Hace 49 años

La mayor derrota de la aviación yanqui

se produjo bajo cielo vietnamita

Por Angel Miguel Bastidas G

El 18 de diciembre de 1972 la Asamblea General de Naciones Unidas daba a conocer que 1975 sería el Año Internacional de la Mujer, de tal manera que el 18 de marzo de 1975 se celebraría por primera vez el Día Internacional de la Mujer.

Pero ese 18 de diciembre cientos de mujeres vietnamitas de Hanoi y Hai Phong se encontraban en alerta máxima, al frente de numerosas baterías antiaéreas de 140mm, no para celebrar la proclamación de la ONU, sino a la espera de miles de aviones que habían despegado de Guam, una isla estadounidense ubicada en el Océano Pacífico, y de Tailandia, país indochino cercano a Vietnam.

Mientras la famosa rotonda neoyorquina Time Square mostraba ya su impresionante juego de luces anunciando las fiestas decembrinas y la locura consumista colmaba los centros comerciales del imperio, cientos de escuadras de aviones de última generación como los F-111 o los gigantescos y famosos B-52 de 230 toneladas, recibían la orden del presidente Richard Nixon, de iniciar la destrucción de Hanoi, la capital vietnamita, y de Hai Phong, la cercana ciudad portuaria de Hai Phong.

A la medianoche de ese triste 18 de diciembre para el pueblo vietnamita, ya el cielo del norte se había iluminado, no precisamente para celebrar la declaración de la ONU, sino como producto de los múltiples ataques de la mayor aviación del mundo sobre el humilde pueblo annamita que solo se defendía de sus agresores, desde sus modestas baterías antiaéreas y las plataformas  soviéticas de cohetes Sam-2, al frente de las cuales se encontraban cientos de milicianas, que esa noche celebraban, por adelantado, a su manera, el Día Internacional de la mujer.

Así se había iniciado una agresión internacional más del imperialismo yanqui, esta vez bautizada como la operación “Linebacker II”, como se denominó el masivo ataque aéreo sobre Hanoi y Hai Phong,  apuntalado por 193 gigantescos B-52 de 250 toneladas, pero bastaron pocos días para que la defensa antiaérea vietnamita descifrara la táctica del usurpador yanqui y labrara en 12 días y 12 noches una trepidante victoria que rubricó la expulsión de las tropas estadounidenses que ocupaban el territorio indochino, paso determinante para que en 1975 se produjera la derrota definitiva del invasor yanqui  y la histórica reunificación del norte con el sur.

 Nada pudieron las 36 mil toneladas de bombas lanzadas por los B-52 y otro millar de modernos caza-bombarderos, contra la voluntad del pueblo vietnamita, de luchar en defensa de su soberanía y por la felicidad definitiva de la tierra de Hồ Chí Minh.

Esa derrota sufrida por Estados Unidos, en la batalla “Điện Biên Phủ en el Cielo”, constituye el mayor revés mundial de la flota aérea militar estadounidense, con un saldo de 81 aviones derribados, 38 de ellos B-52, para entonces el orgullo de la aviación yanqui. 

¿Aprenderían algo?