Julio César Centeno
Josué Lorca, Ministro de Eco Socialismo, se ufana de
haber alargado ”un año y medio” el derretimiento del
último pedazo de hielo que languidece en el pico
Humboldt. Alega que tal logro se debe al manto
plástico que, junto con sus socios, desplegó en su
perímetro en Marzo 2024.
Pronostica también que, a pesar de sus heroicos
esfuerzos, el minúsculo remanente de hielo
desaparecerá irremediablemente para finales del 2025.
Los socios de Lorca en esta irracional y peligrosa
iniciativa son el Gobernador de Mérida, Jehyson
Guzmán, y una oscura ONG llamada PROBIODIVERSA,
cuya sede se encuentra en Mérida.
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Lorca implica que, en su opinión, el remanente de hielo
habría desaparecido a mediados del 2024 si no lo
hubiese “protegido” con sus mantos plásticos. Sólo así su
cacareado alargue de “año y medio” nos llevaría a
finales del 2025.
Implica también que, para el momento en que
colocaron el plástico, en Marzo 2024, faltaban solo un
par de meses para su desaparición total. Su patriótica
intervención habría sido realmente milagrosa.
Los medios de comunicación repiten como loros lo que
asegura Lorca, sin el menor escrutinio. No han
presentado ningún informe técnico que justifique sus
alegatos. Es evidentemente falso que el minúsculo
residuo remanente de hielo en el Humboldt se habría
derretido para mediados del 2024. Tal alegato luce más
como un vano esfuerzo por ocultar lo inocultable: su
ignorancia sobre los glaciares de Venezuela.
Nuestro flamante Ministro para el Eco Socialismo
contradice, sin argumentación ni evidencia alguna, el
reciente pronunciamiento del grupo de expertos en la
criósfera, presentado en la COP29 del Acuerdo de París,
Noviembre 2024, en el que destacaron la desaparición
de todos los glaciares de Venezuela.
Lo que languidece en un minúsculo rincón al pie del
pico Humboldt no es un glaciar, sino un pedazo de hielo
en acelerado estado de descomposición. Para que una
masa de hielo pueda considerarse un glaciar tiene que
fluir bajo su propio peso y debe cubrir al menos 10
hectáreas. Lo que queda en el Humboldt cubre menos
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de una hectárea y se encuentra estancado,
derritiéndose irremediablemente. Hace años que dejó
de ser un glaciar.
Pero el ministro Lorca no sólo insiste en llamarlo
“glaciar”. Asegura también que seguirá siendo un
glaciar ”hasta la última partícula de hielo”. Nuestro
Ministro de Eco Socialismo parece delirar que toma su
wiski en un vaso con tres glaciares.
Hace apenas meses que el ministro Lorca se jactaba,
pública y reiteradamente, que el objetivo de su
proyecto para envolver el pedazo de hielo en un manto
mortuorio plástico era “salvar el último glaciar de
Venezuela”. Fue con ese argumento que le vendió el
proyecto al presidente de la república y a la población
venezolana. El mismo mantra lo repetía incesantemente
el gobernador de Mérida, Jehyson Guzmán.
Ignoraron deliberadamente los múltiples señalamientos
de que tales aseveraciones carecían de sentido, que
era imposible salvar el hielo remanente, que
desaparecería en no más de un par de años y que el
despliegue del manto plástico produciría más daño que
bien.
Ignoraron los llamados a por lo menos respetar lo
establecido en la Constitución y en las leyes vigentes en
la ejecución de su improvisada y peligrosa iniciativa. El
ministro Lorca, encargado de hacer cumplir las leyes
ambientales del país, procedió a pisotearlas. Violó lo
establecido en el artículo 129 de la Constitución
Nacional sobre la obligatoriedad de un estudio de
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impacto ambiental, previo al inicio de actividades. Un
estudio de carácter público, al alcance de la población
afectada por su apresurada iniciativa y sujeto a su
consideración.
En su sospechoso afán, el ministro Lorca violó también el
derecho a la participación ciudadana, establecido en
la legislación vigente. El derecho a la participación de
la población en un proyecto que modifica el paisaje del
Parque Nacional Sierra Nevada, un bien público. Un
proyecto que degrada los ecosistemas y afectar
intereses colectivos y difusos, como la salud de la
población de la ciudad de Mérida y de múltiples
comunidades urbanas y rurales aledañas (2).
El ministro Lorca procedió también a violar con absoluta
impunidad el Plan de Ordenamiento y Reglamento de
Uso del Parque Nacional Sierra Nevada, siendo el
funcionario de más alto rango encargado precisamente
de hacerlo respetar. Desde que desplegaron sus royos
de plástico, se adueñaron del parque y han impedido el
acceso del público.
Todos estos atropellos a los derechos de la ciudadanía y
al estamento jurídico vigente parecían justificarlos con el
argumento de “salvar al último glaciar de Venezuela”.
Ahora el ministro Lorca reconoce la falsedad de lo que
había prometido. Reconoce que no hay forma de
“salvar” lo que no existe, que le mintió descaradamente
a la población de Venezuela, en particular al pueblo de
Mérida, con sus absurdas elucubraciones sobre “salvar
el último glaciar de Venezuela”.
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En su euforia de poder, el ministro Lorca y sus socios en
esta descabellada aventura, llegaron al extremo de
asegurar que con su manto mortuorio plástico podían
“recuperar” el glaciar, es decir, hacerlo crecer hasta
“recuperar” su esplendor original, cuando el Glaciar La
Corona cubría cerca de 500 hectáreas. Así deliró
públicamente, el 21 de febrero 2024, en presencia del
Gobernador de Mérida, el General de División Rubén
Darío Belzares, comandante de la ZODI Mérida (Zona
Operativa de Defensa Integral).
El gobernador de Mérida deliró también: “Es un
momento histórico para Venezuela y el mundo”
declaró. “Como merideño me siento orgulloso de
pertenecer al equipo de héroes patriotas que estamos
aportando un granito de arena para brindarle
protección al último glaciar de Venezuela”. Instagram @
jehysonguzman 22 02 2024.
En sus delirios de grandeza se autoproclamaron hace
sólo meses “héroes de la patria”, por salvar el glaciar La
Corona.
Para salvar cara y encubrir su engaño, Lorca inventa
ahora una nueva fantasía circense: haber alargado “un
año y medio” la agonía del minúsculo pedazo de hielo
remanente, en avanzado estado de descomposición.
Lo que demuestra, una vez más, es su desprecio por los
derechos de la ciudadanía a la que está en la
obligación de servir e informar.
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El peligroso manto plástico que el ministro Lorca, en
complicidad con el gobernador de Mérida y
PROBIODIVERSA, desplegó en el perímetro del pedazo
de hielo en el pico Humboldt, quedó separado del hielo
apenas un par de meses después: el hielo se encogió,
haciéndole caso omiso a su manto mortuorio.
Lo que tanto el ministro Lorca como el gobernador de
Mérida evaden mencionar es el peligroso deterioro de
su manto plástico bajo las extremas condiciones
ambientales del pico Humboldt. Estos mantos de
polietileno tienden a deteriorarse con rapidez cuando
se exponen al ataque inclemente, continuo y
combinado de la luz solar, los fuertes cambios en
temperatura, los vientos y las lluvias. Ese deterioro es
particularmente acentuado en las inclementes
condiciones naturales de los altos riscos tropicales de los
Andes venezolanos.
Una de las consecuencias más lamentables y peligrosas
del despliegue del manto plástico en la base del pico
Humboldt es la propagación de micro y nano partículas
de plástico, por el aire y las fuentes de agua. Afectan el
sistema respiratorio, el sistema inmunológico, el sistema
reproductivo y el sistema digestivo de animales y
humanos. Pueden afectar el metabolismo y provocar
daños genéticos. Han sido detectadas en pulmones, en
el sistema gastrointestinal y en la sangre. Pueden
atravesar las paredes de los pulmones y el tracto
digestivo. Penetran de esa manera al flujo sanguíneo
por el que se propagan a otros órganos (1).
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El despliegue del manto plástico al pie del pico
Humboldt es una gigantesca fuente de partículas de
plástico, invisibles pero extremadamente peligrosas.
El ministro Lorca evade toda mención a este “daño
colateral” de su irracional iniciativa.
La inverosímil insistencia inicial del Ministro Lorca y del
gobernador de Mérida en “salvar al último glaciar de
Venezuela”, reconocida ahora como falsa e ilusoria,
parece haber sido motivada por la necesidad de
justificar los cuantiosos recursos económicos que le
transfirieron a la fundación PROBIODIVERSA. La
opacidad de esta operación, por medio de la cual se
utilizaron recursos financieros públicos, por parte de
funcionarios públicos, para intervenir un bien público,
evadiendo la participación pública, para propósitos
que ahora se reconocen como falsos, es motivo de
justificada sospecha. Conviene informarle al pueblo de
Mérida, a la brevedad posible y con la debida
transparencia, sobre la magnitud y el destino de esos
recursos.
No vaya a ser que la Fiscalía General de la República
investigue este oscuro capítulo de la gestión
administrativa del ministro Lorca y consiga un tenebroso
nido de serpientes.
15 12 2024
Jc-centeno@outlook.com