Raúl Pineda
¿Podrá el oro sepultará al dólar?
En menos de dos meses Rusia redujo en casi 80 por ciento la cantidad de billetes, pagarés y bonos estadounidenses en su poder y los sustituyó por oro.
El movimiento hizo circular la versión de que Rusia está vendiendo activos occidentales para limitar la ampliación de las sanciones norteamericanas.
El Kremlin no respondió directamente a esta hipótesis, pero dejó claro que la operación es un instrumento de autodefensa y ataque contra la divisa norteamericana. Lo hizo a través de una declaración del Primer Vicepresidente del Banco Central ruso Dmitry Tulin: El oro “es una garantía ante el 100% de los riesgos legales y políticos”, aseguró Tulin.
La insistente compraventa de oro
Como parte de esa estrategia, Rusia no ha perdido oportunidad de vender y comprar oro en el mercado internacional. En 2018 adquirió 26,1 toneladas, lo que hizo que sus reservas se elevaran a 2.170 toneladas por un valor de 77.000 millones de dólares.
Desde el pasado mes de marzo la ex República soviética venderá oro exclusivamente al precio fijo de 5.000 rublos el gramo y de 155.500 rublos por onza troy, solo hasta junio de 2022.
Con la paridad fija entre el rublo y el oro y la decisión del presidente Vladimir Putin de aceptar todas las monedas menos el dólar para cobrar sus exportaciones de gas, es muy visible el mensaje enviado a los aliados de Estados Unidos, especialmente Europa, que depende casi exclusivamente del estratégico fluido y potencialmente a los compradores del petróleo ruso.
La llave del proceso
Por sobre toda circunstancia el Banco Central ruso mantendrá su signo monetario vinculado al oro, con resultados al parecer satisfactorios. El 25 de marzo una onza de oro en Rusia costaba 1.600 dólares cuando el USD/RUB estaba en 96, 62. Al tipo de cambio actual, de 85.00 USD/RUB, el valor de la onza de oro es de 1.829 dólares, lo cual significa que ya casi ha alcanzado el precio de 1.922 en el mercado al contado.
El perfil global de la estrategia fue anunciado en una declaración conjunta de Rusia y China el pasado mes de febrero. El canciller Serguéi Lavrov lo definió como una distribución “justa” del poder mundial y añadió: “La situación internacional es cada vez más clara. Junto a China y otros países afines estamos forjando un orden mundial multipolar, justo y democrático”. A lo que su par chino Wang YI respondió que ante el cambio de la situación mundial China y Rusia irán “en la dirección correcta”.