Xin chào | Lanceros de Apure

Hoy tenemos unas FANB con una visión clara de la defensa de la patria.

Nicolás Maduro Moros

20/12/2024.- Mientras en Venezuela tenía lugar la majestuosa conmemoración de los 200 años de la batalla de Ayacucho (1824), con la participación de importantes personalidades del gobierno nacional e invitados internacionales, encabezados por el presidente Nicolás Maduro Moros, a 10 mil 955 kilómetros de nuestro territorio, en Siria temblaba la tierra por los ataques de los cohetes sionistas tras el derrocamiento del presidente Bashar al-Ásad, por grupos irregulares que habían iniciado su avance hacia Damasco desde la provincia de Idlib, tomada sin resistencia por escuadrones de Hayat Tahrir al-Sham, originando posteriormente la mayor tragedia militar siria desde del año 2019.

Una vez más, allí están los hilos del imperio yanqui y su marioneta mayor en el Medio Oriente, Israel, que tiene la misión de entregarle la riqueza petrolera de los países árabes a los regentes de la Casa Blanca.

Mientras las llamas y la humareda enrarecían el paisaje sirio, en Caracas, el presidente Nicolás Maduro recordaba:

… que ahora más que nunca honramos la heroica y grandiosa gesta de nuestros libertadores y libertadoras, quienes forjaron el destino grandioso de estas tierras. Nuestro pueblo libertario mantiene su espíritu firmemente en la lucha y la conciencia patria, siendo leales defensores de la libertad, la hermandad y la integración.

Se trataba de la gran fiesta patria dedicada a los héroes de Ayacucho.

Al unísono, en la Casa América de Madrid, personalidades españolas, de Portugal y de Perú se daban cita para recordar los acontecimientos de Ayacucho, en un gran esfuerzo por no mencionar la palabra Venezuela y a sus héroes en aquel acontecimiento de 1824: el Libertador Simón Bolívar y el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.

Pero allí está, en la imponente pantalla de la historia, la obra del gigante venezolano que soñó con ver algún día unida a la Abya Yala, desde la Patagonia hasta las maravillosas montañas aztecas, incas y las comunidades ancestrales que hoy son exterminadas por los gobiernos reaccionarios de Argentina y Chile.

Hoy, con profundo dolor, presenciamos cómo la milenaria Siria es destrozada por los aviones made in USA de Israel, bajo las órdenes del decadente imperio estadounidense, que desesperadamente y a cualquier precio busca un aliviadero en procura de frenar su caída en barrena.

Siria hizo recordar la masacre de 2011 de aquella Libia que, a pesar de la resistencia del propio Muamar al-Gadafi, fue mancillada por una operación militar multinacional desarrollada bajo el amparo de la ONU. El objetivo era cumplir lo dispuesto por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que se autorizaba la adopción de «todas las medidas necesarias (…) para proteger a los civiles y las zonas pobladas que estuviesen bajo amenaza de ataque» de las fuerzas leales a Muamar al-Gadafi. Mientras, en Washington, Hillary Clinton se deleitaba frente a la TV con las imágenes repetidas, una y otra vez, mostrando el linchamiento del valiente líder libio.

Desde Miami y Madrid, la selecta derecha venezolana aplaude enloquecida la nueva masacre sobre tierra árabe, y ruega a Netanyahu y Trump que hagan lo propio en Venezuela para acabar con «la dictadura chavista de Maduro», olvidando evidentemente la lección en la que el pueblo venezolano, codo a codo con sus soldados bolivarianos, le dio un revolcón a la fulana operación Gedeón.

Lanceros de Apure

Sin embargo, en fecha más reciente, concretamente en el año 2021, la operación Lanceros de Apure, llevada a cabo por dieciséis comandos de la Armada y el Ejército venezolanos, mostraron su talante patriota frente a unos trescientos irregulares de la disidencia de las FARC-EP, en la emboscada de La Capilla, estado Apure. Aunque la superioridad numérica y el dominio del terreno desde hacía un buen tiempo por parte de la guerrilla colombiana asestaron un duro golpe a los militares venezolanos, allí quedó sellada la entrega y valentía de nuestras Fuerzas Armadas. Ocho militares patriotas decidieron resistir para que varios compañeros, algunos heridos de bala, escaparan. Los ocho valientes muchachos se inmolaron para dejar en alto la estirpe bolivariana.

Ese sacrificio no fue en vano, porque tres años después, en esa zona del Arauca, con unos comandos experimentados, les fueron tomando el pulso a los invasores hasta llevarlos al otro lado de la frontera.

La experiencia de la emboscada de La Capilla nos traslada a lo que se llamó la operación Alas Rojas, un escenario que se dio en la provincia de Kunar (2005). Cuatro agentes secretos de la Armada yanqui hacían inteligencia en un intento por ubicar y eliminar a un líder talibán que tenía a raya a los invasores gringos, quienes fueron detectados y controlados. Es evidente que militarmente fue humillante para las fuerzas invasoras, pero como «la guerra es la continuación de la política por otros medios», según, entre otros, Sun Tzu, Võ Nguyên Giáp, Nicolás Maquiavelo y Von Clausewitz, la pantalla gigante de Hollywood convirtió en héroes a los intrusos, que años después fueron expulsados en masa de Afganistán.

Han pasado varias semanas de los golpes que han recibido los mercenarios gringos, colombianos, ecuatorianos y hasta peruanos, que pretenden repetir la emboscada de La Capilla, pero la fuerzas militares, inspiradas en el gigante Simón Bolívar —que el pasado martes 17 fue recordado por el pueblo bolivariano, a propósito de su partida hacia el reposo eterno—, no sin antes recordar que la Abya Yala está decidida a no dejar que el imperio del norte clave sus garras en esta tierra de hombres y mujeres libertarios.

Se avecina un nuevo reto para la incansable tropa chavista, ya acostumbrada a eso de toma de elecciones y juramentaciones de importantes hombres y mujeres de Estado frente a las cotidianas amenazas de esa derecha irracional, que insiste en traer al supuesto presidente electo de los comicios del 28 de julio pasado. Ya las y los venezolanos estamos acostumbrados a esos deprimentes actos, que en algunas oportunidades han sembrado muertes, como los 27 fallecidos ocasionados por los llamados comanditos de la señora María Corina. Nuevamente, se encontrarán con la sólida fuerza unida como el acero, bajo la inspiración de los candentes llamados del comandante Chávez. Se oirán los gritos del pueblo al calor del latir de los corazones, al lado del Libertador Simón Bolívar, quien con su espada redentora sigue vibrando por América Latina.

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuentes de consulta:

BBC News Mundo. https://www.bbc.com

Venezuela News. https://venezuela-news.com/