Derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez
Por: Reinaldo Chirinos
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A propósito de cumplirse 67 años de la rebelión cívico-militar, que hizo posible el derrocamiento de la dictadura del Coronel Marcos Evangelista Pérez Jiménez, avanzamos en los rastros del tiempo, del mes de enero, cuando el 23 de este mes de 1958, Venezuela presenció este crucial acontecimiento en la historia contemporánea de Venezuela, que no solo marcó el fin de una era de autoritarismo, sino que también abrió las puertas a un periodo de transición, hacia la democracia representativa.
Para comprender la esencia significativa de esta fecha histórica, es necesario analizar las causas del derrocamiento de esta dictadura, que gobernó por espacio de diez años, que tiene que ver con una serie de factores políticos, sociales, culturales, económicos y militares; analizar la diplomacia del gobierno dictatorial, con la política de los Estados Unidos y otros países de régimen dictatorial, la política petrolera, en momentos en que en Latinoamérica se aplicaba el Plan Cóndor, en plena Guerra Fría, Pero en esta entrega apenas haré un ligero resumen, sobre los acontecimientos que ampliaremos en posteriores entregas.
Desde el punto de vista político, la democracia, aunque estaba contemplada en la Constitución de 1947, no lograba consolidarse, debido a las posiciones divergentes, entre las diferentes fórmulas políticas, que emergían en los insipientes partidos políticos, que iniciaban su incursión en la arena política, Circunstancias que aprovecha el Teniente Coronel Marcos Pérez Jiménez, liderando un grupo de oficiales, para dar un golpe de estado, el 24 de octubre de 1948, derrocando al gobierno elegido de manera democrática, y presidido por Rómulo Gallegos instaurándose desde aquel momento una dictadura que se mantiene por diez años en el poder.
El régimen de Pérez Jiménez se caracterizó por la represión política, la censura y la corrupción. Se estableció un estado policial, de persecución contra líderes políticos, se suprimió la libertad de prensa y se controlaron las actividades culturales y artísticas. Los medios de comunicación fueron censurados y los críticos del régimen fueron encarcelados, torturados o exiliados, incluso asesinando, personas ligadas a la resistencia.
La dictadura de Pérez Jiménez en medio de la represión, la violencia y la persecución política, la privación de la libertad de expresión, violando flagrantemente los Derechos Humanos, se promueve el desarrollo económico, se invierten grandes sumas de dinero en infraestructura, se modernizó la industria petrolera y se impulsó la construcción de viviendas y hospitales. La economía venezolana experimentó un crecimiento notable, lo que le valió a Pérez Jiménez el apoyo de algunos sectores de la población. Se construyeron grandes obras públicas, promoviendo una imagen de una Venezuela moderna y próspera. Sin embargo, este desarrollo económico no se tradujo en una mejora significativa en las condiciones de vida de la mayoría de la población, el régimen de Pérez Jiménez se caracterizó por un estilo de vida ostentoso, mientras el pueblo era víctima de pobreza, desigualdad y falta de oportunidades.
El régimen de Pérez Jiménez, se oficializa en 1952 tras una maniobra electoral fraudulenta, aunque el régimen ya venía instaurándose desde 1945, cuando un grupo de oficiales, encabezados por los capitanes Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Mario Vargas, dieron un golpe de Estado al Presidente Isaías Medina Angarita, con el apoyo del partido Acción Democrática dirigido por Rómulo Betancourt, luego este mismo grupo de oficiales, nuevamente dan un golpe de estado para deponer al novelista, Rómulo Gallegos, que en diciembre de 1947, había sido electo en votación popular.
Al producirse el fraude electoral de 1952, el régimen se endosa el triunfo desconociendo los votos electorales a favor «Unión Republicana Democrática» URD, Partido liderado por Jovito Villalba, el régimen se anota el triunfo dando como ganador al «Frente Electoral Independiente» (FEI), partido liderado por el Dictador, entonces procede el régimen a ordenar la salida del país, a Villalba. Es así, como el 2 de diciembre de 1952, el Alto Mando Militar decidió nombrar a Marcos Pérez Jiménez presidente provisional de Venezuela. Luego Pérez Jiménez instala una Asamblea Constituyente el 9 de enero de 1953, Aprobando, esta Asamblea todos los actos de la Junta de Gobierno, y elige por unanimidad al Coronel Marcos Pérez Jiménez, como presidente Constitucional de Venezuela, para el período comprendido entre el 19 de abril de 1953 hasta el 19 de abril de 1958. Al asumir la presidencia, el 19 de abril de 1953, Pérez Jiménez dio un discurso en el que anunció su doctrina del «Nuevo Ideal Nacional».
En 1957 el régimen dispuso realizar una convocatoria para un plebiscito, al que podrían asistir todos los venezolanos mayores de 18 años y los extranjeros con más de dos años de residencia en el país. El Congreso aceptó la propuesta del gobierno y convocó al plebiscito para el día 15 de diciembre de 1957. Se votó con dos tarjetas: una azul a favor de la continuidad de Marcos Pérez Jiménez frente al gobierno dictatorial, y otra de color rojo indicando el voto negativo. La Junta Patriótica desplegó una intensa campaña en contra del plebiscito, por considerarlo fraudulento de antemano. Las mesas electorales estuvieron constituidas por funcionarios del gobierno y estaban vigiladas por militares.
El 20 de diciembre el Consejo Electoral anunció los resultados: en total 2.738.972 votos emitidos, de los cuales 2.374.790 eran votos azules, a favor de la ratificación de Marcos Pérez Jiménez y 384.182 eran votos rojos, en contra del mandato dictatorial. De inmediato se procedió a proclamar a Marcos Pérez Jiménez, como Presidente de la República para el período 1958-1963. Sin embargo, la Junta Patriótica que estaba conformada por representantes de los partidos políticos: Acción Democrática, Unión Republicana Democrática, Partido Comunista de Venezuela y el Partido Social Cristiano COPEI, habían establecido contactos con grupos militares descontentos con el régimen y coordinaron acciones militares en Caracas y Maracay.
El 1° de enero de 1958 estalló una rebelión militar encabezada por Hugo Trejo y otros oficiales. Pero el gobierno logró dominarlos y el Coronel Trejo, al igual que los otros militares, fueron apresados y expulsados del país; después, el 9 de enero, se produjo otra rebelión, realizada por las Fuerzas Navales, nuevamente esta acción también es dominada por el régimen. Ante esta situación, Pérez Jiménez reestructura el gabinete. Destituye al Ministro de la Defensa, Rómulo Fernández, y asume él mismo, esas funciones. También sacó de sus cargos al Ministro de Relaciones Interiores Laureano Vallenilla Lanz, y a Pedro Estrada jefe de la Seguridad Nacional. Ambos abandonan el país.
Ante aquella situación la Junta Patriótica amplió su organización. Se creó un frente femenino coordinado por Argelia Laya del PCV y Rosa Ratto Ciardo de URD, también se crea un frente estudiantil y varios núcleos obreros. El 15 de enero de 1958 circuló el «Manifiesto de los Intelectuales» respaldado por más de mil firmas de diferentes sectores, circularon manifiestos de diferentes instituciones y gremios reclamando elecciones libres y el cese a la represión. De igual manera surge, desde el seno de la Iglesia Católica, la carta pastoral del Arzobispo Arias Blanco, la cual fue leída en todas las iglesias, en la que se denunciaban las injusticias sociales sufridas por el pueblo. El descontento nacional descolló de manera manifiesta, con la unidad de los partidos políticos, las Fuerzas Armadas y otros grupos de opinión, opuestos a la dictadura que venía oprimiendo al pueblo desde 1948.
Luego de los fracasos de las rebeliones del 1° y del 9 de enero, en los días sucesivos la resistencia civil comenzó a cobrar fuerza. El 13 de enero, Fabricio Ojeda, militante del Partido URD, quien presidía la Junta Patriótica, se entrevistó con algunos oficiales de las Fuerzas Armadas y con representantes universitarios para coordinar la lucha contra Pérez Jiménez. El 17 de enero la Junta Patriótica ordenó una huelga general, que debía estallar el día 21. Este llamado tuvo respuesta del Consejo Bancario Nacional, la Cámara de la Construcción y de industriales, que ordenaron a sus miembros solidarizarse con el paro. Tanto estudiantes como obreros, daban mítines relámpagos en las fábricas y en los barrios de Caracas, para incitar a la rebelión cívico-militar. De ese modo se logra la unificación de la lucha que hace posible el movimiento cívico-militar, que derroca a Pérez Jiménez, la madrugada del 23 de enero de 1958, fecha en que huyó, dejando olvidada una maleta donde se encontró parte de las riquezas que ilícitamente había sustraído de las arcas de la Nación.
Reinaldo Chirinos
Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.