Xin chào
Por Ángel Miguel Bastidas G.
¿Quién podría imaginarse que famosas obras de Vicent Van Gogh, Paul Cezanne, Pablo Picasso y Paul Gauguin, pudiesen transitar el centro de Caracas, escoltadas por guerrilleros venezolanos, tras ser “tomadas prestadas” de la exposición “Cien Años de la Pintura Francesa”, el miércoles 27 de enero de 1963?
Transcurrían apenas meses desde la decisión del III Congreso del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y de la dirección nacional del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de enfrentar al gobierno entreguista y represivo de Rómulo Betancourt, desde la trinchera militar, cuando una unidad de combate de la Juventud Comunista, que se identificó como “Los Aguiluchos”, se apoderó de un avión de Avensa, el 21 de noviembre de 1961 para lanzar propaganda sobre Caracas, con el objetivo de recordar a Livia Gouverneur, una estudiante universitaria que había sido asesinada un año antes por pistoleros cubanos batisteros.
La actividad armada como forma de lucha política recorría la Abya yala y otros continentes, cual euforia política, producto del triunfo de los barbudos de Fidel y las consecuentes victorias de los vietnamitas frente a los franceses y los estadounidenses en el sureste asiático. En ese contexto, la izquierda venezolana, que venía de enfrentar al gobierno militar del general Marcos Pérez Jiménez, no fue la excepción.
A pocos días de ser inaugurada por Betancourt la exposición “Cien Años de la Pintura Francesa”, los medios de comunicación venezolanos e internacionales, sorprendieron con el despliegue en primera página con fotos del Museo de Bellas Artes de Caracas y titulares sobre “el robo” de los cuadros de famosos pintores, el Día Nacional de Francia, lo que indicaba que las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) habían logrado el objetivo de mostrarse internacionalmente.
“Naturaleza muerta” (Picasso), “Bañistas” (Cezanne), “Naturaleza muerta con peras” (Braque), “Naturaleza Muerta” (Gauguin) y “Lirios en un vaso de cobre”, de Van Gogh, habían dejado un vacío significativo en la importante muestra pictórica. en menos de media hora, tiempo suficiente para que trece guerrilleros y dos guerrilleras, después de desarmar a varios guardias nacionales, cargaran con solo cinco cuadros, debido a una emergente situación que no estaba en el plan de acción.
Una forma de tratar el arte
Guy Debord (1931-1994), filósofo, escritor y cineasta francés, reivindicó desde París la acción de los jóvenes guerrilleros venezolanos: “Esto es claramente una forma ejemplar para tratar el arte del pasado, para ponerla en juego en la vida y para establecer las prioridades”.
Pero si esto fuera poco, años después, el artista conceptual mexicano Mario García Torres, le tomó la palabra a Debord y tras una intensa investigación sobre los hechos del Museo de Bellas Artes de Caracas, tomó el secuestro de los cuadros de los “Cien años de la pintura francesa” como propuesta artística de cara a la 29ᵃ Bienal de Sao Paulo, inaugurada el 29 de septiembre de 2010, a 37 años de la operación de las FALN.
El importante artista contemporáneo azteca, reconocido internacionalmente, se vino a Venezuela para ponerse en contacto con la directora del Museo de Bellas Artes de Caracas, Carmen Hernández, con la idea de recabar información fidedigna y contactar a varios de los protagonistas de la insólita operación propagandista de las FALN.
El entusiasta artista mexicano, recopiló documentos relacionados con la exposición “Cien años de la pintura francesa”, armó una importante hemerografía, tanto venezolana como extranjera de la época, relacionada con “la forma ejemplar para tratar el arte del pasado”, como lo afirmara Guy Debord.
Nancy Zambrano y Nelly Pérez, las dos jóvenes que intervinieron en la acción de las FALN, aquel miércoles 27 de enero a las 3 de la tarde, y Winston Bermúdez, recibieron la visita, en el Cuartel San Carlos, de García Torres, quien los entrevistó. Luego visitó el Museo de Bellas Artes, donde tomó fotos y contrató un equipo de producción audiovisual, como insumo para su propuesta artística, que estaba pautada para el año 2010 en Brasil.
Nancy Zambrano, una joven guerrillera tachirense, quien en las FALN utilizó los seudónimos: Chelina, la nena, Yolanda y Nélida, entre otros, tras ser excarcelada, viajó a París, invitada por García Torres, donde participó en una sesión fotográfica efectuada en el museo Dʹ Orsay, al lado de “Los Bañistas”, de Cezanne, uno de los cuadros que había sido descargado en Caracas.
La exguerrillera, quien años después retomó sus estudios de informática en la UCV, donde al graduarse se incorporó como docente, se reencontró con el país galo, donde hizo un doctorado, de tal manera que Francia se convirtió en parte importante en la vida de Nancy Zambrano, quien lamenta no haber podido asistir a la inauguración de la Bienal de Sao Paulo, debido a que en esos días había elecciones presidenciales en Venezuela, sin embargo, pudo presenciar el día de cierre.
Ese evento de Sao Paulo pasó desapercibido en Venezuela, tal vez por el ambiente electoral. Según “Chelina” o Nancy Zambrano, se había previsto una exposición sobre la operación de la FALN, pero debido al cambio de la directora del Museo de Bellas Artes, Carmen Hernández, no se continuó con la idea.
Fuentes:
- Zambrano, Nancy. “Escritos de una combatiente de la guerrilla urbana en Caracas”. Imprenta Municipal del Instituto de Publicaciones de Caracas. 2015.
- Correa, Luis. “FALN Brigada uno”. Editorial Fuentes. 1973