Atraído por La Leyenda de El Dorado, el Barón Tiesenhausen, ofreció
al Rey de Suecia, Federico I,
convertir a su país en la nación más prospera del mundo.
Por lo cual propuso apoderarse,
de un lugar
en las bocas, del Orinoco, para allí apoderarse de las inmensas riquezas, que se suponía existía en ese lugar.
En unión del judío Simón Abraham, formaron una compañía de comercio sueca.
Al cabo de tres años, adquirieron la Fragata Fortuna, y contrataron al Almirante Lorenzo Brander, experto marino, para que realizará actividades, de comercio con América.
El Fortuna zarpó de Gottenburgo en 1731, después de recorrer las Antillas, recaló en la Guayana Holandesa, dónde solicitaron un marino que conociera el Orinoco, pero los holandeses se negaron a esa petición.
El 6 de abril de 1733, llegó el Fortuna, a las bocas del Orinoco y penetró por el Caño Barima, dónde sólo encontraron a los pueblos Caribe.
Durante cierto tiempo, estuvieron explorando esas tierras, en búsqueda de un lugar para establecerse.
Convencidos del fracaso, se retiraron y regresaron a Suecia en agosto de 1733, dónde fueron mal recibidos y cayeron en desgracia, por no haber podido traer las fabulosas riquezas que habían prometido.
Por tal situación, la empresa sueca, no pudo hacer realidad La Leyenda de El Dorado.
BIBLIOGRAFÍA.
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Octavio Beaumont Rodríguez. Acarlgua.Estado Portuguesa. República Bolivariana de Venezuela. 4 noviembre 2024