El Arado y el Mar
No se trata de salir de Maduro
Por: Toby Valderrama Antonio Aponte
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No se trata sólo de salir de maduro, el reto es más complejo, más importante, vital. Con la intención de ubicarnos, revisemos la situación de la gobernabilidad a nivel planetario. Lo primero que resalta a la vista es la mediocridad, la mezquindad de los gobernantes. Hay un descenso en la calidad humana de los gobernantes, no se gobierna para la Humanidad, se gobierna para la acumulación de capital. Aquí mismo en la América esto se hace evidente: un continente que tuvo gobernantes con la categoría de Fidel y Chávez, ahora está poblado de milei, boluarte, maduro, y pare Ud. de contar. Lo mismo pasa si nos fijamos en el planeta, desde putin, hasta trump, no se consigue uno que amaine el susto, nadie destaca en el océano de la mediocracia. La conclusión es clara: la Humanidad está en grises e inconscientes manos, camina inexorable a una hecatombe que pone el peligro su existencia misma.
¿Por qué esta situación, qué la produce?
Los gobernantes son producto de sus pueblos, y la calidad de sus pueblos, su esencia viene dada por el sistema dominante; no surgen en el aire. Y aquí vale una precisión: pueblo, para nosotros, es la masa más su vanguardia; pueblo es ese binomio cuyos polos se influyen, se determinan mutuamente. Masa sin vanguardia revolucionaria, sin dirigentes revolucionarios, es rebaño. La realidad social, sus luchas, su gente es el terreno fértil para que germinen los líderes. Fidel surge en un pueblo que parió a un Martí, pueblo de Mambises. Chávez es hijo directo del pueblo que salió al continente a llevar la emancipación.
Debemos concluir que la calidad de los gobernantes es reflejo directo de la calidad de la sociedad. Y esta calidad, su ética, sus valores, son los de la clase dominante, en lucha perenne con los valores, la ética del movimiento que lucha por superar el sistema dominante. La posibilidad revolucionaria en lucha perenne contra el sistema imperante.
El sistema imperante en el planeta es el capitalismo, que con sus relaciones perversas, selecciona gobernantes al servicio de la acumulación de capital y no al servicio del humano, al contrario, a la larga trabajan para su extinción. Las sociedades capitalistas son sociedades egoístas, donde “el tener vale más que el ser”, donde el éxito se mide por la acumulación material, y una minoría groseramente privilegiada se apropia de la riqueza y el trabajo de la sociedad.
Y hemos llegado a la explicación: el gobernante del capitalismo, la sociedad del capitalismo, están mutilados en su condición humana. Han perdido su pilar fundamental, el de ser social, al contrario, son seres antisociales, a los que la sociedad no les importa, les importa su interés individual. De esta manera, una sociedad antisocial produce gobernantes antisociales, en contra de la Humanidad y de la vida.
Es necesario, vital, superar el capitalismo. De allí que salir de maduro tiene sentido si es para abrir las anchas alamedas al regreso de Chávez, de la superación del capitalismo. Chávez, el chavismo, fue, es un intento de esta superación. Entendía el Comandante la necesidad de esta Revolución, y así lo dijo en las Cumbres donde se escuchó su voz, junto a la voz, la preocupación de Fidel, que dijo en Río de Janeiro: “Una especie está en peligro de desaparecer, la especie humana”. Volver a Chávez es volver al camino de la vida, de la salvación de la Humanidad, regresar a la Humanidad su condición de humana, al humano su condición de ser social.
¡CHÁVEZ PUEBLO, MASA CONSCIENTE, VANGUARDIA REVOLUCIONARIA!