Volver al reencuentro con nosotros mismos y con tantos sueños inconclusos que galopan hacia el horizonte. ¡Vamos a su encuentro, con la fuerza de mil centauros, en carga tumultuosa, tremenda y victoriosa!
Hugo Chávez Frías
El nuevo triunfo del pueblo venezolano (28 de julio de 2024) le arruinó los planes a la derecha del este de Caracas, que sueña de nuevo con el apoyo del recién electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien le parece más práctico apoderarse de Groenlandia, el Medio Oriente y el canal de Panamá que estar pendiente de la bubónica derecha venezolana.
Los eternos viajeros internacionales, que tienen más líderes que militantes, en su desesperación por abrirse paso a fuerza de porrazos, se han olvidado de actualizarse políticamente, de interpretar los cambios que se están gestando en la dinámica mundial y en la misma recuperada patria de Bolívar y Chávez. Su fanatismo no les ha permitido entender que la Quinta República levantada por el comandante Chávez, a pesar de la fuerte conspiración derechista con apoyo internacional, no se ha detenido y ahora ha tomado un segundo aire, impulsado por el incansable apoyo del gigante batallón bolivariano.
El ingeniero Alejandro Hitcher, quien fue miembro del alto gobierno chavista, como ministro del Ambiente, considera necesario que el poder popular y en general la fuerza bolivariana repasen el programa inicial del comandante Chávez tras impulsar la Constitución que abrió el portón a la Venezuela Bolivariana.
Resaltó el ingeniero Hitcher, ante una asamblea de combatientes de los años sesenta, efectuada en la quinta Castillete (El Paraíso), que la primera campaña del presidente Chávez, cuando decidió conducir el proceso bolivariano por la vía democrática burguesa, en el año 1998, se refirió al árbol de las tres raíces:
Ese, el árbol —dijo— fue producto de una semilla, y esa semilla fue Bolívar, el pensamiento del Libertador, que en este caso dio vida a dos raíces: las ideas robinsonianas y la corriente zamorana. Así nace el tronco de ese árbol bolivariano, es decir, las ideas de Bolívar. Mediante esa didáctica, Chávez iluminó al naciente movimiento chavista, que se había mostrado dispuesto a dejar en el camino a la caduca Cuarta República, que tanto daño le hizo al país.
Inspirado en ese modelo, explicado de manera sencilla y que puso en marcha su teoría revolucionaria, el comandante precisó cinco polos, resaltando la refundación de la República en el año 1999, con la aprobación, por parte del pueblo, de la Constitución Bolivariana de Venezuela, logro que no fue interpretado como un simple panfleto.
No fue cualquier cosa, porque Chávez había conducido a los venezolanos hacia la Quinta República. Así se había refundado un nuevo proceso, tras el fracaso de la llamada Cuarta República (1830-1999), que había truncado los logros de Bolívar, en Angostura, donde fue posible la unificación de Venezuela, Cundinamarca (Virreinato de Nueva Granada) y Quito. Boves había forzado la caída de la Segunda República, tras su éxito en Úrica. Con la Cosiata y el Congreso de Valencia, Páez traiciona al Libertador para colocarse al servicio de las oligarquías. Esa Cuarta República cierra un ciclo que abrió paso, en 1999, a la refundación de la República que hoy, con el presidente Nicolás Maduro y con su triunfo del 28 de julio de 2024, asume el compromiso de consolidar los logros del comandante Hugo Chávez de conducir al pueblo hacia el fortalecimiento de la Quinta República. Para dar ese paso histórico es imprescindible la profunda reforma de la Constitución Bolivariana de Venezuela, como lo intentara Chávez en el año 2007, cuando la oposición supuestamente ganó la consulta electoral por 125 mil votos de ventaja, un tema que aún se discute.
De cara al socialismo
El exministro de Ambiente Alejandro Hitcher considera que esta gestión del presidente Maduro será decisiva para que la República Bolivariana de Venezuela marque el paso decisivo hacia el socialismo a la venezolana. Para dar ese salto es necesaria la reforma de la actual Constitución, como lo intentara el comandante Chávez en la controversial consulta del año 2007.
El líder venezolano había afirmado en ese año 2007 que con esa Constitución aprobada en el 1999 no era posible construir un Estado socialista. Por eso no es una casualidad, por ejemplo, que en nuestro texto constitucional no figure la palabra comuna, aunque la consigna «comuna o nada» ha ido calando en la población. Esto quiere decir que muchos proyectos no serán posibles si no se reforma el actual texto constitucional, sin el cual no será posible alcanzar metas de profundos cambios, como el verdadero impulso de la comuna y echar por tierra el antiguo formato organizacional citadino que heredamos de los conquistadores, como la parroquia, las alcaldías o los consejos municipales.
Era de esperarse que el presidente Nicolás Maduro, en el acto de juramentación, presentara ante la Asamblea Nacional un ambicioso programa de gobierno denominado Plan de las Siete Transformaciones (7T), como producto de un programa de consultas que involucró a más de sesenta y tres mil asambleas populares.
Ese programa de las 7T, surgido de la consulta, debate y acción (CDA), marca el trayecto que deberá transitar la pauta del presidente Maduro, tras una gestión, sobre todo de los últimos tres años, en la cual se ha demostrado una franca recuperación del país. Ratifica que los votos obtenidos por la causa bolivariana no fueron casualidad, sino reflejo de las expectativas del pueblo cuando le tocó definirse frente al teclado de las máquinas del CNE, para darle el sí a la gestión del presidente bolivariano.
La primera transformación apunta a una diversificación económica significativa, la cual contempla el aprovechamiento estratégico de los recursos energéticos mientras se impulsa el desarrollo de industrias derivadas. Se establece un fondo de financiamiento estatal para emprendedores, al lado de una reforma tributaria progresiva que busca una distribución más equitativa de la riqueza.
La propuesta del segundo eje consiste en un programa de modernización estatal que incluye la implementación de un gobierno digital centralizado y un sistema único de trámites. Ese segundo eje incluye la creación de una cédula digital que integrará datos de identidad, tránsito, salud y seguridad social.
La tercera transformación abordará la seguridad nacional desde múltiples ángulos, fortaleciendo la defensa territorial y reafirmando el reclamo sobre la Guayana Esequiba. Se plantea la implementación de las Casas de Justicia y Paz para acercar el sistema judicial a las comunidades.
El cuarto eje prioriza el fortalecimiento de programas sociales existentes, con énfasis en la optimización del sistema Patria y las cajas del CLAP y se sugiere una renovación integral de los sistemas educativos y de salud, con especial atención a la infraestructura escolar y la dotación de centros médicos.
El quinto eje indica la consolidación del poder popular mientras promueve un Gran Acuerdo Nacional por la Paz 2030. Igualmente, enfatiza la transparencia gubernamental y se establece un código de ética para la dirigencia política.
Paso siguiente lo constituye un eje que introduce una política ambiental integral que incluye fondos compensatorios para desastres naturales y la promoción de prácticas agroecológicas. Propone un nuevo enfoque de planificación urbana centrado en la sostenibilidad.
Finalmente, la séptima transformación plantea proyectar a Venezuela en el escenario internacional, fortaleciendo vínculos con el sur global y los Brics, a la par de un sistema alternativo de pago y comercio para contrarrestar las sanciones internacionales.
Ángel Miguel Bastidas G.
Fuentes de consulta:
Chávez, H. R. (2013). El brazalete tricolor. Caracas: Vadell Hermanos Editores.
Entrevista al ingeniero Alejandro Hitcher (2025, 18 de enero).