4 enero, 2025
Y entonces recibimos al nuevo año con Luna Nueva, con el cielo oscurito, adornado por las estrellas y por la pirotecnia, aunque desolado por el ruido inclemente de lesos fuegos que por la risa de quien compra acaba hasta con la vida de seres humanos, mascotas y plantas, por no mencionar el desastre en el medio ambiente.
Y todo bajo la complacencia de quienes creen que las luces artificiales hacen la felicidad.
Pero bueno, era Luna Nueva, auspiciosa y además está entrando un año que por la sumatoria de sus números promete ser mágico: 2+2+5 es igual a 9, número asociado a la espiritualidad y la transformación, así como a la intuición. Muy bien.
Nada de eso hablaba de la guadaña como para que ella hiciera su aparición musical y se acercara a un ícono de la música popular latinoamericana como Leo Dan. Y la aparición fue el mismísimo primer día del año.
Fue un golpe bajo para el recuerdo de millones que crecimos escuchando sus canciones en su voz, asociada a una etapa ¿cursi, como dicen? de lo popular latinoamericano, pero etapa diversa en lo musical, que nos ofreció el bolero, la balada, el rock and roll, la canción protestataria, la bailable y nos generó también los inicios de la salsa como tal.
Es una etapa asociada a la voz y carisma de Leo Dan, como lo fue de Víctor Piñero, de Sandro, de Bienvenido Granda, de Los 5 Latinos, de las inmensas voces de la orquesta de Billo Frómeta y paremos de contar.
Paz al alma de Leo Dan, así como deseamos paz infinita al alma del negro Víctor Piñero, de quien se cumple mañana el cincuentenario de su fallecimiento en el Hotel Tamanaco.
De corazón deseamos que 2025 nos sea con viento a favor para lo saludable, para lo próspero, para lo empeñoso en función de las metas y que sea muy venturoso para Venezuela, la nave soberana donde vamos los venezolanos con toda nuestra historia y sueños.
@lildelvalle