sur e imponiendo su voluntad en la región.
«No pueden coexistir con ningún país de su entorno ni con ningún pueblo de su entorno sin que acepten la derrota. Es un requisito previo. Así que hay que contextualizarlo no solo en la historia del Líbano, sino en la del propio sionismo», afirmó Makdisi. Israel «necesita que los palestinos se rindan, necesitaba que los egipcios se rindieran. Necesitaba que los jordanos se rindieran y necesita que los libaneses se rindan. Ese es el contexto».
¿Qué fuerza tiene Hezbolá?
En los años transcurridos desde la guerra de 2006 la capacidad militar de Hizbolá se ha reforzado y el tamaño de su fuerza de combate ha crecido. Hizbolá está considerada la fuerza militar no estatal más poderosa del mundo, con un arsenal estimado de entre 150.000 y 200.000 misiles de corto y largo alcance, una flota de vehículos no tripulados en rápida expansión, una avanzada red de túneles e instalaciones subterráneas y decenas de miles de combatientes entrenados.
Hizbolá también cuenta con un amplio apoyo militar y logístico de Irán, y relaciones con gobiernos regionales y redes de milicias aliadas. El auge del Eje de la Resistencia -una coalición informal de naciones y facciones armadas de la resistencia, entre ellas Irán, Hizbolá, Hamás, Ansaralá en Yemen y otras que han prometido enfrentarse militarmente a Israel- presenta asimismo una nueva dinámica que Israel debe tener en cuenta a la hora de sopesar qué tipo de guerras cree que puede librar y ganar.
Amal Saad, experto en Hizbolá, dijo recientemente a Drop Site: «Básicamente todo lo que tiene Irán, todas las armas que tiene Irán, puedes estar seguro de que Hizbolá también las tiene. Eso es lo que sabemos. Y eso es aparte de las cosas que Hizbolá está fabricando internamente, como su tecnología de aviones no tripulados; ahora está fabricando sus propios aviones no tripulados. Por tanto, estamos hablando de una criatura militar muy diferente a la de 2006».
Makdisi afirmó que, hasta la fecha, Hizbolá no ha desplegado su armamento más avanzado ni ha lanzado grandes ataques contra objetivos civiles importantes, como el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv o el gran puerto de Haifa. Si eso ocurriera, podría ser un indicio de que Hizbolá está pasando al modo de guerra total.
«No van a dejarse llevar por el pánico. Y pueden ver que lo que los israelíes quieren hacer es tratar de vaciar el sur y golpear este tipo de infraestructura en el sur, que en sí mismo también tendrá varias etapas. Así que van a esperar y ver qué pasa», dijo. «Si lanzan un ataque masivo contra zonas civiles o contra los aeropuertos, si cambian la forma en que lo hacen y si despliegan las capacidades tecnológicas [más avanzadas] de que disponen, entonces eso sería un indicio. Pero creo que eso sería cuando se haya agotado su paciencia, y su paciencia es mucho más amplia de lo que pensamos».
El papel que pueda desempeñar Irán en medio de una escalada de la guerra es una de las principales preocupaciones de todas las partes, mientras en el Líbano surgen preguntas sobre por qué el principal respaldo de Hizbolá ha permanecido pasivo a pesar de la extensión de la guerra. «Ahora hay más de este tipo de sentimiento como: ‘¿Dónde demonios está Irán?’ Siguen apareciendo y amenazando con esto y lo otro. Pero a pesar de la situación en que el Líbano se encuentra ahora, todavía no ha ocurrido nada», afirmó Makdisi.
En particular, Teherán no ha respondido militarmente al asesinato del líder de Hamás Ismail Haniyeh en agosto. Haniyeh fue asesinado en una casa de huéspedes controlada por el Cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria iraní. A pesar de la fuerte promoción de la noción de un Eje de Resistencia, Teherán no ha atacado abiertamente a Israel desde abril, cuando lanzó una serie de ataques aéreos a gran escala, aunque en gran medida simbólicos.
En declaraciones a la prensa antes de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada esta semana en Nueva York, el recién elegido presidente iraní, Masoud Pezeshkian, afirmó que el asesinato de Haniyeh «no quedará sin respuesta», pero añadió que Irán no deseaba una guerra regional de mayor envergadura instigada por Israel. El presidente iraní, que representa al bloque reformista dentro de Irán, también puso una nota conciliadora al sugerir que Irán rebajaría la tensión en la región si Estados Unidos también moderaba su apoyo a Israel. «Estamos dispuestos a dejar de lado todas nuestras armas, siempre que Israel esté dispuesto a hacer lo mismo», afirmó. «Pero no podemos permitir que vengan actores externos, armen hasta los dientes a un bando e impidan que el otro tenga los medios para defenderse».
La política exterior regional de Irán se considera en gran medida competencia de la línea dura de la seguridad del país, y en particular del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos. En sus propias declaraciones a los periodistas, Pezeshkian se refirió a Israel como autor de un «genocidio» en la Franja de Gaza. En respuesta a una pregunta sobre si Irán intervendría para defender a Hizbolá de los ataques israelíes, dijo que Irán «defenderá a cualquier grupo que defienda sus derechos y a sí mismo».
Un día después de que Israel ampliara su campaña aérea, ya han muerto cientos de civiles libaneses y miles más han resultado heridos. Es casi seguro que esas cifras aumentarán en los próximos días.
Funcionarios israelíes han hecho repetidas declaraciones en los últimos meses indicando que ven a la población del Líbano como sinónimo de la propia Hizbolá y amenazando con la violencia contra los civiles libaneses.
En julio el ministro de Educación israelí, Yoav Kisch, afirmó que «el Líbano, tal y como lo conocemos, no existirá» tras una futura guerra, añadiendo que «no hay diferencia entre Hizbolá y el Líbano» y que el país se enfrentaba a la «aniquilación». El ministro israelí de la Diáspora y de la Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, pidió esta semana la creación por parte del ejército israelí de una zona tampón en el sur del Líbano, «libre de población enemiga», y añadió que el control militar israelí sobre el Líbano «debe ampliarse y la población enemiga debe ser eliminada de la zona».
«Hizbolá=Líbano», escribió el ex primer ministro israelí Bennett, aún más tajante, en las redes sociales. «Hizbolá controla el gobierno libanés y no puede sobrevivir sin el apoyo popular».
Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.
Murtaza Hussain es un periodista especializado en temas de seguridad nacional y política exterior. Sus trabajos se publican en CNN, BBC, MSNBC y otros medios de comunicación.
Texto original: Drop News Site, traducido del inglés por Sinfo Fernández.
Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2024/09/24/israel-bana-en-sangre-el-libano/