Castigo para quien dio la orden de fusilar a Alonso Cano, prisionero de guerra

Gracias a los perros que acompañaban al entonces comandante de la guerrilla de las FARC, alias Alfonso Cano, las fuerzas militares colombianas dieron con el escondite hace tres años del jefe rebelde y lo abatieron, según revela un video oficial conocido este lunes.

El 4 de noviembre de 2011, el ejército bombardeó un paraje en el departamento de Cauca, unos 350 kilómetros al suroeste de Bogotá, confiado de que alias Cano se resguardaba en una casa campesina, en medio de las montañas. Su verdadero nombre era Guillermo León Sáenz.

El operativo estuvo antecedido por largas tareas de inteligencia —incluidas las interceptaciones a las comunicaciones rebeldes— que permitieron ubicar el lugar. Luego, las autoridades esperaron pacientemente a que una pista les confirmara la presencia de Cano: esta fue el avistamiento de dos perros que sabían eran los fieles escuderos del rebelde, según muestra una grabación de video del ejército que fue entregada al canal local RCN y cuyas imágenes adquirió The Associated Press en la jornada.

Conan, un labrador, y Pirulo, un perro sin pedigrí, acompañaban a León Sáenz desde que este participó en los fallidos diálogos de paz de las FARC con el gobierno del ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) en la región de San Vicente del Caguán.

Confirmado el objetivo, en la mañana del 4 de noviembre de 2011 se ordenó el bombardeo. Vino después el desembarco de tropas y la recuperación de los cuerpos de tres guerrilleros. León Sáenz, empero, no fue hallado de inmediato.

Fue al caer la noche cuando un soldado escuchó sonidos entre los matorrales cercanos a la zona del operativo y vio la silueta de una persona, que intentó escapar ante el requerimiento de alto. El militar, siguiendo las órdenes de sus superiores, disparó sin saber que se trataba de alias Alfonso Cano.

Estos detalles de la forma en que cayó el jefe rebelde también se conocieron en la jornada en una entrevista hecha por el canal RCN al propio militar que disparó, y que mantuvo en anonimato su identidad por cuestiones de seguridad.

Alias Afonso Cano asumió la jefatura de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2008 tras la muerte natural del longevo Pedro Antonio Marín, conocido como Manuel Marulanda o alias Tirofijo.

Tras la muerte de León Sáenz, la guerrilla eligió como jefe máximo a Rodrigo Londoño, alias Timochenko, que dio su visto bueno a las negociaciones en curso con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos para intentar poner fin a un conflicto de medio siglo.