
A los 82 años de edad, el hombre vuelve, a ser un niño, y la mujer vuelve a ser una niña.
Pero es mucho lo que uno ha vivido, en el amor, cariño, querer, trabajo, educación, familia, hijos, nietos.
Algunas veces uno ha sido vencedor y otras veces derrotado, pero es necesario aprender a levantarse,
con fe, ánimo y esperanza, para poder seguir transitando el camino que es duro pero es el camino
como diría el poeta Argimiro Gabaldón.
A veces las cosas son de cal y otras de arena, pero pensándolo bien así es la vida que es como una universidad dónde todos somos estudiantes.
Lo que si sabemos por la biología, es que nacemos, crecemos, desarrollamos y viajamos al infinito,
para convertirnos en suave ceniza que sirve de abono a la agricultura y volvemos a nacer en las plantas
para embellecer la naturaleza.
Así que nos convertimos en alimentos para dar fuerza a nuestra sociedad.
Es un gran verdad como la puerta de un templo que de nada valen los títulos agasajos homenajes
culto a la persona alabanzas y menos cuando uno se ha ido del planeta Tierra o Pachamama.
Todos le tememos a la muerte, claro que es normal, pero uno no es eterno porque iría en contra
de la dialéctica porque como sería el mundo si nadie muriera y más ahora que somos 8 mil 500 millones
de habitantes.
OCTAVIO BEAUMONT RODRIGUEZ.
ACARIGUA ESTADO PORTUGUESA
REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA.
6 ABRIL 2025