Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan.
Miguel Díaz-Canel
25/08/2023.- Pasan los días y el gigante africano sigue asustando a las potencias capitalistas, casi en sus narices, más allá del Mediterráneo, en el caso de los grandes depredadores y saqueadores del continente dignificado por Ahmed Ben Bella, Houari Boumédiène, Gamal Abdel Nasser, Muamar Gadafi, Patrice Lumumba, Agostinho Neto, Nelson Mandela, Thomas Sankara o Ibrahim Traoré.
Y más allá del Mediterráneo, Estados Unidos mueve los hilos de su patio trasero europeo, ojo avizor para meterle mano a las minas de uranio y otras riquezas que Francia o Reino Unido podrían entregar a sus verdaderos propietarios, como el caso de Níger, Burkina Faso, Mali, entre otras naciones del Sahel que han despertado bajo el liderazgo de jóvenes militares progresistas como Ibrahim Traoré.
Mientras en la olvidada y empobrecida Níger cunde el suspenso ante el ultimátum de la Comunidad Económica de Estados Africanos Occidental (Cedeao) —que recientemente amenazó con el día D para una intervención militar con miras a «rescatar» la democracia y al desbancado Mohamed Bazoum—, los días que pasan prometen importantes alianzas que podrían originar una nueva escisión en la Cedeao, que ya tiene cuatro países sancionados de los quince que hasta hace poco ocupaban bancas en la importante organización regional. Caso parecido al de la Unión Africana, que acaba de borrar de su lista a la insurgente Níger.
Luz, cámara, acción…
Y como para proyectar el caso africano en pantalla gigante, esta semana las cámaras se activaron en la Johannesburgo de Mandela, la capital surafricana, donde tuvo lugar la XV Cumbre de los Brics, el poderoso grupo de economías emergentes de grandes dimensiones geográficas y demográficas, conformado por Brasil, la Federación de Rusia, India, República Popular China y Sudáfrica, que se abre paso para romper prontamente con la unipolaridad estadounidense.
El magno evento resaltó la presencia de invitados como Arabia Saudita, Emiratos Árabe Unidos, Egipto y Kazajistán, que ocuparon primera fila, de seguro ante el asombro de Estados Unidos y la Unión Europea, que vieron a todo color como se esfuma su poder sin necesidad de un solo misil, de los que le entregan diariamente a Ucrania con el sueño de rendir a Vladímir Putin.
En la Johannesburgo de Mandela flamearon durante dos días pabellones de los 67 países que aspiran una banca en los Brics, entre ellos los pabellones de Venezuela, Argentina, Bolivia, Cuba, Honduras, Palestina, Nigeria y Vietnam.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel aprovechó el viaje al importante continente para visitar y saludar a los países que han contado con la solidaridad cubana en los momentos más difíciles durante la década de los setenta del siglo pasado, y como lo sigue haciendo, no con presencia militar, sino con un batallón de 20 mil trabajadores de la salud.
Cuba mantiene relaciones con las 50 naciones africanas, con sedes diplomáticas en 36 de ellas, sobre todo en Angola, Mozambique y Namibia, donde tropas cubanas desplegaron todo su potencial solidario.
Nos guía el legado imperecedero de nuestros líderes históricos, el doctor Agostinho Neto y el comandante Fidel Castro Ruz. «Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan», dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a la agencia Prensa Latina.
EE. UU. lanza el anzuelo
Para el exembajador de la República Bolivariana de Venezuela en Argelia y Francia, Michel Mujica, en Níger están en juego factores muy importantes, como lo refleja la apurada presencia de la subsecretaria de Estado estadounidense, Victoria Nuland, quien a pocos días de iniciados los acontecimientos del Sahel entró a Níger como Pedro por su casa, tal vez pensando en protagonizar la misma película que vimos en el Euromaidán 2014.
Según el diplomático venezolano, la presencia de Nuland en Niamey, la capital nigerina, nos traslada a la revolución de colores de la plaza Maidán, donde la alta funcionaria gringa se hizo fotografiar repartiendo sándwiches a los manifestantes, quienes con el apoyo de Estados Unidos y grupos nazistas dieron al traste con el gobierno socialista de Víktor Yanukóvich.
Francia, que aún mantiene 1600 soldados en Niamey, según el diplomático venezolano, debería admitir que ha fracasado en África, donde, a pesar de extraer toneladas de Uranio y otros cruciales minerales, no ha hecho absolutamente nada por apoyar al pueblo nigerino y otros países africanos a superar la profunda crisis humanitaria que viven actualmente.
Si las potencias europeas y Estados Unidos no manejan de manera inteligente la crisis del Sahel, se pudiera estar encubando en África una tercera guerra mundial de nuevo tipo, algo similar a lo que acontece en Ucrania, por no haberse aprovechado la cita de Estambul, Türkiye (2022), donde se han podido evitar los acontecimientos de Kiev, pero la intromisión de Estados Unidos bloqueó salidas sensatas.
La depredación colonialista
La realidad africana es el mejor ejemplo de la actividad depredadora colonialista, que durante siglos ha convertido a lo que ha podido ser un verdadero paraíso en lugar tormentoso para un continente que supera los mil trescientos millones de habitantes, un 15% del total mundial, y que ocupa una extensión 30,37 millones de km².
Para el abogado Eduardo Díaz Lakatos, miembro de la Comisión de Recuperación de la Amazonía que preside el diputado Hermann Escarrá, África debería ser un retrato de alerta para los países que formamos parte de la Amazonía, que ya muestra huellas importantes de la acción depredadora. De allí la importancia de los acuerdos firmados recientemente por los Estados Parte en el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA), reunidos en Belém do Pará, Brasil, este 9 de agosto de 2023.
La actual rebelión africana es el producto del accionar de organizaciones nacionalistas, que han enfrentado estructuras de poder, cansadas de ver como sus países han sido convertidos en terrenos improductivos por parte de las potencias europeas y Estados Unidos, que solo buscan las riquezas que atesoran las tierras del África profunda.
Díaz Lakatos subraya que tiene que haber una simbiosis entre el ambiente y los seres humanos y no que el ambiente sea víctima de los seres humanos. En ese sentido, no nos debe extrañar que otros países africanos muy pronto sigan los pasos de los militares nacionalistas de la región del Sahel, al suroccidente del Sahara.
Ángel Miguel Bastidas G.