La evolución de la Guerra Militar a la Guerra Psicológica a través del tiempo.
Publicado el 26 enero, 2025 por Colarebo Internacional
Desde la prehistoria hasta la actualidad, todas las civilizaciones dominantes se valieron de las guerras para controlar y dominar:
A) Territorios (espacio físico)
B) Recursos naturales (espacio económico)
C) Sociedades (espacio social)
D) Individuos (espacio mental)
Por lo tanto, la historia de la humanidad es la historia del imperialismo y de la dominación del hombre por el hombre (en distintos estadios), cuyas estrategias fueron evolucionando de lo simple a lo complejo:
A) Guerra militar (conquista territorial) = Control político
B) Guerra económica (conquista de recursos) = Control económico
C) Guerra Social (conquista de las sociedades) = Control social
D) Guerra Psicológica (conquista de las mentes) = Control ideológico
Por: Henry Jose Pacheco.
Los imperios antiguos (Grecia, Roma) sólo habían llegado a la conquista territorial (guerra militar) y a la conquista de recursos (guerra económica), y apenas habían tocado el primer estadio de la guerra social (conquista de la sociedad), imponiendo sus idiomas o sus creencias religiosas en los territorios conquistados (caso del latín con Roma, o caso de la religión católica con los imperios de la Edad Media).
Con el Imperio del sistema capitalista, la guerra por el dominio y el control completa el ciclo evolutivo con la guerra social (conquista de las sociedades) y la guerra psicológica (conquista de las mentes).
Esta instancia de guerra por el control y el dominio de las sociedades y de las mentes, se posibilita por el advenimiento de la Revolución Industrial en el siglo XIX, que luego condujo a la Revolución Tecnológica e Informática del siglo XX.
Es decir que la guerra por el dominio y control de las sociedades y de las mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la tecnología (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una estrategia comunicacional.
Esos tres factores (medios de comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales) posibilitaron que la guerra por el control y el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.
Guerra Imperial: Principios Estratégicos.
Para aproximarnos a la comprensión de lo que los estrategas militares y los expertos en comunicación estratégica definen como Guerra de Cuarta Generación es preciso, primero, ingresar a una enmarcación global de la «Guerra» como concepto significante y evolutivo-transformacional de la historia humana. En primer lugar, debemos precisar que la Guerra de Cuarta Generación fue concebida, en sus aspectos teóricos-prácticos, como una guerra de conquista (también diseñada como antídoto contra la guerra de liberación), por estrategas y expertos en comunicación estratégica del campo imperial-capitalista de la era trasnacional. Por lo tanto, la Guerra de Cuarta Generación es una variante emergente de la evolución estratégica, doctrinaria y operacional, de las guerras imperiales desarrolladas a lo largo de la historia como principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió, sin excepción, en todas las civilizaciones dominantes conocidas hasta ahora, incluido el sistema capitalista, como su último estadio de desarrollo. En segundo lugar, y según lo que surge como comprobación fáctica y estadística de cualquier estudio estratégico, las guerras imperiales no se hacen para matar, sino para controlar y dominar. Cuando esgrimimos el concepto «guerra» nos referimos, claro está, a las guerras de conquista, y no a las guerras de resistencia que los pueblos y sociedades fueron oponiendo a las civilizaciones imperialistas, y que no es materia de este trabajo. En tercer lugar, la destrucción material y los genocidios humanos que producen las guerras (de conquista imperial) vienen como consecuencia de la búsqueda de control y dominio sobre un oponente que resiste, y no al revés.
(Controlar para Dominar) Las guerras (de conquista imperial) no se planifican para matar, sino para apoderamiento de un objetivo estratégico siguiendo la motivación imperialista central de controlar para dominar, y su concepto de aplicación va desde territorios hasta sociedades y hombres. El que planea una guerra de conquista no lo hace para matar, sino que lo hace con un objetivo estratégico de controlar y dominar blancos de apoderamiento trazados de antemano, sean territorios (guerra militar), recursos económicos y mercados (guerra económica), países y sociedades (guerra social), o mentes (guerra psicológica). El objetivo estratégico de cualquier guerra de conquista (sea de orden militar, económico, político, o psicológico) es el de controlar para dominar. El control del oponente es la base del dominio, a nivel del hombre y su entorno primero, y de los sistemas (políticos, económicos y sociales) que rigen las sociedades, después. Cuando el primer hombre primitivo controló y dominó por medio de la fuerza a otro, estaba estableciendo el principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió el desarrollo de todas las civilizaciones imperialistas conocidas hasta ahora, y cuya máxima expresión de desarrollo estratégico se da con el sistema capitalista. Toda acción de dominación del hombre por el hombre (implícita en la guerra de conquista imperial) se rige por un axioma estratégico: para dominar, primero hay que controlar por medio de la guerra.
Por eso la dinámica funcional de la historia humana (en todos sus estadios) se rige por las estrategias de control y dominación desarrolladas por medio de las guerras imperiales. La búsqueda del control y el dominio, a su vez, definen el carácter imperialista de las distintas civilizaciones que fueron marcando la evolución y el trazado de la historia humana a partir del dominio hegemónico.
La Guerra (conflicto) de Baja Intensidad de la Oposición contra el Proceso. (GBI)
El régimen que representa a las clases explotadoras tiene dos líneas militares contra revolucionarias: la tradicional, basada en la aplicación de medidas estrictamente militares y represivas y la más moderna que propone combinar medidas económicas, políticas, sociales y psicológicas junto con las militares, bajo el esquema de Guerra de Baja Intensidad (GBI). La GBI es la estrategia contrarrevolucionaria que se basa en una lucha político-militar limitada para alcanzar objetivos políticos, sociales, económicos y sicológicos. Incluye desde acciones diplomáticas, políticas, económicas y sicológicas hasta el terrorismo y la insurgencia. Es una estrategia contrainsurgente desarrollada por el régimen en alianza con el imperialismo norteamericano y la oligarquía financiera internacional para combatir el movimiento popular.
Así la GBI opone a la lucha revolucionaria una guerra contrainsurgente con las siguientes características:
Irregular (fuerzas especiales, grupos paramilitares). Prolongada, permanente y con base popular. Con su propio proyecto político, el cual opone al revolucionario, destruyendo y descalificando de diversas formas este ultimo. Con contenido psicológico, para ganarse las «mentes y los corazones» de la población. Con una inteligencia hiper desarrollada. Con apariencia nacionalista. Con un contra escalamiento (reducción del nivel) del conflicto para contenerlo, disminuirlo, cercarlo. Ofensiva: que trata de aniquilar, rápidamente, en la primera fase (defensiva estratégica), contener y desgastar en la segunda (equilibrio de fuerzas) y desgastar y aniquilar en la tercera (ofensiva estratégica) a las fuerzas revolucionarias. Con una permanente ofensiva propagandística (nacional e internacional) con su versión de los acontecimientos y el aislamiento informativo de las zonas en conflicto (que nadie vea, que nadie oiga, que nadie sepa). Con un esfuerzo permanente por justificar la guerra contrainsurgente y hacer pasar por injustificada la lucha revolucionaria. Con una política de vinculación con los explotados, oprimidos y excluidos, así como con personalidades y agrupaciones progresistas participantes y aliadas naturales de la revolución, a fin de aislarlos de ella (la división y la cooptación son algunos de los medios que utiliza.) Globalizada: para contrarrestar la solidaridad internacional a favor de la lucha revolucionaria. Clandestina: a través de grupos paramilitares y unidades clandestinas del ejército que desarrollan una guerra sucia contra el pueblo. Con promesas de diálogo y paz social inmediata y mejoras sociales superficiales. Diálogo mientras asesina. Migajas a cambio de paz sin dignidad. Con una democracia formal y limitada. Cibernética y de Redes: basada en la información y en los últimos avances tecnológicos. Se trata de construir una realidad virtual en la que el agresor se convierte en agredido.
Guerra Militar, Conquista Territorial y Control Político: Una Relación Indisoluble
La ecuación que planteas, «Guerra militar (conquista territorial) = Control político», resume una dinámica histórica fundamental: el uso de la fuerza militar como herramienta para obtener y mantener el poder político a través de la adquisición de territorio.
La Conquista como Instrumento de Poder
A lo largo de la historia, la conquista militar ha sido un medio recurrente para expandir imperios, imponer sistemas de gobierno y asegurar el acceso a recursos estratégicos. La razón subyacente es clara: el control territorial otorga a un estado un mayor poderío económico, militar y político. Recursos naturales: Las tierras conquistadas suelen ser ricas en recursos minerales, agrícolas o energéticos, lo que fortalece la economía del conquistador. Población: Un mayor número de súbditos implica una mayor base de recursos humanos, tanto para el trabajo como para el ejército. Prestigio: El éxito militar aumenta el prestigio de un estado y disuade a potenciales enemigos. Legitimidad: A menudo, los conquistadores justifican sus acciones apelando a una ideología o religión que les otorga un supuesto mandato divino o histórico.
Las Dimensiones del Control Político
El control político que se obtiene a través de la conquista se manifiesta en diversos ámbitos: Instituciones: Los conquistadores suelen imponer sus propias instituciones políticas, legales y sociales en los territorios ocupados. Ideología: Se busca difundir una ideología dominante que legitime el nuevo orden y cohesione a la población. Economía: Se establecen sistemas económicos que favorezcan al conquistador y a sus aliados. Cultura: La cultura del pueblo conquistado puede ser suprimida o asimilada a la del conquistador.
La Evolución de la Conquista
Si bien la conquista militar sigue siendo una realidad en el mundo contemporáneo, sus formas y objetivos han evolucionado. La globalización, los derechos humanos y el derecho internacional han limitado la posibilidad de conquistas a gran escala. Sin embargo, la competencia por recursos, el deseo de influencia geopolítica y los conflictos étnicos y religiosos siguen generando tensiones que pueden desembocar en conflictos armados.
Es importante destacar que el control político no se limita a la conquista militar. Existen otras formas de ejercer influencia y dominio, como la diplomacia, la economía y la cultura. La «guerra blanda» o «guerra híbrida» combina elementos militares, económicos y políticos para lograr objetivos estratégicos sin recurrir a una confrontación abierta.
En conclusión, la relación entre guerra militar, conquista territorial y control político es compleja y multifacética. Si bien la fuerza militar sigue siendo un instrumento de poder, su uso está cada vez más limitado por factores políticos, económicos y culturales.
«Guerra económica (conquista de recursos) = Control económico», es una representación precisa de una dinámica cada vez más relevante en las relaciones internacionales.
No siempre implica un conflicto armado tradicional. Puede manifestarse a través de una variedad de tácticas, como: Sanciones económicas: Restricciones comerciales o financieras impuestas a un país para presionarlo a cambiar sus políticas. Bloqueos: Restricción del comercio marítimo hacia o desde un país. Devaluación de divisas: Manipulación intencional del valor de una moneda para obtener ventajas comerciales. Subsidios: Otorgamiento de beneficios económicos a ciertas industrias para hacerlas más competitivas en el mercado internacional. Ciberataques: Ataques a sistemas informáticos para sabotear infraestructuras críticas o robar información confidencial. Conquista de recursos: Se refiere a la obtención del control sobre recursos estratégicos, como petróleo, minerales, agua o tecnología, que son esenciales para el desarrollo económico y la seguridad nacional. Control económico: Implica la capacidad de influir en las decisiones económicas de un país o región, ya sea a través de la fijación de precios, la regulación del comercio, o el control de instituciones financieras.
¿Por qué es tan importante esta ecuación?
Globalización: La interdependencia económica entre los países ha hecho que la guerra económica sea un instrumento cada vez más poderoso. Poder blando: En un mundo multipolar, el poder económico se ha convertido en una herramienta clave para ejercer influencia sin recurrir a la fuerza militar. Seguridad nacional: El control de los recursos es fundamental para garantizar la seguridad económica y energética de un país. Desigualdad: Las guerras económicas pueden exacerbar las desigualdades entre países y regiones.
Ejemplos históricos y contemporáneos
Las Guerras del Opio: Gran Bretaña impuso el comercio del opio a China para obtener ventajas comerciales. La Guerra Fría: Estados Unidos y la Unión Soviética utilizaron herramientas económicas para influir en países de todo el mundo. Las sanciones contra Irán: Un ejemplo actual de cómo las sanciones económicas pueden utilizarse para presionar a un gobierno a cambiar sus políticas.
Implicaciones y desafíos
La guerra económica plantea una serie de desafíos complejos: Daño colateral: Las sanciones económicas pueden tener un impacto negativo en la población civil. Desestabilización: Las guerras económicas pueden contribuir a la inestabilidad política y social. Carrera armamentista económica: La competencia económica entre las grandes potencias puede generar una dinámica de escalada. En conclusión, la guerra económica es una realidad compleja y multifacética que requiere un análisis cuidadoso. Comprender esta dinámica es fundamental para comprender las relaciones internacionales contemporáneas y para diseñar políticas públicas efectivas.
Guerra Social, Conquista de Sociedades y Control Social:
«Guerra Social (conquista de las sociedades) = Control Social», encapsula una dinámica histórica y social compleja que ha dado forma a civilizaciones a lo largo del tiempo.
Desglosemos la Ecuación
Guerra Social: No se refiere necesariamente a conflictos armados convencionales, sino a un conjunto de estrategias y tácticas diseñadas para someter o transformar una sociedad. Estas pueden incluir: Propaganda y manipulación: Controlar la información y las ideas para modelar la opinión pública. Represión: Uso de la fuerza para silenciar disidencias y mantener el orden. Asentamiento y colonización: Implantación de una nueva cultura y forma de vida en un territorio conquistado. División y conquista: Fomentar conflictos internos dentro de una sociedad para debilitarla. Conquista de Sociedades: Va más allá de la ocupación territorial. Implica la transformación de las estructuras sociales, económicas y culturales de un pueblo. Control Social: La capacidad de una entidad, grupo o institución para influir en las acciones y creencias de un colectivo. Esto se logra a través de: Instituciones: Gobierno, educación, religión, medios de comunicación. Normas sociales: Valores, costumbres y tradiciones que guían el comportamiento. Ideologías: Sistemas de creencias que justifican el poder y el orden establecido.
¿Por qué es tan importante esta ecuación?
Poder y Dominación: La historia está repleta de ejemplos de cómo las sociedades han sido conquistadas y transformadas para servir a los intereses de un grupo dominante. Identidad y Cultura: La conquista social puede erosionar la identidad cultural de un pueblo y reemplazarla por otra. Resistencia y Cambio: Las sociedades conquistadas a menudo desarrollan mecanismos de resistencia y transformación para preservar su identidad y buscar la autonomía.
Ejemplos Históricos y Contemporáneos
Colonialismo: La imposición de culturas y sistemas económicos europeos en América, África y Asia. Totalitarismos: Regímenes políticos que buscan un control absoluto sobre todos los aspectos de la vida social. Guerra Fría: La competencia ideológica y cultural entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Globalización: La influencia creciente de las corporaciones multinacionales y la cultura popular occidental en sociedades de todo el mundo.
Implicaciones y Desafíos
Desigualdad: La conquista social a menudo perpetúa y exacerba las desigualdades sociales y económicas. Conflicto: La resistencia a la conquista social puede generar conflictos prolongados y violentos. Identidad y Pertenencia: La pérdida de identidad cultural puede tener un profundo impacto en el bienestar psicológico de las personas.
En Conclusión
La guerra social es un fenómeno complejo y multifacético que ha moldeado la historia de la humanidad. Comprender esta dinámica es fundamental para analizar las relaciones de poder entre diferentes grupos sociales y para construir sociedades más justas y equitativas.
Guerra Psicológica, Conquista de las Mentes y Control Ideológico:
La ecuación que propones, «Guerra Psicológica (conquista de las mentes) = Control ideológico», es una representación precisa de una dinámica que ha sido utilizada a lo largo de la historia para moldear la opinión pública y el comportamiento de las masas.
Desglosemos la Ecuación
Guerra Psicológica: Un conjunto de técnicas y estrategias diseñadas para influir en las actitudes, creencias y comportamientos de un individuo o grupo. Estas pueden incluir: Propaganda: Difusión de información sesgada para manipular la opinión pública. Desinformación: Diseminación de información falsa o engañosa. Operaciones psicológicas: Actividades planificadas para influir en las emociones, motivaciones y razonamientos de un público objetivo. Conquista de las Mentes: El objetivo principal de la guerra psicológica es controlar y modelar la forma en que las personas piensan y actúan. Control Ideológico: La capacidad de imponer un sistema de creencias, valores y normas a una sociedad.
¿Por qué es tan importante esta ecuación?
Poder Suave: La guerra psicológica es una forma de poder «suave» que permite influir en el comportamiento de las personas sin recurrir a la fuerza física. Manipulación de la Opinión Pública: Al controlar la información y las ideas, se puede manipular la opinión pública y legitimar acciones políticas o sociales. Conflictos: La guerra psicológica se utiliza a menudo en conflictos armados para desmoralizar al enemigo y ganar el apoyo de la población civil.
Ejemplos Históricos y Contemporáneos
Propaganda Nazi: El uso de la radio, el cine y los mítines para crear un culto a la personalidad en torno a Hitler. Guerra Fría: La competencia ideológica entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que incluyó el uso de la propaganda y la espionaje. Redes Sociales: La difusión de noticias falsas y la polarización política en las plataformas digitales.
Implicaciones y Desafíos
Desinformación: La proliferación de noticias falsas y la polarización política dificultan el diálogo y la resolución de problemas. Manipulación: La guerra psicológica puede utilizarse para manipular a las personas y tomar decisiones en su nombre. Resistencia: Es fundamental desarrollar habilidades críticas para identificar la desinformación y resistir la manipulación.
En Conclusión
La guerra psicológica es una herramienta poderosa que puede ser utilizada para el bien o para el mal. Comprender cómo funciona es esencial para protegernos de la manipulación y para construir sociedades más informadas y resilientes.