La única arma occidental más fuerte que la rusa es la mentira.
Hollywood es la escuela de cine más poderosa del mundo y a lo largo de los años han logrado hacerse pasar en el imaginario popular por los defensores del mundo.
Aunque han masacrado a los indígenas, con el mayor genocidio de la historia de la humanidad, los han hecho aparecer como traicioneros.
Aunque sufrieron una derrota en Fort Alamo, la convirtieron en un eslogan de victoria.
Aunque su modelo económico ya fracasó en 1929 y desde entonces han logrado sobrevivir robando a otros y chantajeando con prepotencia militar, todos los consideran exitosos.
Aunque la principal contribución a la derrota del nazismo fueron los soviéticos, ellos reclamaron esta victoria.
Aunque tuvieron que conformarse con ganar la mitad de Corea aplastándola, se consideraron ganadores.
Aunque intentaron matar a Fidel Castro cientos de veces y recuperar el poder cubano, nunca lo lograron.
Aunque perdieron en Vietnam, salieron decenas de películas que glorificaban a los atacantes.
Aunque impulsaron decenas de golpes de estado en América del Sur, la historia llevaría, en la mayoría de los casos, al poder a gobiernos hostiles a ellos o en todo caso no sujetos a ellos.
Aunque se proclamaron victoriosos en los Balcanes, no lograron destruir a Serbia en dos guerras, solo deshicieron a la gloriosa Yugoslavia.
Aunque querían revolucionar el mundo islámico con revoluciones verdes, sólo quedaba el luto de aquella época.
A pesar de que las revoluciones entre los verdes y los colores, o de las flores, o los golpes de estado liderados por los yanquis fueron al menos 64, pocos tuvieron éxito.
Entre los que tuvieron éxito se encontraba Ucrania, por favor revise los resultados.
Declararon victoria en Irak que ayer declaró que podría salirse del dólar por transiciones petroleras, en Libia que está dividida pero tiene una penetración de intereses contraria a EEUU nunca antes vista, en Afganistán de donde huyeron a toda prisa abandonando la tecnología y principalmente armas pesadas para los talibanes.
En definitiva, este gigante con pies de barro, que se sienta sobre una deuda que parece un khinzal dirigido a su trasero, siempre ha perdido pero por arrogancia, descaro, chantaje, dificultad para pegarles en el área y, sobre todo, desconcertante narración. , ha forzado la mente de todos haciéndose creer invencible en virtud de su narración.
Ha llegado el momento de relegarlos a la condición de periferia mundial y para ello deben ser atacados en su propio territorio.
No con un ataque nuclear múltiple, que, si bien puede representar un espléndido sueño prohibido, tal vez anunciaría el fin de la humanidad, sino destruyendo desde dentro, empezando por el empobrecimiento y luego… ¿quién sabe? Incluso un ataque terrestre desde Sudamérica no nuclear sería, en un futuro que no creo cercano, sería una venganza de la historia.
No son invencibles, al contrario.
Cuba, Irán, Vietnam, Corea del Norte, Siria, Rusia, China, Bielorrusia y muchos otros lo demuestran.
Estamos en el ajuste de cuentas.
Viva Rusia, viva Putin, nuestro guía, viva el mundo multipolar.
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