Xin chào | Cuando el yanqui dijo: «No más»

Sun Tzu explica la manera de distinguir lo verdadero de lo falso entre las apariencias del enemigo.

Chʹen Hao

07/03/2025.- La charlatanería mostrada por Donald Trump antes de cumplir sus cien días de mandato le ha permitido mantenerse en las redes, desconcertando a unos y convenciendo a pocos, pero al final tendrá que mostrar su verdadero rostro. Así le sucedió a Richard Nixon y a su secretario de Estado, Henry Kissinger, en 1972, cuando trataron de marear con discursos a los vietnamitas, al estilo que estamos oyendo por estos días desde la Casa Blanca.

Trataron de distraer a las autoridades norvietnamitas en 1972, para luego lanzar un bestial bombardeo de última generación para intentar arrodillar a Hanói y Hai Phong, pero, a los doce días y doce noches del operativo, brotó la realidad. El 29 de diciembre de ese año 1972, Nixon anunció la retirada de los pocos soldados que mantenían en Indochina, aunque después del Acuerdo de París, intentaron repetir un segundo capítulo de promesas, que también les falló. Fueron definitivamente derrotados en Saigón, tres años después.

Para refrescar nuestro trabajo anterior sobre el famoso agente de la inteligencia vietnamita Phạm Xuân Ẩn, nos trasladamos a uno de los acontecimientos más trascendentes en su hoja de servicios, desde la silenciosa trinchera bajo las sombras de la ofensiva revolucionaria en lo más lejano del indomable sur vietnamita. Uno los últimos boletines clandestinos del superagente marcó pauta en el alto mando militar del Partido Comunista antes de emprender el ataque decisivo contra las fuerzas gringas y las tropas fantoches vietnamitas, con la mira puesta sobre Saigón, para entonces la capital de aquel lejano sur.

Corría el 4 de marzo de 1975, por la alta planicie occidental, escenario de los que sería el inicio de la campaña Tay Nguyen, una ofensiva general que también se llamó Levantamiento de Primavera, cual punto de inflexión decisivo en la batalla que abriría el camino hacia la victoria total en Buôn Ma Thuột. Ahí, el Frente de Liberación Nacional (FLN) entraría «como Pedro por su casa», porque la victoria estaba cantada, según la magia del Xuân Ẩn, el genio de la inteligencia del pueblo que alimentaba la base H-63 de espionaje.

Según los escritos del erudito chino Sun Tzu, recopilados en El arte de la guerra, entre los siglos VI y V a. C., era recomendable conocerse a sí mismo y conocer bien al enemigo para poder asegurar la victoria (palabras más, palabras menos). Eso fue lo que hicieron los vietnamitas cuando crearon numerosas bases de inteligencia defensiva, que permitieron penetrar el gobierno del sur (CIA incluida) hasta la coronilla, con un ejército de veinte mil silenciosos agentes, además sembrar de empleados comunistas todo el aparato burocrático del gobierno saigonés.

El pueblo estadounidense activó alarmas

Además de los movimientos populares que derrumbaron dictaduras latinoamericanas que eran sostenidas por la Usaid-CIA, en propio Estados Unidos hubo movimientos contra la guerra en Vietnam, encabezados por los veteranos de guerra, también el movimiento estudiantil y, en especial, las estruendosas manifestaciones de importantes figuras musicales, que asustaron a los gobiernos de Lyndon B. Johnson y Richard Nixon. La razón es que esas acciones impactaron seriamente en la conciencia del pueblo estadounidense.

El concierto de Woodstock, que tomó una granja del condado Sullivan, Nueva York, entre el 15 y el 18 de agosto de 1969, con la asistencia aproximada de medio millón de personas, marcó un hito en las históricas protestas universitarias, como respuesta a los ataques militares sobre pueblos de la península indochina del sureste asiático.

Ese Woodstock pareció haberse oído en la Francia insumisa, donde reventó el Mayo Francés. Esa realidad, ese levantamiento no solo conmovió a la sociedad estadounidense, sino también a varios países europeos, hasta sacudir al alto mando militar gringo, que notificó a la Casa Blanca y a sus jefes militares títeres, cuando las tropas rebeldes vietnamitas se acercaban a Saigón, que las fuerzas militares de Estados Unidos no regresarían al sur de Vietnam.

Toda esa información conmovedora fue manejada sin problemas por el veterano agente Phạm Xuân Ẩn, quien ipso facto la trasmitió a su alto mando militar rebelde, que de inmediato aceleró la marcha hacia Saigón, mientras las tropas proyanquis rehuían el combate y se retiraban hacia al delta del Mekong.

El «No más» yanqui

Ese 4 de marzo de 1975, cerca de Saigón, nos hizo recordar el 19 de noviembre de 1980, cuando el famoso boxeador panameño Mano e Piedra Durán prefirió decir: «No más» ante su impotencia frente al gran Sugar Ray Leonard, en Nueva Orleans, Estados Unidos.

El informe capturado por Xuân Ẩn indicaba que:

Estados Unidos no intervendría bajo ninguna circunstancia para salvar al régimen de Saigón, debido a la fuerte presión del movimiento antibelicista en varias ciudades estadounidenses. Las fuerzas norteamericanas no regresarían al sur, la séptima flota no volvería al mar Oriental, EE. UU. no desplegaría sus fortalezas volantes B-52 a los campos de batalla de Indochina y la ayuda norteamericana para Vietnam, incluso la ayuda militar, se reduciría.

Especialmente, sostenía el estudio, acerca de la disposición de las tropas de Saigón, que el lugar más vulnerable era el frente Tay Nguyen, en la zona militar II y que, en ese lugar, el campo militar más importante era Buôn Ma Thuột. En conclusión, decía que, si los comunistas atacaban Buôn Ma Thuột, todo el sistema de defensa de Saigón en Tay Nguyen se derrumbaría y tendrían que huir para defender el área del delta.

Afirma el general Nguyen Huy Toan (Vietnam: guerra de liberación, 1945-1975) que el 29 de marzo liberaron la tercera ciudad más importante de Vietnam, Da Nang, por donde habían penetrado los franceses en 1858. En ese territorio, desintegraron todas las fuerzas enemigas, de unos cien mil soldados. El 9 de abril, las tropas del FLN lanzaron sus combatientes por el noreste y sureste de Saigón y, el 21 del mismo mes, el presidente títere Nguyên Van Thieu huyó hacia el extranjero.

A esas alturas, fue activada la campaña Hồ Chí Minh, que el 30 de abril, a las 11:30 a.m., irrumpió con sus tanques en el patio central del Palacio de la Independencia, donde fue capturado el presidente Dương Văn Minh con todo su gabinete.

Ese glorioso día se habían cumplido los pronósticos del gigante de la inteligencia vietnamita, quien se mantuvo en la clandestinidad hasta el siguiente año, por la seguridad de su familia, que vivía en Estados Unidos. Ese 1976, Xuân Ẩn, lució por primera vez su uniforme de mayor general.

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuentes de consulta:

Hai Van, H. y Tu, T. (2004). Phạm Xuân Ẩn: un general del Servicio Secreto (las muchas caras de Vietnam). Vietnam: Editorial The Gioi.

Toan, N. H. (2010). Vietnam: guerra de liberación, 1945-1975. Vietnam: Editorial The Gioi.

Tzu, S. (2008). El arte de la guerra. Caracas: Ediciones Era-Luz.