3 SEPTIEMBRE, 2023
Hay y habrá una cuenta por cancelar: la deuda del gobierno de Guyana y de la petrolera ExxonMobil con Venezuela, por el petróleo extraído, despojado, robado, del espacio marino y territorial que más pronto que tarde será la novena estrella de bandera venezolana: el Esequibo.
La discusión es un enredo jurídico geopolítico de miles de aristas y vericuetos legales y leguleyos, repletos de sesgos ideológicos de todo tipos, más cuando hoy Venezuela debe escuchar, con amarga sorna y sin gana alguna, argumentos tan bizantinos y baladíes de Guyana como ese insustancial y vacuo de que el Esequibo le pertenece porque la nación Bolivariana “tuvo mucho tiempo sin prestarle atención a ese territorio”.
Insustancial y vacuo porque a Venezuela le corresponde, tal cual lo señala la jurisprudencia internacional, lo que es y ha estado plasmado en todas las constituciones venezolanas, desde la primera de 1811: el espacio geopolítico de la Capitanía General de Venezuela.
Hoy Guyana, haciendo gala de la cultura heredada del colonialismo británico, se abroga soberanía para extraer y negociar un petróleo que no le pertenece, que nunca debió haber explotado sin hablar con Venezuela, tal como lo señala el Acuerdo de Ginebra, firmado por las dos naciones en 1966.
Frente a las costas de Guyana, en el subsuelo de su mar territorial hay hidrocarburos. Tiene total libertad, derecho y ejercicio soberano para industrializarlo y negociarlo como mejor le parezca. Pero debe respetar el grueso de ese aceite de piedra, de ese Mene, de ese Excremento del Diablo, el gas, el condensado que se encuentra en el subsuelo marino del Esequibo Venezolano.
Y la burguesía guyanesa, los dirigentes del Partido Progresista del Pueblo, gobernante, dirigido por el presidente Irfaan Ali, deslumbrados y embelesados por la crematística idea de hacerse ricos con el petróleo venezolano, han pactado con la ExxonMobil y con ella el respaldo político de EEUU.
Basta leer la web de la ExxonMobil para percatarse de la intensa actividad de búsqueda, perforación y explotación del crudo de alta calidad hallado hasta hoy apenas en 18 descubrimientos concretados en el Bloque Stabroek, en el mar territorial venezolano Esequibo.
“Los recursos brutos recuperables del bloque Stabroek se estiman ahora en casi 11.000 millones de barriles equivalentes de petróleo, incluyendo Liza y otros pozos de exploración con éxito en Payara, Liza deep, Snoek, Turbot, Ranger, Pacora, Longtail, Hammerhead, Pluma, Tilapia, Haimara, Yellowtail, Tripletail y Lau Lau”, dice la petrolera estadounidense.
Ante tan intensa actividad petrolera en territorio Venezolano, la sugerencia es que el Gobierno Bolivariano debe crear la filial PDVSA Esequibo con el propósito de explorar, explotar y producir los recursos allí presentes y vigilar con minuciosidad cada movimiento de Guyana y la ExxonMobil. Existe un alto riesgo de que estén extrayendo, desde Guyana, oleoductos por debajo, el petróleo que se encuentra en el subsuelo marino venezolano que hace frontera con el Esequibo.
El analista Luis Prieto, especialista en Negocios de Petróleo y Gas Natural y Estudios de Conflictos, expone que el bloque petrolero gasífero Stabroek se encuentra mayormente ubicado en la fachada atlántica de la Guayana Esequiba (La llamada Zona en Reclamación), mientras que el Bloque Roraima se halla en el mar territorial venezolano, en la proyección del Delta del Orinoco.
“Ambos están demarcados por Guyana en desconocimiento absoluto e intencional de los límites establecidos por el Acuerdo de Ginebra de 1966 y la designación de la Guayana Esequiba como espacio terrestre y marítimo en disputa”.
“Guyana ha llevado a ruedas de negocios internacionales la asignación y explotación de dichas áreas Off Shore en el Bloque Roraima, un área que no se encuentra en disputa por el acuerdo de Ginebra y que pertenece a la fachada Atlántica de Venezuela”, explica Prieto.
Para hacerse de solidaridades políticas mercantiles y poner piedras y trabas al justo reclamo venezolano, Guyana ha entregado su industria petrolera a las compañías ExxonMobil (USA) con 45%; Hess Corporation (USA) con 30% y China National Off Shore Oil Corporation (CHINA) con 25%. También Shell como comercializadora y la canadiense CGX en el bloque Pomerroon más cerca a la costa del Territorio Esequibo.
En esa línea, Guyana ha llamado a nuevas rondas de licencias de petróleo y gas con una expectativa de 25.000 millones en reserva de crudo. En la actualidad produce alrededor de los 380.000 barriles de petróleo equivalentes, MBPD, y mantiene en operación dos (02) pozos FPSO (Liza Destiny y Liza Unity), mientras se reposiciona el FPSO “Prosperity”, un nuevo elemento que busca adicionar 200 MBPD. Espera 1.180.000 BPD en 2027.
En su argucia defensiva, Guyana reconoce e intenta que se reconozca el írrito Laudo Arbitral de París de 1899, un acto jurídico en donde EEUU metió bajo la alfombra la Doctrina Monroe, esa de América para los americanos, y representando a Venezuela, sin nuestra presencia, cedió a Gran Bretaña la Guayana Esequiba, un territorio de casi 166.000 km cuadrados, similar al tamaño de Uruguay.
La pelea de Venezuela logró que en 1966 se estableciera el Acuerdo de Ginebra entre Venezuela y Gran Bretaña (ya que Guyana era aún parte de sus colonias), el cual dispone mantener el territorio de la Guayana Esequiba en disputa sin ceder a Guyana o a Venezuela la soberanía del mismo. Este pacto es el único que reconoce Venezuela, pues representó soberanamente a la nación. Ese mismo año, posterior al acuerdo de Ginebra, Gran Bretaña admite la independencia de Guyana.
Desde 2018 la Corte Internacional de Justicia conoce la causa en disputa entre Guyana y Venezuela por el Territorio Esequibo. Prieto señala que la Corte Internacional de Justicia decidió en abril 2023 elevar a juicio la disputa entre Guyana y Venezuela, esta vez sin la participación de Gran Bretaña, ya que hoy día ambas naciones, Venezuela y Guyana, son soberanas.
En cuanto al territorio marítimo, Venezuela posee una fachada atlántica proyectada por la desembocadura en el Delta del Orinoco, que se extiende hasta aguas internacionales entre Trinidad & Tobago y la proyección del Territorio Esequibo.
Sin embargo, Guyana desconoce los términos del Acuerdo de Ginebra, se apega al Acuerdo de París de 1899 y hace uso de la fachada atlántica del territorio Esequibo, proyectando una línea recta costera a través del Delta de Orinoco que elimina el mar territorial venezolano en esa área. Sobre ella realiza exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos.
El analista denuncia que los gastos en las instancias internacionales de Guyana son costeados por la ExxonMobil, compañía conocida por un gran lobby internacional a favor de sus intereses devoradores.
“En 2007 la ExxonMobil decidió no participar en los esquemas de Empresas Mixtas contemplados en la legislación venezolana promulgada en el año 2002, cuyo año de promulgación de la nueva ley “coincidió” con la crisis política que conllevó a un golpe de estado y al paro petrolero. Esa transnacional norteamericana ha sido la principal promotora contra Venezuela para la implementación de Medidas Coercitivas unilaterales por parte del gobierno norteamericano y otros”.
“La gran tarea que tiene la representación nacional en el juicio para la recuperación del Territorio Esequibo es hacer valer el derecho histórico de Venezuela y posteriormente lograr la indemnización por parte de Guyana debido a la extracción de recursos hidrocarburíferos, tanto en nuestra fachada atlántica, reconocida internacionalmente, como en la generada por nuestro Territorio Esequibo. Ello podría llevar a la quiebra a todo el aparato productivo guyanés de cumplirse con el “Uti Possidetis” de la Capitanía General de Venezuela”.
Hasta el momento, los 14 bloques ofrecidos por Guyana, con 25.000 millones de barriles en juego, al costo de 60 dólares por barril, serían 1.500.000 MMUSD, sin cuantificar hasta ahora lo relativo al Gas Natural.
Guyana intenta hacer prevalecer el interés de las empresas transnacionales sobre el interés soberano de Venezuela. Guyana y la ExxonMobil deberán resarcir a Venezuela el equivalente al costo del petróleo extraído del Esequibo.