El sionismo ataca la OPEP y quiere acabar con ella

La refinería venezolana Cardón, parte del conglomerado más grande de América Latina.

Así lo explica el profesor en Geopolítica del Petróleo, Miguel Jaimes

21/10/24.- Israel está llevando al mundo a una tercera guerra mundial y al mismo tiempo está apostando a su autodestrucción con el aumento de la escalada violenta en el Medio Oriente que, sin duda, compromete a la comunidad global, dijo el analista venezolano Miguel Jaimes.

Para el experto en temas de petróleo, el mundo entró en guerra nuevamente por el factor energético como en otros momentos históricos, y «en medio de todo esto que se arma y se desarma por períodos, pero que no quita su concepto de guerra, está Venezuela».

«El mundo está hoy comprometido en una guerra: parte de Europa, parte de Asia, parte de África, el Medio Oriente, pero no América Latina ni mucho menos Venezuela», afirmó Jaimes al considerar que puede ser Venezuela el país que proteja al mundo de una crisis de precios del petróleo debido a las consecuencias que va a arrastrar la situación en el Oriente Próximo.

Durante una entrevista concedida a Ciudad CCS, el profesor del Diplomado en Geopolítica Petrolera de la Universidad de Los Andes (ULA) dijo que Venezuela ahora, como a lo largo de toda su historia, está en la mira del planeta. «Es una óptica, una mirada, por tener las reservas mundiales probadas de petróleo más grandes. Sin embargo no somos referencia de ser un país que se esté frotando las manos y apostando a que aumenten los precios del barril de crudo en detrimento de la situación en otras naciones».

«No somos referencia de guerra ni lo seremos nunca. Somos referencia de paz y por eso nos atacan. Venezuela pudiera verse beneficiada por el inminente aumento en los precios petroleros, sin embargo existe una realidad y es que las sanciones o, mejor dicho, las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por Estados Unidos van afectar este rol que puede jugar el país en este momento crucial de la economía mundial», sostuvo.

La violencia desatada en el Medio Oriente por parte del régimen de Benjamin Netanyahu pone en peligro la navegación por el Estrecho de Ormuz, el canal que conecta el Golfo Pérsico con el Océano Índico y que está considerado como la arteria del suministro mundial de crudo por donde transitan alrededor de 20 millones de barriles diarios.

En el contexto actual del conflicto, Irán, que controla estratégicamente el paso, podría provocar el cierre del Estrecho de Ormuz, y el posible cierre desencadenaría una crisis mundial en el suministro del hidrocarburo. Si esto sucediera la alternativa global sería Venezuela, único país latinoamericano en la Organización de Países Exportadores de Pétróleo (OPEP).

 El Estrecho de Ormuz, es conocido como el «cuello de botella» petrolero más importante del mundo.

«Es así, Venezuela es estratégica, y todavía hay quienes se preguntan por qué somos el blanco de tantos ataques. Venezuela, en este contexto, podría convertirse en la salvación del suministro mundial de crudo y la salvación de muchas economías en el mundo», enfatizó Jaimes al tiempo que advirtió que Caracas debe saber negociar, al referirse a las sanciones que pesan sobre ella que comprometen la extracción y producción de petróleo.

Hay kamikazes del petróleo

Para el analista, el país caribeño jugará un rol importante en el tablero mundial y «debe saber negociar con Estados Unidos y con Europa», si quiere sacarle el mejor resultado a su posición geográfica y estratégica como productor mundial de petróleo, «porque las cosas van a cambiar, aquí se está jugando mucho y van a venir cambios globales».

En este sentido, Jaimes afirmó que hay países que sostienen que el precio del barril podría llegar hasta 300 dólares y cuando esto suceda los índices de suministros petroleros serán los más bajos de la historia y esto no ralentizará el planeta sino que lo paralizará, «y no es casual, hay quienes buscan acabar con la OPEP».

«El conflicto pasa por el petróleo, hay suicidas del petróleo, kamikazes del petróleo. Hay quienes gozan con mantener el planeta en vilo, en peligro. Hay quienes hacen movimientos geopolíticos drásticos y violentos para que los precios del petróleo no se estabilicen. Es sin duda una guerra contra la OPEP», expresó el profesor.

Explicó que el mundo está viviendo «una primavera de la guerra», que es la misma de 1990. «La guerra ha tomado fuerza por ir contra la OPEP, no es otra, es la misma desde que en 1990 las naciones poderosas, los miembros de la OTAN, decidieron acabar con la OPEP, destruirla».

La OPEP, integrada por Argelia, Arabia Saudita, República del Congo, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela, ha sido el blanco de las sanciones, embargos o bloqueos por parte de los Gobiernos de Estados Unidos (EEUU), aliado histórico de Israel.

Venezuela es la «casa del crudo»

Jaimes considera que el cierre del Estrecho de Ormuz y el mantenimiento de las sanciones sobre el petróleo venezolano, podría comprometer la economía de Estados Unidos y sus venideras elecciones presidenciales. Asimismo, el aumento en los precios del crudo y dificultades de suministro pueden acelerar la inflación y la escasez en el país norteamericano.

«Probablemente lo sufrirá así Estados Unidos, por eso llegó la hora de negociar, porque son las potencias capitalistas las que tienen ahora la presión, y nuestro país tiene que salir beneficiado y fortalecido. Venezuela, con sus reservas, se convierte en una alternativa potencial para suplir la demanda», aseveró.

El Estrecho de Ormuz es la principal ruta marítima que conecta los ricos países petroleros del Medio Oriente con los mercados de Asia, Europa y América del Norte. En 2022, un total de 21 millones de barriles de crudo transitaron por el Estrecho a diario, según la Administración de Información Energética de EEUU (EIA). Lo que representa alrededor del 20 % del consumo mundial de petróleo crudo.

En Venezuela reposa el 21 % del petróleo mundial.

Una interrupción temporal del paso marítimo de Ormuz puede provocar un aumento en los precios mundiales de la energía. Según la EIA, solo Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos disponen de una red de oleoductos que les permite sortear el Estrecho de Ormuz.

«La producción continuará, la población está creciendo. Los automóviles eléctricos fracasaron, aunque los países poderosos nos quieran hacer ver lo contrario. La realidad mundial está en el 80 % de consumo de combustibles fósiles. Por tanto todos deben aprender a llegar a un acuerdo», advirtió el profesor.

Agregó que Venezuela debe ser reconocida como «la casa del petróleo» y su papel debe ser reconocido. «El 21 % del petróleo mundial se encuentra en Venezuela. En 100 años las nuevas generaciones ya crecerán y el petróleo en Venezuela aún no se ha terminado. El petróleo es el futuro», señaló.

Para Jaimes las grandes corporaciones, casi todas en manos de Israel, buscan abrazarse al control financiero del crudo mundial y por esta razón generan guerras y crisis, mientras mantienen la narrativa de que el petróleo será sustituido en breve. Sin embargo el consumo, como ha sido durante el 2024, se mantendrá sobre los cien millones de barriles diarios hasta más de -por lo menos- 2050.

SABINA DI MURO / CIUDAD CCS