El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1975, este día recuerda la lucha de las mujeres en la búsqueda de equidad en todo el mundo. Pero hablar de la mujer venezolana es referirnos a, por lo menos, la mitad población que es madre de la otra mitad; pero también es sinónimo de constancia, firmeza, pureza y belleza superior.
Los derechos por la equidad obtenidos por las mujeres en Venezuela, sin duda alguna, tienen su origen en luchas históricas de movimientos sociales. Esos derechos que actualmente se dan por sentado en el día a día o en las leyes no son un regalo y no son modas. Desde la aprobación de la Constitución de 1999 la República Bolivariana de Venezuela asumió el modelo de Estado democrático y social de Derecho y de Justicia que tiene como principio la igualdad entre hombre y mujer; en general, la preeminencia de los Derechos Humanos.
En Venezuela existe gran cantidad de leyes, pero en el caso de las leyes de protección de los Derechos Humanos existen tres de especial atención que todos debemos conocer y defender, como lo son: La Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (Lopna), la Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia y la Ley por el Derecho a una Vida Libre de Violencia.
La mujer venezolana no solo se puede ver en la lucha por la equidad entre hombre y mujeres, sino en todo el espectro de búsqueda de equidad e igualdad cultural, religiosa, étnica y social. La escritora afroamericana y activista por los derechos civiles, Audre Lorde, en relación a la equidad y las diferencias humanas señaló: “No son nuestras diferencias las que nos dividen, sino la incapacidad de aceptar esas diferencias”.
Sin duda alguna, la mujer es el gran motor social, económico y espiritual del venezolanismo. Mujeres de Venezuela quienes se despiertan para despertar el futuro, quienes forman y educan pero que también inspiran. Esas mujeres que administran empresas pero también administran bien los últimos gramos de café de la casa, o quienes distribuyen en complejas circunstancias los platos de comida para la familia.
La escritora, pacifista y defensora de los derechos Rosa Luxemburgo, señaló: “Luchemos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Las mujeres y los hombres nacen libres e iguales en derechos. El resguardo de los derechos de las mujeres deriva de la afirmación de la “no discriminación” como un pilar fundamental del sistema de Derechos Humanos.
El escritor británico William Golding afirmó: “Las mujeres están locas si pretenden ser iguales a los hombres, siendo, como son y han sido siempre, bastante superiores… Cualquier cosa que des a una mujer ella lo hará mejor”. Sin duda, tal afirmación del escritor nos ratifica que las mujeres son superiores en muchos aspectos y áreas, y dudarlo sería ilógico.
Desde la posición de hombre o desde una nueva masculinidad, difícilmente no se reconozca el gran aporte de las mujeres en sus diferentes roles (madre, hija, sobrina, amiga, maestra, jefa, alumna, compañera o pareja). Al observar a la mujer venezolana difícilmente no se termine enamorando profundamente, o por lo menos admirándolas por ser más que un día. Ese amor a la mujer y la humanidad se debe expresar con la acción de honrar e incluir sin importar cualquier condición o circunstancia personal diferenciadora.
Frente a restricciones, ataques y situaciones sobrevenidas la mujer venezolana se levanta con pasión cuando los otros se rinden y cree en el futuro como quien mira a su hija mientras otros dudan. Las venezolanas demuestran constantemente ser la resistencia inusual y extraordinaria que se requiere en la nueva época, por ello se deben reconocer no solo los 8 de marzo, sino todos los días.
__________________________
Yonder Canchica Venezolano, abogado experto en Derecho Internacional