Mientras se lleva a cabo el genocidio perpetrado por parte del régimen israelí hacia la Franja de Gaza, en paralelo, el ente sionista lleva a cabo su incursión militar en la ocupada Cisjordania.
Por Sdenka Saavedra Alfaro
Escritora y corresponsal de HispanTV
Mientras se lleva a cabo el genocidio perpetrado por parte del régimen israelí hacia la Franja de Gaza, donde 41 000 personas fueron asesinadas, la mayoría de ellos niños y mujeres, desde el 7 de octubre de 2023, cuando se llevó a cabo la Tormenta de Al-Aqsa, en su fracaso de no poder eliminar al Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), y otros objetivos fijados por el primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu; el ente sionista lleva a cabo su incursión militar en la ocupada Cisjordania desde la madrugada del miércoles 28 de agosto de esta gestión, que ha incluido operaciones en varios campamentos palestinos como Yenín, Nablus, Tulkarem, Tubas y Shuafat.
Son más de 20 palestinos muertos, en la operación que las fuerzas israelíes, continúan llevando a cabo en Yenín, bastión histórico de la resistencia armada palestina en el norte de Cisjordania ocupada, el campamento de refugiados que alberga a unas 14.000 personas desplazadas tras la creación ilegal de Israel en 1948. Los ataques se ejecutan con helicópteros, francotiradores, drones, y excavadoras de demolición, se trata de su mayor ofensiva en 22 años, que dejaron barrios sin electricidad, sin agua, se cerraron las principales carreteras, más del 70 % de las calles de la urbe han sido ya dañadas por las excavadoras pesadas israelíes; además que se está bloqueando el acceso de las ambulancias en hospitales, lo que “constituye una flagrante violación” del derecho humanitario, de acuerdo al Ministerio de Salud palestino.
En toda Cisjordania, al presente son 29 los asesinados, y desde el 7 de octubre más de 681 palestinos han muerto por fuego israelí, según la ONU, mientras que los colonos judíos aprovechan la limpieza étnica en Gaza para confiscar más tierras a los palestinos en Cisjordania, actualmente se estima que tres millones de palestinos viven en Cisjordania —excluyendo Jerusalén Oriental anexada por Israel— junto con alrededor de medio millón de colonos judíos que habitan más de 130 asentamientos.
El ente sionista israelí, ya se apoderó de más del 85 por ciento del territorio palestino, y continúa sus actos de expansión de los asentamientos y demolición de hogares palestinos, con el objetivo de eliminar la presencia palestina; ya que recientemente las autoridades israelíes anunciaron planes para la construcción de cinco nuevos asentamientos en Cisjordania, incluido el de Battir, y declararon una superficie récord de territorio, de al menos 23 kilómetros cuadrados, para el Estado de Israel.
El mundo entero es testigo de los crímenes de lesa humanidad que lleva a cabo el ente sionista en Palestina; pues ese es el objetivo, aniquilar a toda la población. El gobierno de ultraderecha de Netanyahu quiere permanecer a toda costa en el poder sirviéndose del dolor, del sufrimiento, de la angustia, del infierno que en estos momentos viven los palestinos en Gaza sobre todo los niños, y ahora ha comenzado su incursión en la ocupada Cisjordania, desoyendo toda resolución de la Corte Internacional de Justicia por genocidio, y de la Corte Penal Internacional, quién ha solicitado órdenes de arresto contra el criminal de guerra, Benjamín Netanyahu.
Igualmente, “el carnicero de Gaza” —apelativo dado a Netanyahu por Erdoğan— hace oídos sordos a las múltiples huelgas y manifestaciones que se llevan a cabo en Tel Aviv, donde miles de israelíes toman las calles, exigiendo, un acuerdo para la liberación de los rehenes en Gaza, la renuncia de Benjamín Netanyahu y el cese al fuego en Gaza.
Esa es la impunidad institucionalizada que Estados Unidos, los países europeos, los países árabes como Arabia Saudita junto a los organismos internacionales, el lobby sionista, permiten continuar con la aniquilación del pueblo palestino, a 11 meses de asedio, la política de EE.UU., que apoya incondicionalmente a Tel Aviv. “Washington bloquea cualquier acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU que conduzca a un alto el fuego total y permanente”; ya que el país del Norte no detuvo el suministro constante de armas a Israel.
Recordemos que en la ocupada Cisjordania se llevó a cabo la segunda intifada palestina, el levantamiento masivo contra la ocupación israelí que tuvo lugar entre 2000 y 2005, donde se cobró la vida de más de cinco mil palestinos, incluidos 786 niños y la destrucción de 24 mil 768 casas, a eso se suma la clausura de fronteras, abusos en los puestos de control, demolición de casas, arrestos masivos y la construcción de un muro del apartheid con el fin de arrebatarle a los palestinos las tierras más fértiles y las reservas de agua dulce cercanas al río Jordán, además de obstaculizar la comunicación entre las aldeas, convirtiéndolas en un sistema de bantustanes mientras el ejército y los colonos controlaban los principales caminos y checkpoints, este conjunto de medidas fueron (y son) parte de la batería represiva del sionismo, sumándose también a todo esto las bases para el bloqueo a Gaza, una verdadera cárcel a cielo abierto, que termina de imponerse en el 2007.
Hasta el día de hoy, el holocausto palestino, no cesa; sin embargo, también somos conscientes que los Movimientos de Resistencia Palestina están más vivos que nunca, en defensa del pueblo palestino, desde Yemen, el Líbano, Siria, Irak, que continúan de pie librando batallas hacia el exterminio del ente sionista, y más temprano que tarde la República Islámica de Irán dará su respuesta al vil asesinato, del mártir Ismail Haniya, líder de HAMAS, la operación punitiva ‘Verdadera Promesa II’; pues la única manera de restaurar la paz es detener los crímenes del régimen Israelí.