Miguel A. Jaimes N.
Venezuela.
Desde siglo y medio atrás se repite una consigna:
El petróleo ha llegado para quedarse.
Desde ExxonMobil y Aramco claramente estiman que al año 2050 la demanda de petróleo se mantendrá. Pero desde la Agencia Internacional de Energía (AIE) fundada en 1974 y con sede en Francia, estiman que la demanda máxima de crudo se alcanzará a finales del año 2030.
Desde Francia piden una reducción de combustibles fósiles y que el mundo se acerque a una mayor inversión en energías renovables. Esto abandona la realidad al atender las demandas energéticas globales. Con esto podríamos entrar a un escenario crítico para el aseguramiento en los actuales desarrollos, proyectos e inversiones de la acostumbrada globalización en la energía fósil.
Organizaciones y expertos en energía trabajan para que la demanda de petróleo disminuya, mientras desde las corporaciones petroleras trabajan en lo contrario. En lo que ambos coinciden es en la fecha tope del año 2030, unos hacia arriba y otros abajo. Sin embargo, la realidad ataca y el bombeo de crudo se mantendrá de forma continua hasta traspasar el umbral del año señalado, así mostrar una alta demanda y que las mismas se encadenan más allá de las décadas de 1940 y 1950.
Todo se justifica en varios análisis e informes. Uno de estos estudios son los referenciados en las Perspectivas Energéticas Mundiales al 2030. Señalan, todas las demandas en hidrocarburos llegarán a récords al año 2030 y los gobiernos de todo el planeta tendrán que invertir en energías renovables, pero lo más destacado en ellas va en el fracaso de los vehículos eléctricos.
Sin embargo, los empeños de la AIE en voz de su director ejecutivo Fatih Birol ha afirmado desde su sede: La transición a la energía limpia está ocurriendo en todo el mundo y es imparable. No es una cuestión de si, es solo una cuestión de cuán pronto, y cuanto antes, mejor para todos nosotros.
La misma AIE estima que al inicio de la década del 2030 la carbonización planetaria descenderá velozmente. Y el gas junto al petróleo en vez de aumentar se mantendrán estables. A veces parece que estos anuncios de estabilidad desestiman el veloz aumento de la población la cual al año 2039 podría alcanzar la suma de diez mil millones, justo cuando se esté cumpliendo un siglo de la II Guerra Mundial.
Igualmente, la AIE ordena desde Francia que los gobiernos del mundo dejen de invertir en gas y petróleo, ignorando la realidad de cada país. El entorno francés se considera distinto al del resto del planeta.
Quieren inversiones dirigidas al control de sus patentes, consideradas energías renovables y tecnologías limpias para apoyar un cambio acelerado al abandono de los combustibles fósiles. Ocultando la realidad global se intenta invitar a empresarios y gobiernos a dejar de apostar en los hidrocarburos para invertir en las patentes de sus energías.
Mientras, desde Washington la ExxonMobil afirmó en agosto del 2024 su confianza para que el 2050 más de la mitad en la dinámica gasífera y petrolera logren mantenerse y aumentar sus coberturas. Aspiran llegar a un 67% y que lograrán desarrollar las afamadas transiciones ecológicas.
La realidad mundial está en el 80% de consumo de combustibles fósiles. Sin embargo, está se mantendrá hasta ahora como ha existido en el año 2024, sobre cien millones de barriles diarios sin variar a más allá del 2050.
Con la energía se ha gobernado con el pánico hacia la duda de la autosuficiencia del petróleo. Para generar crisis no pueden dejar de seguir diciendo que él mismo se va a acabar, pero sí pueden afirmar falsamente que será sustituido. Pamplinas de las grandes corporaciones para abrazarse solo ellos al control financiero de este recurso. Después de todo, cuando hemos visto o al menos advertido que a estas corporaciones les importe en un ápice el medio ambiente.
Hasta más pronto…
Miguel A. Jaimes N.
venezuela01@gmail.com
https://www.geopoliticapetrolera.com
Septiembre 1 del 2024