Comenzó una nueva revolución

Por: Roland Denis 

Los fenómenos que ocurren en Irán y que ahora se extienden hacia Turquía con una inmensa solidaridad de las bases del pueblo europeo, marcan el inicio de una nueva etapa incluso para la humanidad entera. Las «democracias» vacías y retóricas empiezan a desenfundar su verdad esencial, es ser los consulados del poder global, maquetas de un orden fijo pero rodeados de resistencias imposibles de parar. La represión que ya empieza en el medio oriente, pero curiosamente lo que era una excelente noticia para los medios monopólicos mundiales en la medida en que se extiende la rebelión de las mujeres iraníes e incluyen prácticamente a toda la población trabajadora, se excluye de toda prioridad periodística. Cantidad de periodistas en resistencia son arrestados por ahora en Irán y Turquía y de ello nada se dice, pero ya en Alemania 80 mil personas salieron a las calles en solidaridad. La historia vuelve a comenzar, el ciclo de la repetición continua de la historia por la libertad lo confirma. No se sabe que pasará pero esto puede considerarse el quiebre de una época de pasividad, al menos en lo que significa el estallido en el mundo de verdaderos fenómenos revolucionarios.

Las energías revolucionarias cuando son superiores a los poderes fácticos brotan sobre el mundo. Es cierto que todavía no existe un liderazgo que se mundializa, faltan procesos y reconocimientos, pero es una energía que siempre se mundializa, son los virus de la libertad, ya nos llegará a nosotros, pero para ello son fundamentales los liderazgos reales.

No me refiero a caudillos sino a conductores con pensamiento hecho de la experiencia de colectividades. La lucha es entre liberación y bar barbarie , retomar los principios socialistas que en estos momentos los compran, manejan a su antojo los poderes globales. El principio de la evolución iraní, como el alzamiento en todo el vasto territorio del Kurdistán, (Irán, Siria, Irak) no hay ejércitos que los acaben. Los ejércitos son marionetas del poder global que juegan su papel de defensa del orden establecido y constituido mientras la pasividad colectiva se mantiene. En ese sentido las revoluciones son imposibles de aplacar, se reprimen y reaparecen, ese es el fenómeno de estos territorios. Las izquierdas oficiales, estando o no en poder del Estado, están muertas, sin posibilidad alguna de ofrecer una alternativa que no sea la negociación con ese poder mundial que absorben y utilizan a su favor hasta sus mismos principios, (ecologistas, feministas, etc). Eso no quiere decir que el poder como capacidad de ordenamiento y dirección no sea importante, pero no puede ser su prioridad mientras no sea derrotado el poder constituido. La prioridad desde indígenas, campos, hasta ciudades, es tener poder de dirección y movilización. Por ello lo de Irán es tan importante, allí se expresa un poder que nace de la mujer y alcanza la sociedad entera, ese es un poder real que no negocia simplemente impone por su fuerza un deseo de libertad superior a la teocracia de Estado allí existente.

Por eso es tan importante Irán, la prioridad es acabar con el sistema teocrático, siendo el sistema a acabar la prioridad, el proyecto de poder ya aparecerá, pero la teocracia va a tener que ceder a pesar de los muertos, y más de mil detenidos

El mundo cambia lo que no cambia es el deseo de libertad eso está en toda forma de protesta. Venezuela le tocará pasar por ese camino con o sin elecciones, ya el torrente de manifestaciones lo indican. Pero estamos muy lejos de un derrocamiento del sistema mismo. Todo este continente nuestro va liberándose de los poderes globales, oscuros, para poblaciones desesperadas por su sobrevivencia sin poder lograrlo. Los liderazgos son débiles pero el día nos espera.

Roland Denis

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).