Corrupción: antesala a la traición


La burocracia y la corrupción son un veneno que va por dentro, es inmanente,

forma parte y es propio e inevitable del Estado burgués.1

Hugo Chávez

El daño moral causado al pueblo venezolano es directamente proporcional a los daños patrimoniales provocados a la República. Quienes propician la corrupción saben calcular los beneficios políticos que estos hechos acarrean en términos de pérdida de legitimidad en la dirigencia de la Revolución Bolivariana. En cada calle, esquina o lugar de reunión surge el tema sobre los resultados de la operación anticorrupción Caiga quien Caiga, generando en algunos desconcierto, en otros tristeza y en todos rabia e indignación.

La corrupción está caracterizada por la impunidad social y del Estado. La negligencia por parte de los entes —que deben velar por el patrimonio público y sancionar las actuaciones irregulares— conlleva, por parte de la sociedad, a la tolerancia y aceptación ante el uso del poder político para el enriquecimiento personal como una costumbre y no como una violación a las leyes. La normalización y generalización de la conducta de privilegiar los intereses particulares por encima de los colectivos, junto al fetiche social construido en torno al poder, hace que el sentido común se incline a pensar que quienes no se aprovechan de sus cargos son sencillamente pendejos.

Solo a través de la formación y fortalecimiento de la conciencia social de la militancia podremos replantear los principios normativos del ejercicio de la política como servicio a la sociedad, para que nuevos niveles de conciencia generen una presión social —lo suficientemente extendida y fuerte— que pueda contener la corrupción. Lo acontecido con los trabajadores Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba, quienes fueron injustamente acusados y encarcelados por atreverse a denunciar lo que hoy es público y notorio dentro de la industria petrolera, debe constituirse en objeto de análisis para desentrañar cómo operan las mafias dentro del sistema judicial, la Fiscalía y demás órganos auxiliares; a la vez de servir como ejemplo de la reserva moral del pueblo venezolano, que no está dispuesto a ser parte de la sociedad de cómplices y convivir con la corrupción.

El dispositivo «Pdvsa-Criptoactivos» fue diseñado para desviar los fondos generados por la venta de petróleo e impedir su ingreso al erario público. En un contexto de guerra multiforme y bloqueo financiero y económico que ha originado la pérdida de más del noventa por ciento de los ingresos en materia de renta petrolera —en un país monoexportador como el nuestro—, constituye sin duda alguna un delito de traición a la patria, y como tal debe ser juzgado. Se hace evidente que bajo las tensiones originadas por la caída vertiginosa, desde el 2014, del bienestar social alcanzado por la Revolución Bolivariana, privar al Estado de los escasos recursos que hemos logrado venciendo las dificultades en la producción y venta petrolera puede generar, desde un estallido social, hasta la pérdida de las próximas elecciones presidenciales.

En la medida que hagamos conciencia de las tramas corporativas que se tejen alrededor de las instancias de poder, intentando anular la potencia popular insurgente que significa la unidad gobierno-FANB-pueblo —que ha hecho invencible a la Revolución Bolivariana—, juzgaremos a todo acto de corrupción, por pequeño que parezca en sí mismo, como un acto de traición. Solo concibiendo el cáncer de la corrupción como una enfermedad autoinmune del Estado burgués, sabremos que se impone una rápida actuación para frenar el crecimiento de las células malignas que impida una reacción en cadena, y evitar así que el cáncer se propague a otras partes del cuerpo social.

Esto funciona como la inmunoterapia, al impulsar la capacidad del sistema inmunitario para eliminar las células cancerígenas. Debemos afinar la capacidad social para realizar un diagnóstico correcto y a tiempo que evite llegar a tratamientos más agresivos y dolorosos como la extirpación del tumor. Con el ejercicio simultáneo del control social y la corresponsabilidad, para lo cual se hace necesario la democratización de las instancias de decisión y la permanente rendición de cuentas que permita visibilizar de manera transparente el uso de los recursos en la gestión gubernamental —aunada a la recuperación del control previo de las actuaciones administrativas y la necesaria depuración de los órganos contralores y fiscales—, demostraremos que la mejor forma de combatir la corrupción es evitándola.

Anabel Díaz Aché

Fuentes consultadas:

1 Chávez Frías, H. R. (2007, 10 de enero). Intervención del comandante presidente Hugo Chávez durante el acto de juramentación como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el período 2007-2013. Todo Chávez en la Web. Disponible en: http://www.todochavezenlaweb.gob.ve/todochavez/2705-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-durante-acto-de-juramentacion-como-presidente-de-la-republica-bolivariana-de-venezuela-para-el-periodo-2007-2013