Por: Jorge Rachid |
La nacionalidad es un marco institucional de pertenencia, refiere a ubicación, datos personales, fechas y certificados de las personas, su nacimiento y sus familias que son registrados en la burocracia estatal, a los fines de dar cumplimiento a los mandatos de la Constitución Nacional
El Patriotismo no requiere esos pasos, por ser un proceso más profundo, que nos identifica y ubica en nuestra memoria histórica, de tradición familiar, transmitida oralmente y además por la necesaria socialización de las infancias, que dan costumbres y hábitos compartidos comunitariamente, que forjan la cultura social solidaria de un pueblo.
Ser patriota es una convicción profunda de nuestras raíces, anidadas en esos conceptos, con el agregado de la defensa de los valores que la contienen. Es, pero no se agota en el Himno Nacional o la selección de fútbol, ni en la emoción compartida de encontrarnos con otros argentinos brillantes en el exterior, es además poseer un conjunto de ideas, una mirada que nos permita defender la Patria de aquellos, propios y ajenos, que quieren colonizarla a sus intereses.
Hace 41 años una democracia limitada al Mercado como ordenador social, por el Consenso de Washington, nos cobija, en una falsa opción de Mercado o Justicia Social, de lo público confrontado con lo privado, de alineados compulsivamente en lo internacional o independientes y soberanos. Se da como forzando confrontaciones, que en términos de los intereses patrióticos no existen, cuando esos valores están preservados por la conducción del Estado.
Pero la lucha política por el poder, ha marginado la lucha patriótica de la agenda pública, siendo direccionada a una concepción binaria del «bien y del mal», como valores absolutos y presionando sobre las emociones «amor y odio», que reemplazan las ideas fuerza de concepción patriótica, que comienzan por la defensa irrestricta de nuestras fronteras soberanas: mar, cielo y tierra, junto a la preservación de los derechos sociales, políticos, de DDHH, laborales, constitucionales, jurídicos y todos aquellos que preservan la soberanía nacional, constituyendo el marco necesario de la protección a los intereses del pueblo.
El Gobierno actual con un profundo desprecio por toda la historia de luchas que dieron origen a la Patria, con una sumisión claudicante a los intereses extranjeros de un Imperio en retirada en el mundo, pero vigente en América Latina.
Esa actitud de empleado del colonizador, tiene como consecuencias una profunda ingeniería social y la consolidación estructural del marco macro económico dependiente, que sólo podrá ser removido por la lucha del pueblo y los liderazgos que emerjan de las mismas.
Es un nuevo parto de la historia como fueron unitarios o federales, «civilización o barbarie», confederados o portuarios, agro-ganadería versus industria, que hoy se verifica entre globalistas o nacionalistas, atlantistas o multipolares, en donde la Argentina se encuentra ubicada hoy en un peor lugar, alejada del mundo, que preocupa por cuestiones estratégicas, que el Gobierno delegado de EEUU acata, despreciando muestra soberanía.
Así es como el calentamiento global, la paz mundial, la multipolaridad, el continentalismo latinoamericanista, la ciencia y tecnología, como instrumentos de construcción de soberanía, las políticas de defensa nacional y la protección de los recursos naturales, con promoción de la industria y el trabajo con Justicia Social, son ajenos al Gobierno colonizado a sus preocupaciones.
La defensa de la Patria no se declama, se construye cada día, como lo hacen millones de argentinos anónimos, desde los comedores solidarios a los curas villeros, desde los trabajadores asalariados como los autónomos, profesionales de todos tipo desde docentes a médicos, enfermeras promotores, estudiantes de todas las ramas del conocimiento, que si son capaces de reconocerse como pares de un destino común. Eso constituye comunidad y fortalece la identidad.
Serán capaces en conjunto como pueblo, de recuperar un sentimiento patriótico, que pretende ser arrasado por un enemigo común del destino nacional, que no sólo pretende fragmentarnos aún más, sino que incorpora un saqueo programado que haría del futuro, un país inviable, con un pueblo excluido y dominado, por terceros intereses, ajenos, brutales e inhumanos, como ejercen hoy los Fondos Buitres, provocando guerras y endeudamientos que arrasan soberanías.
Luchar por la Patria ennoblece a los Pueblos y los argentinos debemos estar orgullosos de serlo y de nuestra historia construida en base al esfuerzo y sacrificio de los más humildes, al decir de San Martín: «la historia reconocerá que la Patria se construyó con el aporte de los criollos, los peones, los paisanos, los pueblos originarios y los negros libertos, ya que los patrones se negaban a enviar sus hijos a defenderla».