Xin chào | La fatídica navidad de Nixon

“Dien Bien Phu en el Cielo” brillará eternamente en la historia,
es la victoria del espíritu decidido a combatir y vencer porque
no hay nada más precioso que la independencia y la libertad,
con la inteligencia y el talento del pueblo vietnamita…

Vo Nguyen Giap

27/12/2024.- Para Venezuela, el final de este 2024 quedarán registrado definitivamente como el gran año de la recuperación, sobre todo en el ámbito económico, que además despegará la ruta de cara al año 2025, para la patria de Bolívar y Chávez, mientras la incertidumbre recorre el norte del continente, con un Donald Trump que sueña con regresar a Estados Unidos al lugar que ocupara hace varias décadas. Pero precisamente estas navidades le refrescan la memoria al mundo y en especial a la diplomacia estadounidense, de la rotunda derrota sufrida hace 52 años, por la poderosa aviación yanqui frente al humilde pueblo de campesinos que marcó el retiro definitivo de las tropas gringas de la indomable indochina.

El candelero de Kiev y ahora el nuevo infierno del Medio Oriente, es la papa caliente que le deja Joe Biden al millonario neoyorquino, quien con bombos y platillos promete regresar al imperio del norte a sus mejores tiempos, una oferta poco realista frente a los acontecimientos que sacuden al oriente cercano y a la zona euroasiática.

Bajo el cenit hanoiense, que puso al desnudo las ambiciones guerrerista y corruptas de un Richard Nixon, que meses después se vio involucrado en el escándalo Watergate, sufrió una aplastante derrota militar frente al humilde y valiente pueblo vietnamita que forjó a la “lumbrera” de la diplomacia gringa, Henry Kissinger, a firmar el retiro de las bien uniformadas tropas invasoras.

Esa derrota de la aviación más poderosas del mundo, entre Hanoi y Hai Phong, terminó de poner al borde del barranco político a Richard Nixon, quien finalmente terminó atrapado en el pantano de Waltergate, cual barranco que lo sacó para siembre de su controversial carrera política.

Nixon y su fiel secretario de estado, Henry Kissinger, apostaron a trascender ante el mundo como líderes de la paz, manipulando la crisis indochina, pero se equivocaron al escoger las navidades de 1972, porque en tan solo 12 días y 12 noches activaron una puesta en escena ante el mundo que pretendía exponerse como hombre de paz, mientras bajo la sombra preparaban una gigantes ofensiva aérea, llamada Linebraker II, apuntalada por 193 del total de los 400 bombarderos B-52 que tenía para el momento la aviación estadounidense. Consideraron que bastarían 663 salidas para “regresar a Hanoi a la era de piedra”, como lo había prometido Nixon a pocas horas de iniciar aquel infierno navideño que conmocionó al mundo y que en 12 días forjó el retiro de las tropas foráneas de Nixon.

La paz al alcance de la mano
Con esa frase, Kissinger pretendió engañar al mundo, no así al pueblo vietnamita, que tenía años oyendo la retórica de los agresores extranjeros que se esconden tras la máscara del engaño,
En poco tiempo, los silenciosos y activos combatientes vietnamitas se alistaron para enfrentar y derrotar a la mayor potencia aérea a pesar de la significante inferioridad militar.

Según las Memorias de Nixon [The Memoirs of Richard Nixon, Glossets. Dunlop. New York,1978] el 30 de octubre de 1972, el mandatario estadounidense le escribió al primer ministro Pham Van Dong: Todos los acuerdos ya están completos. Tenga confianza en nosotros que ya podrán ser firmados tal como lo señala el itinerario acordado.

Sin embargo, mientras el acuerdo estaba esperando la rúbrica para convertirse en realidad, la Casa Blanca traicionó los puntos prometidos de manera descarada. En realidad, Kissinger había anulado su pasaje a Hanoi, tomando como argumento, que el presidente del gobierno títere del sur Nguyen Van Thieu, se había resistido a firmar los acuerdos. En realidad, se trataba de los últimos intentos de EE. UU de arrodillar al gobierno de la República Democrática de Vietnam (RDV).

En su campaña por la reelección, Nixon había prometido ponerle punto final al conflicto armado en Vietnam, con su novedosa Vietnamización de la guerra, mediante la cual esperaba cerrar el año 1972 exitosamente, mediante la operación Linebacker II de tierra arrasada, hasta regresar a Hanoi a la edad de piedra.

El macabro festival de bombas de todo calibre había comenzado en plena navidad, el lunes 18 de diciembre de 1972, pero a una semana de los ataques, en plena nochebuena, ya sumaban 56 las archi modernas naves de la aviación más poderosa del mundo derribadas por la defensa vietnamita, que sorprendió con seis regimientos de misiles antiaéreos, otros tres de interceptores de la fuerza aérea equipados con cazas soviéticos Mig17, Mig19, Mig21 y ocho batallones de artillería antiaérea, 356 unidades de ametralladoras y armamento antiaéreo de la milicia local y fuerzas populares de autodefensa.

Doce días y doce noches tardó el duelo aéreo que el Soldado mayor de Vietnam Võ Nguyên Giáp, denominó Điện Biên Phủ en el cielo al compararlo con la famosa batalla, comandada por el mismo Giáp, quien había expulsado de toda Indochina a los colonialistas franceses 18 años antes, el 7 de mayo de 1954.

Cañonazos fin de año
Las fuerzas de Nixon se jugaron el resto el viernes 29 de diciembre: durante el día, 36 aviones tácticos atacaron la planta eléctrica Cao Ngắm, Dồn Hy y Thái Nguyên. Por la noche los usurpadores ejecutaron 60 maniobras con los gigantescos B-52, 18 de los cuales se ensañaron contra Đòn Mở (en Lạng Sơn) y otros 12 dirigieron sus mortíferas cargas contra Kim Anh, en Vinh Phụ.

Esa misma noche, otros 70 aviones tácticos se lanzaron contra los aeropuertos de Thơ Xuân, Yên Bái, Hoa Lạc, Hà Tây y Kép, en Bac Giang. Y para despedirse de Hanoi dispararon sus últimos proyectiles contra Đông Anh y barrios periféricos de la porteña Hải Phòng.

Ese último día, la defensa vietnamita sólo sumó a su cuenta un B-52 y un F4, suficiente para redondear una lista de 81 aviones derribados, de ellos 34 B-52 y medio centenar de pilotos capturados. Nunca la poderosa aviación gringa había sufrido un golpe similar.

El sábado 30, Nixon anunció la suspensión de los bombardeos y la retirada en poco menos de un mes de las tropas estadounidenses de territorio vietnamita, y las partes regresaron a la mesa de negociaciones en París.

Antes del descalabro yanqui, ya el Washington Post había definido la operación Linebacker II como el acto de guerra más salvaje y absurdo jamás cometido por un pueblo soberano contra otro, mientras que el New York Times titulaba: Vergüenza mundial. Por su parte, el Die Zeit alemán subrayaba que: Los aliados deben calificar esto de crimen contra la humanidad. Para el Daily Mirror, lo de Vietnam fue Un diluvio de muerte de Nixon en la navidad.

El norte de Vietnam había resistido el impacto de 15 mil toneladas de bombas lanzadas por los bombardeos B-52 en 729 salidas desde la base aérea Andersen (isla de Guam) y de la U-Tupao de Tailandia. Otras 5 mil toneladas fueron descargadas por otras naves estratégicas.

El cinismo de Nixon lo llevó a mostrar el bombardeo sobre Hanoi como un rotundo éxito por haber logrado sentar, ante la mesa de negociaciones, a la diplomacia vietnamita, mientras que su secretario de Estado. Henry Kissinger era premiado con el Nobel de la Paz por su labor en Vietnam en 1973, precisamente el año que ese mismo Kissinger había manejado los hilos del golpe de Estado y el asesinato del presidente chileno Salvador Allende.

La mesa de negociaciones fue activada en París a los 26 días del alto al fuego, y el 29 de marzo de ese año 1973, fue arreada la bandera estadounidense por el general Wayen, rodeado de los últimos 2.105 soldados, avergonzados por la humillante derrota.

No contento con la masacre de 3 mil vietnamitas en 12 días, Nixon violó parte de los acuerdos firmados en París, y aunque retiró las tropas, incrementó la ayuda militar al gobierno títere de Vietnam del Sur, que definitivamente fue derrotado el 30 de abril de 1975, en lo que los vietnamitas llaman la Victoria de Primavera.

A los pocos meses de aquella dramática navidad para la aviación yanqui, Nixon se vio obligado a dejar el poder, al verse empantanado en el Watergate.

Ángel Bastidas González.

Fuentes consultadas:

  • T. L. Lưu. (2004) La Batalla de Điện Biên Phủ en el Cielo. Editorial Thế Giới.
  • Huy T. N. (2010) Vietnam, Guerra de Liberación 1945-1975. Thế Giới.
  • Bastidas G. A (2017). Xin Chào. Editorial Thế Giới.