Rendir al enemigo sin combatir es el colmo de la habilidad.
Sun Tzu
20/09/2024.- La algarabía escolar está por comenzar. Hay inquietud entre niños y niñas por reencontrarse con sus compañeros y compañeras de aula, o descubrir nuevas caras, mientras en casa hay movimiento en el arreglo de los uniformes y la compra de cuadernos, lápices y otros útiles propios de las tareas por venir.
Los futuros bachilleres también se alistan para el reencuentro, conocer sus nuevas aulas o lucir la chemise marrón, en el caso de los estudiantes que ascienden al cuarto año. No menos importantes serán los pasillos y aulas de las universidades, que durante la gestión bolivariana se han multiplicado por todo el país (no como durante el puntofijismo, cuando había que abandonar el terruño originario para venirse a Caracas, o irse a Mérida o Maracaibo, para estudiar una carrera profesional). En general, el objetivo es prepararse para metas superiores, porque el avance del país lo reclama, aunque los sectores retrógrados sueñan con una Venezuela en el caos.
En pocos días, el bullicio estudiantil alegrará calles, escuelas, liceos e instalaciones de educación superior, para recordarle a todos y todas que el país está en movimiento, que avanza, siempre en la búsqueda de nuevos senderos. Pensamos en un devenir próspero, a pesar de los tropiezos ocasionados por la naturaleza y las conspiraciones de los que apuestan al fracaso, para entregar el país a los Estados Unidos como patio trasero, en medio de balaceras y el consumo de drogas de última generación, como el fentanilo, el éxtasis u otros alucinógenos, que se pueden adquirir libremente en cualquier calle neoyorquina, de Los Angeles o Filadelfia.
Este año 2024 no ha sido precisamente la joyita de la década: la naturaleza ha golpeado como nunca, se han desbordados ríos y caídos puentes, mientras las bandas mercenarias, traídas desde Colombia o de Miami, derriban torres del servicio eléctrico, entre otras operaciones, para acusar al gobierno de incompetente. Aun así, la gestión que dirige el presidente Nicolás Maduro se ha puesto a la altura de las circunstancias y ha sabido solventar la crisis.
A la calamidad natural se han sumado casos de corrupción como nunca. Fueron detectados lazos con gente de la derecha para financiar la conspiración golpista y desprestigiar al gobierno, como el caso de los expresidentes de Pdvsa Rafael Ramírez y Tareck El Aissami.
Frente a las dificultades, el presidente Maduro se ha crecido, dando muestras evidentes de madurez política, las mismas que le transmitió el comandante Chávez antes de marcharse al reposo eterno. El jefe de Estado asumió a paso firme la campaña electoral, con claridad absoluta de que el candidato derechista era una marioneta más de la Casa Blanca a través de la Dama de los Apellidos, moviendo a su antojo al agente Urrutia de la CIA, que operó en El Salvador desde la Embajada de Venezuela como cuartel antiguerrillero. Este terminó refugiándose ilegalmente en la Embajada de los Países Bajos y finalmente tocó la puerta del Reino de España, desde donde tomó la ruta madrileña para encontrarse con lo más rancio de la derecha venezolana.
Capítulo aparte es la estrategia acertada del gobierno venezolano, con su presidente al frente, para manejar la conspiración que estaba cantada mucho antes de los comicios del domingo 28 de julio, pero siempre al lado de un pueblo que, a pesar de los ataques terroristas de todos los calibres, no se dejó amilanar. El mismo actuó con sabiduría al no confrontar a los comanditos, que por su cuenta se fueron desgastando en solo dos días, no sin antes dejar evidentes muestras de comportamiento delincuencial, tal cual los guarimberos del 2017 y de Leopoldo López, que causaron 47 víctimas. Estos fueron neutralizados políticamente por el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente que logró regresar la tranquilidad a la población venezolana.
Sofocada la ofensiva poselectoral que dejó una veintena de fallecidos, entre ellos varias lideresas chavistas, se detectó otra fase del golpe continuado con la detención de varios comandos mercenarios traídos de varios países, según la denuncia pública del ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello. Este mostró ante las cámaras de varios medios de comunicación parte del lote de modernas armas de asalto que fueron localizadas en diversas localidades del país. Al unísono en España, el excandidato presidencial de la derecha golpista insistía en que había ganado las elecciones del pasado 28 de julio.
Durante el proceso electoral y los días posteriores, el pueblo ha marchado en sintonía con su gobierno con la seguridad de que Venezuela transita por el lado correcto de la historia. Sin embargo, falta mucho por recorrer, como lo afirmara en estos días un niño en el parque Alí Primera de Catia, al expresar que no estamos en un país socialista, pero que Venezuela irá cambiando en esa dirección.
La campaña adelantada desde el norte, llamada Ya Casi, Venezuela, impulsada desde Estados Unidos por el millonario Erik Prince, creador de la tristemente famosa empresa de mercenarios Blackwater, que masacró pueblos en el Medio Oriente durante la gestión de la familia Bush, dice estar recolectando dinero para invadir y liberar la patria de Bolívar y Chávez, como pretexto tras sus planes de echarle el guante al petróleo venezolano.
Un nuevo lote de armas enviadas desde Estados Unidos, nuevamente de la empresa Century Arms, especializada en copiar modelos de los famosos fusiles rusos de asalto el AK-103 y AK-43 —utilizados en recientes atentados contra el candidato presidencial republicano Donald Trump— indican que estamos hablando de un golpe continuado más con protagonismo de comandos extranjeros, como los dos españoles, los cuatro gringos y un mercenario de la República Checa aprehendidos durante allanamientos ejecutados por las autoridades policiales venezolanas. Bandas delincuenciales, como el llamado Tren de Aragua, el Tren de los Llanos o la banda de Wuilexis, complementan el abanico de los colectivos usurpadores con el cual cuenta la derecha venezolana y la Casa Blanca para evitar que el presidente Nicolás Maduro se posesione nuevamente de la silla de Miraflores, el 10 de enero del próximo año 2025.
El arte de la guerra es el engaño. La mejor defensa es el ataque.
Sun Tzu
Ángel Miguel Bastidas G.
Fuentes consultadas:
La Iguana TV. https://www-laiguanatv.
Sun Tzu (2008). El arte de la guerra. Caracas: Ediciones Era-Luz.