Datos y curiosidades sobre la Navidad

La Navidad es, probablemente, la fiesta más extendida del mundo en la actualidad. Aunque nos ha llegado como una festividad religiosa fuertemente vinculada al cristianismo, sus raíces son mucho más antiguas y durante el siglo XX se ha actualizado hasta perder, en parte, ese valor espiritual y derivar en una ocasión de reunión familiar y regalos.

Hasta llegar a ser ese conjunto de luces de colores, abetos llenos de adornos, regalos, tiernas imágenes y villancicos fueron muchas las celebraciones previas de las que fue la Navidad fue cogiendo elementos y readaptándolos para sí misma. Se suele considerar como su antecedente directo la festividad romana de Saturnalia, que se celebraba en invierno en honor al dios Saturno y en la que se realizaban festines y fiestas, se daba “un descanso” a los esclavos y se entregaban regalos entre ellos.

Cuando el emperador Constantino permitió que los cristianos practicaran su religión libremente, estos decidieron situar la celebración del nacimiento de Jesús (la Natividad o Navidad) en las mismas fechas que Saturnalia, intentando así que la asimilación de los paganos fuese más sencilla. La fiesta fue adoptando las particularidades de otras fiestas, como el Yule nórdico o la costumbre celta de guardar árboles perennes (como los abetos) en las casas durante el invierno como símbolo del próximo renacimiento de la naturaleza con la llegada de la primavera.

Gran parte de las tradiciones de la Navidad provienen, sin embargo, de la Edad Media. La expansión que la religión cristiana vivió en esta época hizo que fuera entonces cuando las costumbres propias de la Navidad se asentaran y comenzaran a recibir el valor que nos ha llegado a la actualidad (o uno similar). De la Edad Media provienen la figura de los Reyes Magos, el roscón de reyes o el Belén. Al siglo XVIII y XIX le debemos la costumbre de tomar doce uvas en Nochevieja o la figura de Papá Noel (o Santa Claus, como cada uno prefiera). El siglo XX y el surgimiento del márquetin hizo que la Navidad comenzara a relacionarse con unos hábitos de consumo y se estandarizara imitando al modelo anglosajón, aunque cada país sigue teniendo su propia forma de celebrarla.

Esta pérdida parcial de los valores religiosos, o su paso a un segundo plano, y la excelente labor que países como Estados Unidos hacen para extender su modo de vida han facilitado la llegada de la Navidad a lugares en los que históricamente no era tan común o no se celebraba. Es común ver países de Asia y África que no poseen una tradición cristiana o en los que esta religión tiene poca presencia y sin embargo han acabado asimilando la celebración propia de los países occidentales.