Dichoso aquel que tiene una historia que contar…
25/10/2024.- Hace casi un siglo de El Paraíso aquel, de gente pudiente y ricachones amigos del general Juan Vicente Gómez, en el suroeste de la hoy bulliciosa zona caraqueña, de un paisaje dominado por arboledas y quintas de variados estilos, por supuesto de inspiración europea, como construcciones eclécticas, de arcos con accesos rematados por escudos de armas.
Qué iba a pensar Pedro Estrada, tantos años después, que su lujoso espacio de descanso y retiro de tanto trajinar como jefe de la Seguridad Nacional (SN) del dictador Marcos Pérez Jiménez se convertiría en una trinchera de discusión y fuente de ideas, colmada de protagonistas de una de las etapas más políticamente enriquecedoras de la Venezuela del siglo XX. Protagonistas que abrieron las compuertas, décadas después, al ciclón bolivariano, con el comandante Chávez en lo más alto de la contienda.
Esa quinta de estilo ecléctico, llamada Castillete, ubicada a un lado de la avenida José Antonio Páez de El Paraíso, ¡oh, sorpresa!, se transformó durante la Venezuela bolivariana en un foro sabatino de fuente de ideas entre guerrilleros y guerrilleras que se resisten a olvidar ese espíritu rebelde inspirado en el propio campo de batalla frente al puntofijismo.
Esa tropa incansable que tomó Castillete como cuartel no rehúye al combate discursivo. Todo lo contrario: lo asume con valentía, con la fuerza que dan los años de experiencia, gracias a los pioneros de la cruzada de esa tropa bolivariana que dio el paso al frente y abrió el portón de Castillete. Hablamos de Alí Rodríguez Araque, Manuel Vadell, Jesús Faría, Diego Requena, Yaracal Martínez, Robinson Toro, el Aguilucho Rafael Bosque, el Negro Muñoz, Gustavo Villaruel, Juan Ribas, Marcos Viloria, Diógenes Carrillo y pare usted de contar. Bastante historia hay aquí…
Con voz firme, sin titubeos, durante los dos recientes conversatorios se abrió el debate sobre la vigencia del socialismo, puesto en escena por Humberto Vargas Medina, autor del libro Remembranzas de un guerrillero de los años setenta. El tema fue asumido sin complejos hasta escudriñar el fondo del asunto, hasta concluir que Castillete anda por el camino correcto, sin copiar esquemas, como en algún momento nosotros lo hicimos y hoy lo corregimos, porque el socialismo no es un cartabón.
Recientemente, se discutió sobre todo la vigencia del socialismo en China, que hoy marca la pauta en medio de la confrontación antiimperialista, sin perder la ruta, como lo están haciendo del mismo modo los vietnamitas con su economía de mercado de orientación socialista, como la planteó Nguyen Phu Trong en su obra Vietnam en el camino de la renovación (2005).
El escenario se identificó con la línea de Xi Jinping, hoy asumida sin complejos por la República Popular China, y con la admiración y debido respeto de la República Bolivariana de Venezuela a esta línea del gigante asiático. Igualmente, se habló del compromiso del proceso venezolano con la Federación de Rusia, que en ningún momento ha escondido su pasado comunista, con un presidente como Putin, respetuoso de la experiencia de aquellos 73 años de Revolución bolchevique.
Por estos días se recordó también, de manera especial, las relaciones fraternales con la República Socialista de Vietnam, a propósito de haberse cumplido sesenta años de una operación militar inédita que selló para siempre el encuentro fraternal Venezuela-Vietnam.
Por estos días, varios eventos refrescaron la memoria sobre la acción de las FALN (1964), con la presencia de autoridades de la Embajada vietnamita, en la escuela Graciela Navas Tovar, en Catia, donde fue develado un busto de Nguyen Van Troi. Además, el embajador Vu Trung My cortó la cinta que activó una sala informática donada por Vietnam. Mientras, en la sede de la Escuela Robinsoniana del Frente Francisco de Miranda, también en Catia, fueron homenajeados tres de los camaradas que capturaron al militar yanqui Michael Smolen, el 9 de octubre de 1964, en solidaridad con Vietnam.
Mediante esa inédita acción solidaria, los combatientes venezolanos intentaron evitar el fusilamiento en Saigón —para entonces capital de Vietnam del Sur— del combatiente vietnamita Nguyen Van Troi, quien era acusado por los militares gringos de atentar contra el secretario de defensa de EE. UU., Robert McNamara.
Un espacio de amistad y solidaridad
El mes de agosto nos traslada a otra fecha de hermandad venezolana vietnamita, que tuvo como exquisito escenario la sala José Félix Ribas del Complejo Cultural Teresa Carreño, donde fue presentada la Casa de Amistad y Solidaridad Venezuela-Vietnam.
Ese día viernes 3 de agosto de 2007 quedaba rubricado un encuentro sincero, de fraternidad, que ratificaba la voluntad del comandante Chávez de estrechar lazos reales con esa patria del lejano sur.
Cuando Chávez visitó Hanói habían pasado diecisiete años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Venezuela y la República Socialista de Vietnam, pero fue después de esa visita del comandante presidente a la capital vietnamita cuando se visibilizan realmente esas relaciones, con la firma de acuerdos económicos y culturales, así como la apertura de sedes diplomáticas.
En la típica calle Tô Ngọc Vân, cerca del lago Ho Tay, en Hanói, flameó por primera vez el tricolor venezolano, mientras que, en La Castellana, al este de Caracas, brilló la bandera roja de estrella dorada. A pocas semanas de la llegada a la capital venezolana del diplomático Tran Thanh Huan, se constituyó, en equipo con el doctor Octavio Beaumont Rodríguez, la Casa de Amistad y Solidaridad Venezuela-Vietnam. Su directiva estuvo integrada por varios combatientes de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), entre ellos los que el 9 de octubre de 1964 capturaron al teniente coronel Michael Smolen, en solidaridad con la lucha del pueblo vietnamita.
Acompañaron a Beaumont Rodríguez en la directiva: Carlos Rey, Raúl Rodríguez, Noel Quintero, Laureano Seijas, César Vargas Medina, Nelson Hernández, Roso Grimau y quien escribe esta crónica.
En abril de 2009, el presidente fundador de la Casa de Amistad, Octavio Beaumont, fue recibido en Ciudad Ho Chi Minh por el presidente Nguyen Minh Triet, quien saludó de manera fraternal a la delegación venezolana, entre la cual se encontraba Luis Correa, quien fuera el comandante Gregorio de las FALN en Caracas, y el guerrillero Enrique Peraza.
El presidente Nguyen Minh Triet condecoró a los combatientes venezolanos por su muestra de valentía y solidaridad durante la operación Van Troi, aquel 9 de octubre de 1964, en la calle Suapure, al este de la capital venezolana.
Oficialmente, el establecimiento de las relaciones Venezuela-Vietnam se siguen conmemorando los 18 de diciembre, que este año 2024 recordará los 35 años de cuando el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez, estampó su firma para oficializar las relaciones diplomáticas de ambas naciones.
Ángel Miguel Bastidas G.
Fuentes consultadas:
Bastidas G., Ángel M. (2017) Xin chao. Vietnam: Editorial The Gioi.
Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2007, Municipio Libertador.
Vietnam Plus. www.vietnamplus.vn