Después del colapso, los inversores de riesgo ven la necesidad de diversificar sus depósitos y su flujo de efectivo, y planificar escenarios de riesgo
The Wall Street Journal
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NUEVA YORK.- Los fundadores e inversores de las startups suspiraron de alivio al unísono cuanto el gobierno de Estados Unidos anunció que garantizaría los depósitos de los ahorristas en el Silicon Valley Bank (SVB), pero dicen que el colapso de la entidad bancaria puede servir para impulsar cambios en las prácticas del sectores financiero.
La decisión fue anunciada el domingo por la tarde, hora de California, y puso fin a una corrida de varios días donde muchas empresas y depositantes tuvieron problemas para juntar efectivo y pagar los sueldos. La movida del gobierno de Biden causó sorpresa en el sector, que ya esperaba lo peor: semanas o incluso meses hasta que los depositantes tuvieran pleno acceso a su dinero.
Cuando escucharon la noticia de que sus depósitos estarían disponibles en su totalidad el lunes por la mañana, muchos CEOs de startups y sus inversores ya estaban gestionando préstamos de emergencia en efectivo y otras vías de financiamiento.
Y aunque la noticia fue bienvenida, los inversores de riesgo siguen shockeados por el vertiginoso desplome del banco y dicen que debería ser un llamado de alerta para que los fundadores de las startups hagan una reevaluación de su flujo de efectivo y de sus prácticas de manejo de riesgo, en medio de la caída más severa que sufre el sector tecnológico en más de una década.
“Esta crisis demostró que muchas empresas se tiraron sin agua a la pileta”, dice Gaurav Tewari, socio y gerente de Omega Venture Partners. “No hay junta directiva que se salve de hacer un curso de ‘Cómo manejar el flujo de caja y qué controles implementar contra el riesgo bancario y humano’.”
En los 40 años que lleva en el negocio, SVB construyó una formidable red en Silicon Valley, y el predominio del banco dentro del sector tecnológico muy probablemente aceleró su caída. Son tantas las startups y los emprendimientos construidos con capitales de riesgo que canalizan la mayor parte de sus operaciones bancarias a través del SVB, que la repentina debilidad de la entidad bancaria hizo que muchas de esas empresas temieran que impactara en sus negocios y corrieron a retirar sus depósitos al mismo tiempo.
Los 42.000 millones de dólares de retiros iniciados el jueves pasado en el SVB fue más del doble de la salida de depósitos del Washington Mutual Bank en los días previos a su quiebra, la mayor de la historia norteamericana.
“La crisis de corto plazo fue frenada, pero Silicon Valley tiene que cambiar irremediablemente”, dice Venky Ganesan socio de Menlo Ventures, uno de los primeros que invirtieron en Uber Technologies Inc. “Cuando se pierde una entidad bancaria testigo, como esta, la reconstrucción lleva mucho tiempo”.
Menlo Ventures tenía importantes negocios con el SVB, pero en el futuro diversificará más portfolio y recomienda que otras empresas hagan lo mismo, apunta Ganesan.
El colapso de SVB llega en un momento de fragilidad para la industria tecnológica con la que tan imbricado estaba. Las tecnológicas, incluidas Amazon.com Inc. y Meta Platforms Inc., empresa matriz de Facebook, han anunciado recortes de gastos y el despido de decenas de miles de empleados, mientras que los inversores redujeron drásticamente los nuevos frescos para alentar nuevos emprendimientos.
La tenencias de los clientes de SVB se habían disparado durante la carrera alcista de las tecnológicas, que se aceleró aún más durante la pandemia: de marzo de 2020 a marzo de 2022, sus depósitos se triplicaron con creces, hasta rozar 200.000 millones de dólares. Los fundadores de empresas emergentes solían depositar la mayor parte de su dinero efectivo —cifras de a veces decenas o cientos de miles de dólares—, en cajas de ahorro del SVB, atraídos por las altas tasas de interés que ofrecía en relación con otras entidades bancarias.
Y fueron esas mismas jóvenes empresas las que sembraron la semilla de la quiebra del banco. El año pasado, cuando se cortó el chorro de las inversiones de riesgo, esas empresas empezaron a consumir sus depósitos en efectivo, que en el SVB cayeron a 173.000 millones de dólares para fines de 2022. El miércoles pasado, eso obligó al banco a vender a pérdida una parte de sus activos, lo que a su vez aceleró los retiros y todo terminó en una corrida bancaria.
Los inversores ahora quieren que los fundadores de las startups sean más cautos en sus manejos bancarios, por ejemplo, diversificando sus cuentas en varias entidades y garantizando que su saldo positivo esté asegurado.
James Currier, socio general de NFX, una empresa de riesgo en etapa inicial, dijo que uno de los efectos colaterales de la quiebra del SVB serán las nuevas regulaciones sobre los acuerdos de deuda de riesgo, como cuando los bancos prestan dinero a una empresa nueva y como garantía utilizan los depósitos de ese mismo dinero del préstamo.
Tewari, de Omega Venture Partners, dice que el lunes tiene planeado enviarles a los fundadores de las startups un documento con las diferentes formas de protegerse contra otro colapso bancario. Una de las opciones que instó a a considerar es abrir cuentas de transferencia de efectivo aseguradas, para garantizar que los grandes saldos estén protegidos por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos.
“Son muchos los inversores sorprendidos desde hace tiempo por la falta de rigor que tienen sus empresas en términos de manejo del flujo de efectivo”, apunta Tewari. “Y eso revela que había mucho enmascaramiento del riesgo”.
El viernes por la mañana, los entes reguladores del gobierno federal de Estados Unidos tomaron el mando del banco, y muchos depositantes temieron no poder acceder a sus depósitos sin garantía. Los líderes del mercado de capitales de riesgo presionaron al gobierno federal para que salvara a los depositantes, argumentando que el colapso del SVB podía poner en peligro el futuro del ecosistema de empresas emergentes y desencadenar otras corridas contra los bancos más pequeños.
Aplaudieron la decisión de salvar a la totalidad de los depositantes del SVB. “Es la medida correcta para preservar el sistema bancario”, dice Garry Tan, director ejecutivo de Y Combinator. Durante el fin de semana, Tan hizo circular una petición a los representantes del gobierno pidiéndoles que respaldaran los depósitos del SVB.
Silicon Valley Leadership Group, una asociación civil sin fines de lucro que representa a cientos de empresas tecnológicas, incluidas Amazon.com y la empresa de riesgo Kleiner Perkins, dijo que la decisión evita que las empresas que emplean a decenas de miles de personas no puedan pagar los sueldos y pongan en peligro su futuro laboral.
“Un efecto dominó no solo habría puesto en riesgo miles de puestos de trabajo en todo el país, sino a toda la economía de innovación del país, y nuestra posición de liderazgo tecnológico global”, señaló la asociación.
Isa Watson, fundadora de la aplicación de mensajería de voz Squad, dice que tenía depositado el 100% del efectivo de su empresa en el SVB. El sábado, recibió un aviso de incumplimiento de pago de uno de sus proveedores de software y transfirió todas las facturas de la empresa a su tarjeta personal American Express. Si bien el SVB fue un gran socio para las nuevas empresas, Watson dice que a partir de ahora diversificará sus operaciones bancarias.
“En este momento, no tengo apetito de riesgo como para meterme en otra relación con un socio bancario de starups”, apunta Watson. “En realidad, ya nos anotamos en lista de espera para abrir una cuenta en el Chase”, dice Watson, en referencia a JPMorgan Chase & Co., uno de los bancos más grandes de Estados Unidos.
Por Berber Jin, Katherine Bindley and Rolfe Winkler
(Traducción de Jaime Arrambide)
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