
La Victoria de la Primavera vietnamita es patrimonio cultural de la humanidad.
Abdelaziz Buteflika
07/02/2025.- Hijo de una migrante británica que llegó a Estados Unidos en 1942, el actual inquilino de la Casa Blanca había prometido, antes de ascender a su segundo mandato, hacer realidad el auténtico sueño americano, que en realidad ha convertido en una auténtica pesadilla, sentida en todos los rincones de la tierra de Abraham Lincoln.

Tras posesionarse de su segundo mandato, el millonario neoyorquino mostró su verdadero rostro en un santiamén, retando al mundo: prometiendo que Canadá completará el mapa de Estados Unidos, conjuntamente con la gigantesca isla de Groenlandia, un enorme territorio cubierto de nieve, espacio danés autónomo ubicado entre los océanos del Atlántico norte y Ártico. Si esto resultara poca cosa, Trump promete también regresar el canal de Panamá a manos gringas, no sin antes sacar del territorio estadounidense a todos los migrantes, a quienes cataloga de criminales.
Cambiar el nombre del golfo de México a golfo de América es otro de los sueños del excéntrico millonario, quien, además, reta a su patio trasero europeo, al que acusa de estar guiñándole el ojo a Rusia y a la República Socialista de China.
Todo parece indicar que míster Trump requiere con urgencia una cura de sueño, para que se reencuentre con su propio yo y recuerde la tragedia sufrida por Estados Unidos en la península indochina. De ahí regresaron a los aeropuertos estadounidenses más de cincuenta y cuatro mil ataúdes, forrados con la bandera de las cincuenta estrellas y las trece barras. Junto a estos, llegaron miles de soldados mutilados o contaminados del agente naranja (dioxina) que los mismos aviones estadounidenses rociaron sobre el sur vietnamita por órdenes de Lyndon B. Johnson, entre 1963 y 1969.
Trump: remember april 30th, 1975
Olvida el magnate neoyorquino que el próximo 30 de abril se cumplirán cincuenta años de la caída de Saigón, símbolo de la peor derrota militar sufrida por Estados Unidos desde su nacimiento en 1776.
Famosa es la fotografía en blanco y negro del tanque ruso M-41, número 390, bajo la conducción del oficial Le Van Phuong derribando el portón del Palacio de la Independencia, en Saigón, a las 11:30 a. m. del 30 de abril de 1975.
Por las calles de la antigua capital sureña de Vietnam rodaban, como juguetes, fusiles, pistolas, granadas, uniformes militares, cascos, fornituras y otros implementos militares abandonados minutos antes por miles de soldados que habían servido bajo el mando estadounidense. Mientras, miles de hombres y mujeres celebraban aquella victoria de primavera, que mostraba la cara de ese otro mundo posible y que confirmaba que no existe un enemigo imbatible frente a un pueblo lleno de conciencia, dispuesto a vencer.
Detrás de aquel tanque M-41, había penetrado el vehículo militar conducido por el capitán y comandante del regimiento 66, que tenía la misión de tomar la Comandancia de la Marina y la emisora de radio e izar la bandera rojiazul de estrella amarilla en lo más alto del palacio de gobierno, además de capturar al presidente títere de Vietnam del Sur, Duong Van Minh, junto a todo su gabinete.
La Victoria de la Primavera vietnamita, obra maestra de la Marcha Ho Chi Minh, fue sentida y celebrada como suya por movimientos progresistas de todo el mundo, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, que durante años lucharon de diferentes formas contra la usurpación estadounidense en la indomable Indochina.
La tragedia yanqui comenzó en 1945
La mediática imperialista siempre ha reseñado que la tragedia yanqui había comenzado en la década de los sesenta con la llegada de Lyndon B. Johnson a la Casa Blanca, en 1963, tras el asesinato de John F. Kennedy en Dallas. Sin embargo, Estados Unidos, en realidad, estuvo desde 1945 apoyando al invasor francés con dinero y armamento.
Con el gobierno de Harry S. Truman (1945-1953), Estados Unidos había iniciado la entrega de ayuda a los colonialistas franceses, en dinero y equipamiento militar, pero fue en 1954, con la llegada al poder de Dwight D. Eisenhower (1954-1961), cuando Estados Unidos entregó gran cantidad de armamento a los invasores europeos: 1400 tanques y blindados, 619 aviones, 390 buques de guerra, 16 mil vehículos militares, 175 mil armas de infantería, 2 mil 555 millones de balas de todo tipo, todo equivalente a 2.6 mil millones de dólares estadounidenses, de acuerdo con la taza de cambio del momento.
Desde ese año 1945, las fuerzas militares estadounidenses siempre actuaron detrás de las incursiones francesas, incluyendo la famosa batalla de Dien Bien Phu, de 1954. Entonces, Vietnam logró expulsar a los invasores europeos, de tal manera que una importante cuota de ese revés le correspondió a los militares gringos, quienes luego se posesionaron del sur vietnamita tras violar buena parte del Acuerdo de Ginebra (1954).
La incursión yanqui en el sur de Vietnam se incrementó significativamente durante el gobierno de Johnson, mediante la utilización del napalm, el agente naranja (dioxina) y el uso masivo de los bombarderos B-52. Sin embargo, los gringos sufrieron importantes derrotas en la Ruta Ho Chi Minh, sobre todo en la gran batalla de la Ofensiva del Tet (1968), que impactó a nivel internacional, en los propios Estados Unidos y en Europa, donde el movimiento estudiantil universitario jugó un papel determinante.
En las Navidades de 1972, entre el 18 y el 29 de diciembre, durante el mandato de Richard Nixon (1969-1974), la aviación militar yanqui lanzó lo que se llamó la operación Linebacker II, con las pretensiones de poner de rodillas al gobierno de la República Democrática de Vietnam.
Nixon, a través de su secretario de Estado, Henry Kissinger, intentó hacer creer al gobierno de Hanói que estaba dispuesto a firmar el fin de la guerra, mientras preparaba un gigantesco bombardeo sobre la capital vietnamita y la ciudad portuaria de Hai Phong, apuntalado por cientos de aviones de última generación, entre ellos los poderosos bombarderos estratégicos B-52, de 230 toneladas.
Los vietnamitas siempre desconfiaron del gobierno estadounidense y se fueron preparando para la histórica batalla aérea. Esta resultó decisiva para vencer a la aviación más poderosa del mundo y obligarla a salir de territorio indochino dos años después, en 1975, luego de la caída de Saigón, la antigua capital del sur de Vietnam.
Tras perder ochenta y un aviones de alta gama, entre ellos treinta y cuatro B-52, en lo que se llamó la batalla Dien Bien Phu en el cielo, el ejército estadounidense hubo de firmar en la mesa de negociaciones de París su salida del territorio vietnamita, aunque siguió apoyando al gobierno fantoche del sur, que fue depuesto el 30 de abril de 1975.

Ángel Miguel Bastidas G.
Fuentes de consulta:
Trong Lan, L. (2004). La batalla de Dien Bien Phu en el cielo. Hanói: Editorial The Gioi.
Toan, N. H. (2010). Vietnam: guerra de liberación (1945-1975). Hanói: Editorial The Gioi.