La Batalla de Cárdenas: gónadas contra cañones

Henrik Hernandez

publicado en diciembre 10, 2024

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Introducción

El 11 de mayo de 1898, en medio de la Guerra Hispano-Cubano-Estadounidense, tuvo lugar en las aguas de la bahía de Cárdenas un enfrentamiento que, aunque menor en escala, demostró cómo la valentía y el conocimiento del terreno pueden contrarrestar una aparente superioridad tecnológica. La batalla de Cárdenas enfrentó a tres pequeñas embarcaciones españolas contra una escuadra estadounidense más poderosa, marcando un hito en la historia naval.

La batalla de Cárdenas encaja perfectamente en ese análisis crítico de la Guerra Hispano-Cubano-Americana, desmitificando la narrativa de la victoria estadounidense basada exclusivamente en la efectividad de su maquinaria militar y el poderío de su nación.

Mito: La superioridad tecnológica y numérica de las fuerzas estadounidenses garantizaba un triunfo inevitable. Este enfrentamiento, como otros en el conflicto, habría sido una muestra del poderío abrumador del invasor.

Realidad: En la batalla de Cárdenas, se evidenció una serie de deficiencias tácticas y operativas en el mando estadounidense. La lentitud en las decisiones, la falta de adaptación a las condiciones específicas del terreno (aguas poco profundas que limitaban la maniobrabilidad de sus buques), y el sobreuso de su tecnología en un entorno donde no podía maximizarse, revelaron grandes problemas logísticos y una notable incapacidad para manejar operaciones ofensivas con rapidez y eficacia.

Mientras tanto, los defensores españoles, aunque escasos en número y equipamiento, aprovecharon su conocimiento local y demostraron una resistencia decidida. Lograron exponer las vulnerabilidades de un enemigo tecnológicamente superior, pero tácticamente desorientado. Esta batalla refuerza que, incluso con un poderío militar avanzado, la victoria no es segura cuando falta adaptabilidad, coordinación y una comprensión profunda del teatro de operaciones.

Cárdenas se convierte así en un microcosmos del conflicto más amplio: un ejemplo de cómo la narrativa de «victoria tecnológica» puede ocultar la realidad de errores de mando y subestimar la importancia del valor humano y la estrategia en la guerra, a tal grado que los norteamericanos se inventaron supuestas e inexistentes baterías de artillería en tierra para justificar su bochornosa retirada e incapacidad de mando.

Contexto del enfrentamiento

En un esfuerzo por consolidar su dominio en los mares que rodeaban Cuba, los Estados Unidos dirigieron una escuadra a la bahía de Cárdenas, en la provincia de Matanzas. Este puerto, aunque de menor importancia estratégica, representaba un punto simbólico para la defensa española. Por su parte, las fuerzas españolas, conscientes de su desventaja, se prepararon para resistir con recursos limitados y la determinación de proteger el territorio. Pérez Rendon, Comandante de la Flota Española, se le concedió La Cruz de María Cristina por esta hazaña.

Fuerzas y medios

Flota Estadounidense

USS Wilmington (PG-8): Cañonero con 8 cañones de 4 pulgadas (102 mm) y 4 cañones de 6 libras (57 mm). Tripulación: 180 hombres. Rol: Proporcionar fuego de cobertura y liderar la ofensiva.

De Hart, Detroit Publishing Co., publisher. – Esta imagen está disponible en la División de Impresiones y Fotografías de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos bajo el código digital det.4a05681.Esta etiqueta no indica el estado de los derechos de autor del trabajo adjunto. Se requiere una etiqueta de derechos de autor normal. Para más información vea Commons:Sobre las licencias., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10062097

USS Winslow (TB-5): Torpedero con 3 tubos lanzatorpedos y 3 cañones de 1 libra (37 mm). Tripulación: 25 hombres. Rol: incursión rápida en aguas poco profundas.

USS Hudson: Remolcador armado con 2 cañones de 6 libras (57 mm). Tripulación: 45 hombres. Rol: apoyo logístico y rescate.

Flota Española

Ligera: Cañonero con 1 cañón de 57 mm y 2 ametralladoras. Tripulación: 15-20 hombres.Rol: Ataque directo y maniobras defensivas.

Antonio López: Vapor mercante adaptado con artillería ligera.
Tripulación: Mixta, con civiles y militares. Rol: Distracción y apoyo.

Alerta: Patrullero. 1 cañón de 37 mm y rifles. Tripulación: 12-18 hombres. Rol: nave  hostigamiento táctico.

Héroes de la batalla

No se dispone de un listado completo de los nombres de los marinos españoles que defendieron Cárdenas el 11 de mayo de 1898. Sin embargo, se conocen los nombres de los comandantes de las embarcaciones involucradas:

Teniente de Navío Antonio Pérez Rendón, al mando de la lancha cañonera Ligera.

Teniente de Navío Domingo Montes Regüeiferos, comandante del remolcador armado Antonio López.

Teniente de Navío Pasquín, al frente de la lancha cañonera Alerta.

Estos oficiales lideraron a sus tripulaciones en la defensa del puerto contra la escuadra estadounidense. Aunque los nombres de los demás tripulantes no están documentados en las fuentes consultadas, su valentía y determinación fueron fundamentales para el éxito de la defensa.

Desarrollo de la batalla

Iniciativa estadounidense: La escuadra estadounidense ingresó en la bahía confiando en su armamento y maniobrabilidad, pero se encontró con aguas poco profundas que limitaban las capacidades del cañonero USS Wilmington.

Resistencia española: Las pequeñas embarcaciones españolas, conocedoras de las condiciones locales, se movían con rapidez, disparando y replegándose antes de que los cañones estadounidenses pudieran enfocar sus objetivos.

Daños al USS Winslow: El torpedero, que intentó acercarse a las embarcaciones españolas, quedó gravemente dañado por el fuego del cañonero Ligera, que logró impactar en su sistema de propulsión. Este golpe fue decisivo para dejar fuera de combate al Winslow.

Retirada estadounidense: Ante la imposibilidad de maniobrar con efectividad y tras sufrir bajas, los estadounidenses se replegaron, rescatando al USS Winslow con ayuda del remolcador USS Hudson.

Durante la batalla, el USS Wilmington sufrió dos impactos directos, mientras que el USS Hudson fue alcanzado en cuatro ocasiones. El USS Winslow, gravemente afectado por el fuego español, quedó con sus máquinas inutilizadas y tuvo que ser remolcado para abandonar el combate. Esta nave fue dada de baja del servicio por los daños sufridos. 

Teniente de Navío Domingo Montes Regüeiferos. https://dbe.rah.es/biografias/86378/domingo-montes-regueiferos

El Antonio López, tras agotar su parque durante el enfrentamiento, estuvo a punto de ser echado a pique por órdenes de su comandante, el Teniente de Navío Domingo Montes Regüeiferos para evitar que cayera en manos enemigas. Sin embargo, fue rescatada, reparada y continuó prestando servicio, demostrando la resiliencia de las fuerzas navales españolas en la defensa de Cárdenas. Montes fue condecorado con Cruz Laureada de la Orden Militar de San Fernando.

Lecciones de la batalla

La batalla de Cárdenas tuvo una duración aproximada de dos horas. Este período incluye tanto el intercambio inicial de fuego entre las fuerzas estadounidenses y españolas como las maniobras de las pequeñas embarcaciones españolas para hostigar y defenderse del ataque.

La intensidad del combate aumentó cuando el USS Winslow quedó averiado por los impactos de la Ligera, y se prolongó hasta que el remolcador USS Hudson logró rescatar al torpedero, cubierto por el fuego del USS Wilmington. Aunque breve en comparación con otras batallas, este enfrentamiento fue significativo por su desarrollo táctico y el impacto emocional que causó, particularmente en los estadounidenses, que sufrieron bajas notables pese a su superioridad tecnológica.

El mando norteamericano creyó que eran hostigados por batería ocultas en tierra y abrieron fuego contra la ciudad, provocando muertos y heridos en la población y destrucciones materiales. 

El conocimiento del terreno: Las fuerzas españolas aprovecharon su familiaridad con las aguas de la bahía para maniobrar con ventaja, algo que los estadounidenses no pudieron contrarrestar.

Limitaciones tecnológicas: Aunque los buques estadounidenses contaban con una potencia de fuego superior, sus armas eran menos efectivas en un entorno de aguas poco profundas y maniobras rápidas.

El factor humano: La valentía y la coordinación de las tripulaciones españolas jugaron un papel crucial. A pesar de la inferioridad numérica y material, demostraron que el ingenio y la determinación son herramientas poderosas en cualquier combate.

La versión norteamericana omite todo esto y en su narrativa niegan daños mayores y que se retiraron por el fuego de las baterías desde tierra, lo cual históricamente se ha demostrado, pero la arrogancia los hace aferrarse a su versión o en el mejor de los caso omiten hablar de esta batalla. 

El legado de la Batalla Cárdenas

La batalla de Cárdenas no fue decisiva en el contexto general de la guerra, pero dejó una lección perdurable: la superioridad tecnológica y numérica no garantiza la victoria. En este enfrentamiento, tres pequeñas embarcaciones, con artillería limitada, resistieron exitosamente a una escuadra poderosa, infligiendo daños significativos y preservando su posición.

Este evento es un recordatorio del valor de quienes luchan por defender su territorio y de cómo el coraje y la estrategia pueden nivelar el campo de batalla frente a adversarios más poderosos.

La batalla de Cárdenas dejó una enseñanza imperecedera: la tecnología más avanzada no siempre puede superar la determinación y el coraje de los hombres. Aquellos marinos españoles, con recursos limitados y enfrentando una fuerza tecnológicamente superior, demostraron que la valentía y la resolución pueden equilibrar cualquier desigualdad. Es una lección que deben reflexionar quienes, desde las comodidades de Miami, abogan por una intervención militar contra Cuba, ignorando que los cubanos somos herederos de esa misma fibra indomable. Nuestra determinación y valentía, forjadas a través de siglos de resistencia, no pueden subestimarse.

Notas:

Es fundamental luchar por rescatar la memoria de los héroes que enfrentaron al naciente imperio durante la Guerra Hispano-Cubano-Americana. Por ello, Tocororo Cubano continuará exponiendo las batallas de esta contienda, destacando el heroísmo de quienes protagonizaron esta histórica resistencia.

Teniente de Navío Domingo Montes de Regüeiferos –  Santiago de Cuba, 6 de enero de 1863 – San Sebastián, 12 de julio de 1914) fue un marino destacado, galardonado con la Cruz Laureada de la Orden Militar de San Fernando por su heroica actuación en la batalla del puerto de Cárdenas durante la Guerra Hispano-Cubano-Americana el 11 de mayo de 1898, donde enfrentó y puso en fuga a una flotilla estadounidense.

Ingresó en la Escuela Naval Militar en 1880, destacándose por su servicio en Filipinas y Cuba. Ascendió a alférez en 1887 y participó en diversas campañas navales, incluyendo la de las Carolinas y la de Cuba. Fue comandante del cañonero Antonio López entre 1896 y 1898, y tras su hazaña en Cárdenas, regresó a España debido a problemas de salud.

A lo largo de su carrera, desempeñó importantes funciones, incluyendo mandos en buques como el contratorpedero Proserpina y roles en instituciones como el Arsenal de La Carraca, el Depósito Hidrográfico y el Estado Mayor Central. Falleció repentinamente en 1914 mientras servía como ayudante de órdenes del Rey Alfonso XIII.

Fuentes consultadas:

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Este artículo fue actualizado en diciembre 10, 2024