¿Quiénes son estos jóvenes que aparecieron de pronto convocando a una «sentada» en el Parque Central de La Habana? ¿Qué hacen allí? Un equipo de Granma se acercó a ellos durante la tarde de este sábado.
En conversación con algunos de los presentes, explicaron que la sentada de Los pañuelos rojos es el espacio donde confluyen diversos sujetos sociales del complejo entorno sociopolítico del país.
Esta iniciativa surgió por la necesidad de «miembros de varios colectivos y de líderes de la sociedad civil para organizar una acción antimperialista que demostrara el desacuerdo con las prácticas de guerra no convencional ejecutadas contra la paz en Cuba, con la permanencia del bloqueo, y en apoyo a todas las luchas emancipadoras, dando razón de nuestra esperanza y compromiso con un socialismo perfectible», expresa un documento que, de mano en mano, han hecho circular sus organizadores.
«No somos los dueños de la democracia, sino parte de ella. No se aprovechen. No somos ingenuos: no conciliamos con los extremistas vestidos de conciliadores. No nos engañan. No somos lo que quieren que seamos, porque hemos abandonado la necesidad de los aplausos y del coro complaciente». Esa es parte de su carta de presentación.
En dicho material explican que todo esto no tiene como centro lo anunciado por los enemigos de la paz para el 15 de noviembre. «La sentada no es una respuesta específica al 15N, aunque a algunos participantes los haya movilizado la necesidad de responder a ese suceso. Sí asumimos una posición martiana contra cualquier intento en la Isla que pretenda colonizarla nuevamente», indican.
Telegram fue el espacio donde se organizó lo que está pasando este fin de semana. Desde varios grupos en esa red, personas de distintas provincias del país trabajaron juntas para conseguir la estética y la profundidad de esta acción.
En esa plataforma y otras, como Facebook, los organizadores de este movimiento detallan que no tienen líderes. Todo se preparó desde la voluntad colectiva y la autogestión. «En una Revolución del pueblo, estamos solo por el pueblo», añaden en el comunicado que, también, incluye el deseo de que «ninguna consigna sea hueca y ningún principio vendido», porque no están sobre la Patria, sino con ella.
LO QUE TELEGRAM UNE
Joel Suárez, uno de los organizadores de la sentada y Coordinador Ejecutivo del Centro Memorial Martin Luther King, declaró a Granma como a partir del derrumbe del campo socialista la sociedad civil cubana ha atravesado un proceso de reconfiguración, incluso desde la institucionalidad, y que a su vez se ha complejizado por la presencia de un ecosistema mediático, principalmente en redes sociales.
Asimismo, Suárez aseguró que «es digna de atención la emergencia, en nuestra sociedad, de grupos que se autoconstituyen con diferentes propósitos, y muchos de ellos usan las plataformas de moda, como Telegram, para su convivencia virtual, lo que estuvo también propiciado por la pandemia.
«Al mismo tiempo, en nuestro país existen organizaciones de la sociedad civil legalmente registradas, como el Centro Memorial Martin Luther King, y muchas otras. Todas ellas forman un abanico de asociatividad disímil y de diferentes signos. Entre esos colectivos, hay muchos que confluyen en su opción política, comparten cierta afinidad electiva por algún proyecto político que tiene como centralidad el socialismo, y, por lo tanto, el compromiso consciente y crítico con la Revolución cubana.
«A partir de ahí, y de los hechos recientes que han ocurrido en el país, un grupo de ellos autoconstituimos otro grupito para pensar iniciativas para el período de noviembre a enero, un tiempo muy rico en eventos, sin discriminar ni tomar en cuenta, pero no como centro, la llamada marcha del 15N», añadió Suárez, quien reconoció la voluntad política existente desde el Gobierno cubano de motivar y propiciar la movilización, la participación y el protagonismo popular.
«De ahí fue que se nos ocurrió organizar esta «sentada de Los pañuelos rojos. Somos un grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, de diferentes credos, orientaciones sexuales, roles en la vida… a quienes une ese compromiso desencartonado con el proyecto revolucionario cubano y, sobre todo, con empujar al perfeccionamiento y profundización del socialismo cubano que, en el caso particular mío y de mi organización, le es inherente y central el tema del protagonismo popular», concluyó.
Por su parte, Adriana Rivero Martínez, del proyecto Callejas de la ciudad de Trinidad, nos aseguró que la sentada «es un recurso artístico que usamos a través del tiempo para demostrar y exponer las intenciones del pueblo cubano, la resistencia del pueblo cubano, las alegrías y las esperanzas del pueblo cubano; y para generar también otro estado de opinión que no es totalmente caótico dentro de la actualidad y mundial».
«La sentada de Los pañuelos rojos es un acto de solidaridad con la esperanza individual para alimentar las proyecciones futuras, para alimentar el deseo que necesitamos tener para luchar por la vida. El proyecto Callejas pone la poesía, la belleza, el arte y la esperanza en función de rescatar la humanidad de los pueblos, la sensibilidad de los hombres y las mujeres», agregó Rivero.
Otro de los proyectos que se sumó fue Nuestra América, que agradeció la posibilidad de compartir con distintos colectivos que están haciendo y pensando Cuba, a partir de la experiencia con el arte y desde las emociones.
Nuestra América lleva caminando 11 años. «Somos un proyecto con vocación latinoamericanista e intentamos profundizar el socialismo en Cuba de distintas maneras y desde otras formas de hacer política y de recrearla. Una de las formas que tenemos es la intervención en las calles, pero también desde lo lúdico, desde el juego, desde la creación. Los niños siempre tienen esa espontaneidad de crear y enseñarnos a todos. Con ellos tratamos de crear y pintar la Cuba que queremos, de soñar la Cuba que queremos y lo que sentimos cuando expresamos a Cuba», dice uno de sus integrantes.
«Es hermoso ver como quieren una Cuba linda, sin pandemia, una Cuba con amor, con paz. Repetían mucho la palabra paz, y eso implica para los adultos mucha responsabilidad. Desde ahí tratamos de construir con distintos sujetos de la población para recrear esa Cuba desde distintos frentes, desde el poder popular, desde la formación política y desde el feminismo popular», dijo.