Amor y enamorados

Luis Britto García

Ay, flechazo. Tan felices que sin él éramos. Tan infelices que sin él seríamos.

Qué decir de amor, ante el cual todo enmudece.

Aquí está de nuevo Amor. No hay bajeza a la que no nos someta: ni adulación más indigna, adoración más beata, culto a la personalidad más extravagante que el que rendimos a la homenajeada.

Amor libera de todo, salvo de la amada.

Toda obra maestra rinde culto a una musa, igualmente aterra que exista mujer digna o indigna de merecerla.

Inútilmente se inventaría la píldora contra el amor porque ni el más desdichado de los enamorados quiere dejar de estarlo.

Si nos equivocamos al elegir a la amada, qué quedará para las demás cosas, que no tienen importancia.

No es el amor belleza porque la suerte de la fea la bonita la desea. Inteligencia no es, porque nos priva del raciocinio. Capricho tampoco, porque el verdadero duele más allá de la muerte. Admiración menos, porque ningún varón la merece. Nadie sabe qué es amor hasta que lo hiere.

Religión, desdichada parodia de amor reducida a rituales.

Desciende Orfeo a los infiernos para rescatar a Eurídice apaciguando a los demonios, mas al palparla en el umbral del mundo de la sombra descubre que ha desaparecido amor, que de ausencia se alimenta.

A las puertas de Jerusalén toda una noche combate Tancredi con un enemigo de sombría armadura que, herido mortalmente, resulta ser su amada Clorinda. Corazas de discreción o amor propio simultáneamente aniquilan amantes, mas sin secreto, mueren secretamente.

Entrega Fausto el alma a cambio de un amor, que es la verdadera prueba de la existencia del alma.

El joven Werther acaba de un pistoletazo con lo que el rechazado Goethe arrastra hasta la eternidad.

Entonces estuvieron todos equivocados. Tristán al amar a Isolda, Abelardo al encapricharse con Eloísa, Dostoievsky al enloquecer por Polina Suslova, Nietzsche al desequilibrarse por Lou Andreas, Oscar Wilde al idolatrarse a sí mismo, Brahms al pretender toda una vida a Clara Schumann. Si erramos en lo único que importa, qué probabilidades hay con lo demás.

Falsa ciencia del amor del cual tras cada nuevo ataque todo lo olvidamos.
Vi llorar por un desconocido a la mujer de la que ninguno podía dejar de enamorarse.
¿Haberla poseído una sola vez, infierno o paraíso?

El que tuvo cien amores se pregunta qué hubiera ocurrido de no ser tímido.

Y al fin qué creatura efímera podría colmar el ansia de infinito.

Sirviéndose de nuestros desvaríos cumple la carne sus propósitos.

El verdadero amor tiene nombre y apellido: todos los demás son apodos.
Única cura de amor, uno nuevo.

Ojalá fuera ciego amor, por no ver las perfecciones que tan dolorosamente niega.

El mordisco a una boca o una fruta nos arrebató el Paraíso; de él lo único que nos queda es una fruta o una boca.

Nacen nuevas generaciones solo por el eternamente fallido anhelo del amor perfecto.

La única resurrección es la pequeña muerte.

La única eternidad, el amor negado.

Desde la primera célula viviente se busca el amor perfecto para la perpetuación sublime, y el resultado es lo que vemos.

¿Fuimos alguna vez el falso fantasma inventado por el extravío de alguna alucinada, y cómo soportaríamos la comparación con él?

En la oscuridad se aman Eros y Siquis hasta que por curiosidad lo ilumina ella con una lámpara; Eros escapa porque era en verdad hermoso, pero nunca como el misterio que lo perfeccionaba.

Amor nos hace para que Amor nos deje.

La cursilería es el hijo bastardo del amor negado.

Falsa toda literatura y música sentimental: Amor que es la única verdad prospera en el engaño.

Cómo saber si es más duro suplicar por agonía o negarse por conveniencia.

Ah, si pudiéramos a cambio de un verdadero amor vender el alma, pero la verdad del amor no la sabe ni el Diablo.

Fuerza de Amor vence sus espantosas máscaras, los dientes teñidos de negro de las damas japonesas, los ojos agobiados de sombra de las flappers, los tatuajes que son la única forma de hacer espantosa una piel femenina.

Agobiador aprendizaje de las excusas del amor: religiosidad medieval, esteticismo renacentista, neoclasicismo ilustrado, desmelenado romanticismo, positivismo árido, enredado existencialismo, sicodelia, tantos disfraces para lo mismo.

Mientras más crecen las industrias del amor menos se ama.

Desconsuelo de la llama el no poder propagarse.

Quién sabrá si es peor el destino de Don Juan que las consigue todas porque no se enamora de ninguna o el del suspirante que se enamora de todas pero no consigue ninguna.

Desprecia Don Juan a la divinidad y a la mujer porque son la misma cosa.

Llegará el momento en que la gente dejará de amar, eternamente conectada en la realidad virtual sobre el amor.

La clonación nos proporcionará copias exactas de nuestras amadas a ser idolatradas por copias exactas de nosotros mismos.

Quién será nuestra adorada bajo la capa de ficciones con que se recubre; quiénes seremos bajo la cúpula de espejismos que creamos para reflejarla.

Toda la filosofía, la literatura, la música, la plástica, la ética, la sociología, la sicología dedicadas a la pasión eran inútiles: se trata sólo de una feromona.

Los amos del mundo que nos quitaron todo lo que amamos quieren ahora que los amemos.

Solo un verdadero amor nos estaba destinado, el de la que nació hace siglos o nacerá en milenios en un sitio ilocalizable del cosmos.\Los sabios se declaran intercambiándose sus códigos del ácido desoxirribonucleico.

Bebés de probeta en idilios de alambique.

Industrias del amor que crean mundos contabilizados con los guarismos de la codicia.
Creamos la adorada genéticamente perfecta mas ella solo acepta al adorado genéticamente perfecto que ella misma genera.

Al dirigirte las adulaciones que amor inspira temo despreciar la verdad de lo que amo ahogándolo bajo una catarata de mentiras.

Amor anhela la perfección pero existe solo para combinar al azar la imperfección de las mutaciones.

Hechos el uno para el otro, qué aburrido.

Modas unánimemente matapasiones y maquillajes horripilantes son la prueba de que amor lo vence todo.

Los poderes muestran su adoración por los países arrasándolos.
Amor vence destruyéndonos.

No sé qué vi en ella; era ella lo único que veía.