La trata: Una esclavitud que nace de la pobreza (I)

Miles de personas son traficadas anualmente para ser explotadas y tratadas como animales

Carlos J. D´Hoy M.
Cada cierto tiempo las autoridades anuncian la desarticulación de bandas, unas dedicadas al tráfico de drogas, otras a robos, sicariato, crímenes comunes, pero en los últimos años un tipo de bandas ha tomado el protagonismo en el área delictiva: las encargadas del tráfico y explotación de personas, delito conocido como trata de personas.
Debemos saber que la trata es un delito que consiste en el traslado de seres humanos de un lugar a otro, dentro de un mismo país o hacia el exterior, con fines de explotarlos sexual o laboralmente.
Vale destacar que en el caso de la trata, el consentimiento de la víctima es irrelevante para que la acción se caracterice como delito, porque, generalmente, tal consentimiento se obtiene a través de engaño, amenazas, uso de la fuerza u otras formas de coacción como el rapto, el fraude, el abuso de poder o por situación de vulnerabilidad.

Migración y explotación
La crisis política, económica y social por la que atraviesa nuestro país tiene en la ola migratoria uno de sus efectos más impactantes. Desde mediados de la década de 2010, millones de venezolanos salieron buscando mejores condiciones de vida más allá de nuestras fronteras.
Según datos de la ONU, para octubre de 2022 había “más de 7,1 millones de refugiados y migrantes de Venezuela en todo el mundo”. De acuerdo con las estadísticas oficiales reportadas por los países de acogida y recopiladas por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial, más del 80% de estos migrantes fueron acogidos en 17 países de América Latina y el Caribe.

El negocio de la trata
El gran problema es que entre esos millones de venezolanos, miles partieron engañados, ilusionados por grandes sueldos y una vida de ensueño tras haber sido captados por redes de trata.
Algunas estimaciones señalan que en el mundo existen 2,5 millones de personas víctimas de la trata y se calcula que por cada víctima identificada existen 20 más sin identificar.
El Reporte Global de la Trata del año 2020, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (Unodc, por sus siglas en inglés), denunció un importante incremento en el tráfico de venezolanos.
Los especialistas de la ONU detectaron que, en la medida en que caía el Producto Interno Bruto (PIB) venezolano, en esa misma medida se incrementaba el tráfico de personas.
De acuerdo con los datos recopilados por el organismo internacional, se pasó de prácticamente cero casos de venezolanos captados por las redes en 2008, a más de mil en 2018, y la cifra ha tenido un incremento dramático en los últimos tres años.
Según Información de la Iniciativa Global contra la Trata de Personas de la ONU, del total de las ganancias globales que se mueven detrás del mercado ilícito de la trata de personas, 1,3 billones de dólares -que equivalen al 4.1%- se generaban en América Latina. El 49% se genera en países industrializados, caracterizados por ser los principales destinos de las víctimas que provienen de Latinoamérica.
Otro dato importante es que 52% de los tratantes o personas dedicadas al tráfico humano son hombres y 42% mujeres; pero en el 30% de los países donde se sabe el sexo de los autores, más mujeres fueron declaradas culpables de delitos relacionados con la trata.

Mujeres: producto favorito pero no exclusivo
Los traficantes de personas se valen de la necesidad. El hambre, la falta de perspectivas y la pobreza conforman el terreno ideal para sembrar y cosechar su producto: la gente necesitada. El 13% de las víctimas de la trata de personas detectadas en Europa Central y Occidental provienen de países de América del Sur.
La trata de personas afecta principalmente a mujeres y niñas, quienes representan 65% de las víctimas. De ellas, 79% son traficadas para ser explotadas sexualmente y 18% sometidas a explotación laboral y trabajos forzados.
El 66% de víctimas de trata de personas identificadas desde 2006 en países de América Latina son mujeres, 13% niñas, 12% hombres y 9% niños.
Se puede citar como ejemplo que solo en España se estima que cerca de 350 mil mujeres ejercen la prostitución, de ellas el 80% son migrantes irregulares.
Sin embargo, las autoridades han notado un aumento de hombres y niños traficados, que representan 35% del total de víctimas identificadas.
Si bien la explotación sexual es la principal fuente de ingresos de estos delincuentes, las autoridades registraron un incremento de los casos de trata para trabajo forzado y otras formas de explotación como la mendicidad ajena, que subió del 34% en 2016 al 38% en 2020.

Niños en la mira
Uno de los datos más preocupantes es que, según la ONU, al menos la mitad de las víctimas de trata son menores de 18 años y el 20% son menores de 12 años. En un país donde existe una fuerte crisis económica, el riesgo para niños, niñas y adolescentes es enorme.
El tráfico de niños afecta desproporcionadamente a países de bajos ingresos, donde se normalizó el trabajo infantil. Miles son usados y vendidos como mano de obra barata, mientras que las niñas son explotadas sexualmente y ofrecidas para realizar trabajos domésticos a supuestos padrinos, quienes las mantienen en sus casas bajo condiciones similares a la esclavitud, sin pago de sueldos ni educación alguna, así como sin derechos y lejos de sus familiares.
Además, aunque parece sacado de películas de terror, el mercado tiene un lado mucho más oscuro y es que muchos niños son traficados por sus órganos. Niños de los que se pierde para siempre su rastro una vez que salen de sus países de origen.