Michel Mujica , 30-8-2024
Una de las cosas que aprendió en mi vida y en las sociedades que son causa del neoliberalismo en su destrucción de bienes y servicios públicos, con el pretexto de la privatización, es que, por supuesto, la privatización más generalizada. Eficiencia y ha sido un proceso de destrucción mundial de pueblos y estados. Muchos países corren el peligro de encontrarse con estas circunstancias con elementos que son básicos: un sistema sanitario público, eficiente e integral para toda la población, sin exclusiones… Y por otros motivos, la garantía de un transporte público digno y de una educación pública de calidad desde los jardines de infancia hasta la educación universitaria más sofisticada.
De lo contrario, un sistema de recuperación no regresivo…
La consulta a los pobladores de aquellos temas que han afectado significativamente su vida diaria, debería ser la norma de cualquier gobierno y mucho más que un gobierno bolivariano. A mí no se me olvidan las últimas palabras de Chávez en su último consejo de ministros: ¡¡¡comuna o nada!!! En pocas palabras, este es un mensaje de que la Revolución Bolivariana se construye desde el principio y aún no ha llegado…
Algunos y algunas me dicen que hay sanciones, intervención y destrucción de nuestra soberanía nacional, entendida como la capacidad de resolver entre nuestros connacionales, nuestros problemas y que se entiende nuestra soberanía no sólo como un espacio territorial, sino también cultural, político y educativo. Un gobierno bolivariano no puede divorciarse del sentimiento, de las aspiraciones y de las frustraciones de un pueblo. Para hacer lo contrario, debe convertirse en el guía y también en el activista que desde abajo sienta los problemas de la gente en su quehacer cotidiano. Si se afectan las sanciones, se destruye la intervención imperial, pero si estamos en comunión con el pueblo, si es claro, si se permite abrir el debate, si se restablece como valor fundamental, si la crítica y la debate are lost, iremos por buen camino y los molinos de vento no serán el objeto del enfrentamiento… Escuchar para actuar, actuar escuchando y estaremos en capacidad de enfrentar las adversidades y la intervención Imperial y construir el país que merecemos…
Nota. Evitemos todos los medios que esperamos fracasar en nuestro nuevo actuar y en nuestro acto más septentrional, si nos ponemos de acuerdo y nuestros subordinados hacen lo que tenemos que hacer, sin construir y asociarnos a un futuro superior y más digno, estamos abandonando el El más terrible de los actos: la impotencia.