Guerreros de Dinamarca, Noruega y Suecia asolaron las costas europeas durante siglos y llegaron a lugares hasta entonces desconocidos por el hombre.
La era vikinga suele situarse entre los siglos VIII y XI, coincidiendo con la impresionante expansión que los guerreros del norte de Europa realizaron y por la importancia que las crónicas de la época otorgan a sus constantes ataques. Aun cuando los registros y testimonios que nos han llegado y que suelen considerarse más fiables son los de sajones y francos (los vencidos), este interesante pueblo y todo lo que le rodea han conseguido conquistar y atraer a muchos curiosos. El éxito de la serie Vikingos no hace más que reforzar la nueva invasión que el mundo ha sufrido.
La fiereza con la que se nos han pintado, capaces de masacrar y arrasar aldeas enteras durante sus pillajes, y la atmósfera épica que el siglo XVIII y el Romanticismo les otorgaron hacen que la imagen que aparece en la mente de cualquiera al hablar de vikingos sea muy parecida: alto, rubio, de barba espesa y cuerpo musculoso, blandiendo un hacha y con un casco de cuernos en la cabeza. Pero no, los vikingos no tenían cuernos en el casco ni eran demonios que bebían la sangre de niños inocentes. Los pueblos nórdicos iban mucho más allá del saqueo y su importante papel en la historia medieval de Europa lo demuestra.
Es innegable que eran un pueblo guerrero. Su propia religión y concepción del mundo les hacía valorar el carácter luchador por encima de todo y les incitaba a lanzarse al combate sin dudarlo, esperando conseguir así una muerte gloriosa y un lugar junto a los dioses. Pero también eran comerciantes, artesanos, herreros y navegantes. Sus drakkar, los barcos-dragón que les permitían adentrarse en mar abierto y remontar ríos de poca profundidad con facilidad, les convirtieron en el terror de los mares e hicieron del ataque relámpago su estrategia preferida para el saqueo. Las velas de los vikingos se vieron en las costas de Inglaterra, Francia, España, Sicilia o el norte de África y en todos esos lugares sembraban el terror.
De los vikingos también se hereda una concepción del papel femenino muy distinta a la de los países de tradición cristiana y más próxima a la concepción espartana. Las mujeres eran las que solían administrar los recursos de la casa y, en muchos casos, acompañaban a los hombres a la guerra y combatían en primera línea para honrar el valor de las valquirias.
Los vikingos más famosos de la historia
Guerreros de Dinamarca, Noruega y Suecia asolaron las costas europeas durante siglos y llegaron a lugares hasta entonces desconocidos por el hombre.
Imagen: iStock Photo.
La era vikinga suele situarse entre los siglos VIII y XI, coincidiendo con la impresionante expansión que los guerreros del norte de Europa realizaron y por la importancia que las crónicas de la época otorgan a sus constantes ataques. Aun cuando los registros y testimonios que nos han llegado y que suelen considerarse más fiables son los de sajones y francos (los vencidos), este interesante pueblo y todo lo que le rodea han conseguido conquistar y atraer a muchos curiosos. El éxito de la serie Vikingos no hace más que reforzar la nueva invasión que el mundo ha sufrido.
La fiereza con la que se nos han pintado, capaces de masacrar y arrasar aldeas enteras durante sus pillajes, y la atmósfera épica que el siglo XVIII y el Romanticismo les otorgaron hacen que la imagen que aparece en la mente de cualquiera al hablar de vikingos sea muy parecida: alto, rubio, de barba espesa y cuerpo musculoso, blandiendo un hacha y con un casco de cuernos en la cabeza. Pero no, los vikingos no tenían cuernos en el casco ni eran demonios que bebían la sangre de niños inocentes. Los pueblos nórdicos iban mucho más allá del saqueo y su importante papel en la historia medieval de Europa lo demuestra.
Es innegable que eran un pueblo guerrero. Su propia religión y concepción del mundo les hacía valorar el carácter luchador por encima de todo y les incitaba a lanzarse al combate sin dudarlo, esperando conseguir así una muerte gloriosa y un lugar junto a los dioses. Pero también eran comerciantes, artesanos, herreros y navegantes. Sus drakkar, los barcos-dragón que les permitían adentrarse en mar abierto y remontar ríos de poca profundidad con facilidad, les convirtieron en el terror de los mares e hicieron del ataque relámpago su estrategia preferida para el saqueo. Las velas de los vikingos se vieron en las costas de Inglaterra, Francia, España, Sicilia o el norte de África y en todos esos lugares sembraban el terror.
De los vikingos también se hereda una concepción del papel femenino muy distinta a la de los países de tradición cristiana y más próxima a la concepción espartana. Las mujeres eran las que solían administrar los recursos de la casa y, en muchos casos, acompañaban a los hombres a la guerra y combatían en primera línea para honrar el valor de las valquirias.
Ya sea a través de su mitología o con las historias épicas recogidas en los Edda, los guerreros nórdicos guardan un legado histórico y mítico que bien vale un cuerno de hidromiel en los salones del Valhala. Estos son algunos de los más poderosos y conocidos guerreros de Odín.
Ragnar Lothbrok
Protagonista indiscutible de la serie Vikingos y una de las figuras más reconocidas de las culturas escandinavas. El guerrero semi-mítico se convirtió en uno de los muchos reyes de Dinamarca y Suecia tras cruentas guerras civiles. Este señor de la guerra ha pasado a la historia por haber tenido más de 12 hijos (algunos de ellos muy famosos) y por ser un guerrero fiero y muy ingenioso que saqueó durante años las costas bretonas y llegó a sitiar París. Su muerte le llegó de manos del rey Aelle de Northumbria, quien lo capturó tras un combate y lo arrojó a un pozo lleno de serpientes venenosas. Es muy probable que Ragnar personifique las hazañas de distintos personajes históricos.
Björn Ironside
Conocido como ‘brazo de acero’ por su aparente invulnerabilidad, las crónicas de la época le describen como un guerrero tan poderoso que él solo podía cambiar el curso de una batalla. Hijo mayor de Ragnar Lothbrok y Aslaug, encabezó junto al resto de sus hermanos el Gran Ejército que atacaría Inglaterra en el siglo IX, tras la muerte de su padre. Björn Ironside sería recordado por haber llegado hasta el Mediterráneo, realizando el primer saqueo vikingo en Sevilla y haber navegado hasta Sicilia y el entonces Imperio Bizantino.
Ivar el Deshuesado
Probablemente sea el vástago más conocido de entre los hijos de Ragnar Lothbrok. Aunque no existe ningún documento que certifique el motivo de su apodo, la creencia más extendida es que padecía algún tipo de discapacidad o atrofia en las piernas que le impedían caminar correctamente. Las crónicas, escritas principalmente por los sajones a los que saqueaban, retratan a Ivar Ragnarsson como a un hombre cruel y sádico con una especial afición por crucificar a los religiosos que se encontraba. Lideró al Gran Ejército Pagano que desembarcó en Inglaterra en el 865 d.C. y demostró ser un excelente estratega. Entre sus victorias, destaca la toma de York, ciudad de la que él mismo pasaría a ser gobernador.
Hrafna-Flóki Vilgerðarson
El Landnámabók, ‘Libro de los asentamientos’ de la era vikinga, es considerado uno de los documentos más fiables de esta época. En él se relata cómo el navegante Floki, guiado por unos cuervos desde Escocia, fue el primer hombre en llegar intencionadamente hasta Islandia (nombre que significa “tierra de hielo” y que él mismo le puso) y más tarde regresaría a Noruega para hablar a su pueblo del lugar que había descubierto e iniciar así su colonización. Acabó por convertirse en una especie de sacerdote o gurú.
Rollon el Caminante
Conocido también como Hrolf Ganger, Rollon era un imponente guerrero escandinavo del que se dice que ningún caballo era capaz de soportar su peso y su estatura, por lo que le llamaban ‘el Caminante’. Desde mediados del siglo IX, este caudillo y se dedicó a saquear las tierras de Inglaterra y Francia o a servir como mercenario para ambos reinos. Llegó hasta Escocia y Flandes y se asentó en la desembocadura del Sena en el 896. Aunque sus intentos de sitiar París fueron en vano, consiguió que Carlos III el Simple le concediera la legítima posesión de Normandía para defender su territorio contra posibles ataques. Rollon el caminante fue ascendiente de Guillermo el Conquistador y, por lo tanto, antepasado de casi todas las monarquías europeas.
Lagertha, la escudera
Una de las esposas reconocidas de Ragnar Lothbrok y otro personaje que se confunde entre el mito y la realidad. Lagertha fue capturada por Frodo, caudillo de los suiones, después de que este matase al abuelo de Ragnar. Cuando su nieto fue en busca de venganza, Lagertha lideró a un grupo de mujeres que se unieron al combate y conquistó el corazón del vikingo. Después de tener varios hijos con él y haberse separado, la escudera se dedicó a saquear Inglaterra y acabaría siendo Jarl (condesa) después de asesinar a su marido y ocupar su lugar. Lagertha representaba las características de la escudera perfecta.
Aslaug, reina guerrera
Hija del matadragones Sigurd y Brunhilda, protagonistas de El cantar de los nibelungos, quedó huérfana siendo niña y fue criada sin las comodidades que le correspondían a su sangre noble. Se dice que su padre adoptivo construyó un arpa gigante en el que la escondía hasta que fue encontrada por los dueños de una hacienda que pretendían robar a su padrastro. Fue la tercera esposa de Ragnar además de Lagertha y Thora Borgarhjört y, además de ser la madre de Björn Ironside, Ivar el Deshuesado y Sigurd Ojo de serpiente, se convirtió en una reina guerrera que luchó principalmente contra otros clanes y reinos vikingos y de la que se creía que tenía poderes mágicos.
Harald I el de la hermosa melena
Hijo de Halfstan el Negro, se convirtió en rey de una región sureña de Noruega con tan solo diez años. La saga nórdica que narra su historia cuenta que la mujer de la que estaba enamorado solo se casaría con el rey de un gran reino unificado de Noruega, por lo que Harald juró que no se cortaría el pelo hasta haber logrado su objetivo y se ganó el apodo de ‘el de la hermosa melena’. El caudillo compaginó su ambicioso proyecto con las incursiones a Inglaterra y Francia y pasó diez años intentando unificar el territorio noruego, del cual se convirtió en rey tras la batalla de Hafrsfjord (880 d.C.).
Eric Hacha sangrienta
Hijo mayor de Harald I y heredero del trono de Noruega, aseguró su nombramiento como rey asesinando de forma sistemática a sus hermanos por lo que se cree que el término ‘sangrienta’ en su apodo hace referencia a este fraticidio. Rápidamente se convirtió en un líder poco querido y su hermano Hakkon acabó por destronarlo y le obligó a huir a Inglaterra. Allí, se alió con Athelstan de Wessex y se le entregó el reino de Northumbria para que lo defendiera de los invasores daneses. Sus ansias de poder hicieron que fuera rechazado por su propio pueblo y que muriera en la batalla de Stainmore (954 d.C.).
Guthrum el Viejo
Contemporáneo de los Ragnarsson y del Gran Ejército Pagano que asoló Inglaterra a finales del siglo IX, se hizo un nombre en la región de Anglia Occidental, donde llegaría a dominar la totalidad del territorio. La confianza en su fuerza hizo que se adentrara en Mercia y Wessex y se enfrentara contra el entonces rey, Alfredo I el Grande, causándole una tremenda derrota en Wareham. Sin embargo, las tornas cambiaron y los sajones hicieron retroceder a Guthrum, obligándole a negociar una paz con Alfredo que le asegurara el gobierno de lo que se conoce como Danelaw (las tierras gobernadas y regidas por los pueblos vikingos). Guthrum se convertiría al cristianismo y gobernaría bajo el nombre de Aethelstan hasta su muerte.
Erik el Rojo
Uno de los vikingos más reconocidos e importantes de finales del siglo X y principios del XI. Su familia se trasladó a Islandia debido a que su padre había sido exiliado por asesinato y parece que Erik heredó ese carácter violento. Siendo un joven y popular guerrero, fue desterrado de Islandia por tres años por diversos altercados y por asesinar a varias personas, momento que aprovechó para explorar nuevas tierras. En el año 983, Erik Thorvaldsson y su melena rojiza descubrieron y desembarcaron en Groenlandia. Tras el final de su destierro, Erik llevó una flota de barcos islandeses para colonizar su nueva tierra pero muchos se hundieron en el camino.
Leif Eriksson
Hijo de Erik el Rojo, siguió la estela de su padre y se convirtió en un importante explorador de nuevas tierras. En las primeras décadas del siglo XI, Leif Eriksson llegó con sus hombres a las costas de Terranova, probablemente a la Península de Labrador, y se convirtieron en los primeros europeos en pisar América (que ellos llamaron Vinland). Varios hallazgos arqueológicos descubiertos en los años 70 parecen confirmar la presencia de los pueblos nórdicos en América e incluso la creación de pequeños asentamientos en zonas costeras. La creencia más extendida es que Leif Eriksson y sus seguidores se vieron obligados a marcharse al verse superados por los pueblos nativos hostiles.
Freydis
Según la versión, esta mujer guerrera era hermana o hija bastarda de Erik el Rojo. En ambos casos se describe a Freydis como una luchadora ambiciosa y temible que acabó por convertirse en figura clave de la expansión vikinga en Groenlandia. Algunos fragmentos hablan de que Freydis participó en batalla mientras estaba embarazada y otros destacan cómo traicionó a Helgi y Finnbogi, sus aliados en una expedición a Vinland, para que ella y su marido pudieran aumentar su botín.
Harald Bluetooth
Rey de Dinamarca desde el 958 y de Noruega desde el 970, su apodo original era Blåtand (algo así como ‘el moreno’) pero al traducirlo al inglés derivó en ‘Bluetooth’. Este rey ha pasado a la historia por ser el principal difusor de la religión cristiana entre los pueblos nórdicos, convenciendo a los grandes jefes de que se convirtieran. Como curiosidad, el conocido sistema de conexión inalámbrica debe su nombre a este rey vikingo y su símbolo está compuesto por las runas nórdicas que se corresponden con las letras ‘H’ y ‘B’.
Guillermo I el Conquistador
Descendiente del vikingo Rollon el Caminante, Guillermo era hijo bastardo de Roberto I de Normandía, quien lo reconoció como heredero antes de ir a Tierra Santa y no regresar jamás. Durante sus primeros años tuvo que hacer frente a las constantes insurrecciones de los nobles normandos que no le reconocían como su señor y a las cuales solía aplastar personalmente. En 1066, la muerte de Eduardo I de Inglaterra sin descendencia le concedió la oportunidad de subir al trono de las islas, cosa que hizo tras masacrar a los ejércitos sajones de Harold II y matar a su oponente en la batalla de Hastings. Guillermo I, conocido desde entonces como ‘el Conquistador’, puso fin a la estirpe sajona para sustituirla por la monarquía normanda.
Egil Skallagrímsson
Se trata de uno de los personajes más populares de la mitología islandesa del que se sabe poco de los hechos históricos reales, que han quedado ocultos bajo la fantasía y la leyenda. Egil Skallagrímsson es un antihéroe presente en muchos Edda (cuentos e historias de la mitología nórdica) que era presentado como un excelente poeta y fiel amigo al tiempo que como un sanguinario y cruel guerrero. La figura de Egil podría considerarse como una personificación del berserker, unos guerreros de élite que se creía que tenían una conexión con los dioses que los hacía invencibles. Los berserker solían consumir setas alucinógenas, ser los primeros en lanzarse a la batalla y pelear con el torso desnudo para demostrar su valía y fortaleza.
Beowulf, un guerrero idílico
Un nombre que está ligado para siempre a las leyendas anglosajonas y nórdicas es el de Beowulf, el cazador de monstruos. Protagonista de un poema épico de entre los siglos VII y XI, la historia de cómo el guerrero gauta salvó a los daneses de Grendel y su madre es una clara representación mítica del carácter y actitud de los pueblos nórdicos. Fantasías y criaturas monstruosas aparte, Beowulf refleja con fidelidad el funcionamiento de la sociedad danesa durante la temprana Edad Media, así como sus costumbres y forma de pensar.
Mención especial: Alfredo I el Grande
No, no se trata de un vikingo sino del azote de este pueblo. Hijo de Athewulf y rey de Wessex, Alfredo I dirigió a los sajones durante los peores años de los ataques de invasores daneses en los que, cada pocos meses, se iniciaba un nuevo intento de conquista. Ejemplo perfecto de rey medieval, devoto y guerrero a partes iguales, heredó la idea de unificar los reinos de su abuelo Egberto y se le suele considerar el padre de Inglaterra como un solo estado. Alfredo dedicó grandes esfuerzos a consolidar alianzas tanto dentro como fuera de las islas y derrotó a las fuerzas invasoras, entre ellas al Gran Ejército de Ivar el deshuesado y los demás hijos de Ragnar.