Mao, medio siglo después (2)

VLADIMIR ACOSTA

El territorio liberado de Yenán no fue un mero refugio de guerrilleros comunistas que huían del KMT. Eso pasó pronto. Bajo la dirección de Mao, Yenán se convirtió a corto plazo en un territorio seguro, expansivo, libre y soberano, liberado por la cada vez más grande y fuerte guerrilla campesina del pueblo chino que impulsaba el PCCH bajo el liderazgo de Mao. No hubo ya más operaciones de Cerco y Aniquilación del reaccionario y asesino KMT contra los héroes de la Larga marcha a los que a diario se sumaban nuevas masas campesinas dispuestas a luchar. Yenán fue convertido por Mao y el PCCH en un territorio libre en el que se construyeron tanto bajo tierra como sobre todo en superficie escuelas, hospitales, centros de formación política, de cultura y sobre todo espacios y refugios militares para formar nuevos combatientes dotados de armas y de experiencia de combate. Yenán fue así el primer espacio expansivo, militar, político y cultural de la nueva China, su núcleo fundante. Y fue así a un tiempo símbolo y órgano central de esa nueva China libre y soberana en crecimiento, dispuesta a vencer y convencida de que con su creciente fuerza y su infatigable lucha lo lograría.

 Y en ese contexto difícil pero favorable de mediados de los años 30 ocurren además dos hechos trascendentales que vienen a hacer aún más favorable ese contexto, y a dar mayor alcance a su lucha y más amplitud a su esperanza. El principal de ellos es la publicación en 1938, y lsu inmensa repercusión inmediata, del libro Red star over China, (estrella roja sobre China), obra del notable escritor estadounidense Edgard Snow. La obra de Snow, que pronto se difunde por Asia, Europa y EU es el primer análisis serio y minucioso hecho por un reconocido escritor occidental sobre la situación de China y más en particular sobre el movimiento revolucionario chino y el papel de la guerrilla campesina ya convertida en combativo ejército popular.  Pero es sobre todo un minucioso enfoque favorable que muestra que la guerrilla campesina encabezada por Mao no está formada, como decía el QMT, por bandidos, sino por valientes patriotas que luchan por la independencia de su patria porque quieren que esta pueda ser al fin una China igualitaria, libre y soberana. Pero además el libro de Snow culmina con la primera entrevista que se le hace a Mao, una entrevista fresca y natural en la que este habla a plenitud de sus luchas, ideas, logros y proyectos. Y ese sincero y libre autorretrato de Mao empieza pronto a difundirse por el mundo. El resultado es que la visión que se logra de esa lucha y de su líder cambia a su favor y se enriquece por completo.

El segundo hecho fue la al principio confusa pero pronto prometedora situación que se creó para el PCCH, enfrentado como estaba a la creciente agresión japonesa contra China mientras el ambiguo KMT vacilaba ante esa creciente agresión.  El hecho que cambia todo es la sorpresiva captura de Chiang Kai shek, que le es entregado al PCCH a raíz del llamado incidente de Xi an. Ocurre que Chiang Kai shek viaja en diciembre de 1936 a Xi an para convencer a Chiang Sue liang, jefe militar manchú, de unirse a la campaña de cerco y aniquilamiento que el KMT prepara contra la guerrilla comunista. Pero Chiang Sue liang no solo se niega, sino que hace preso a Chiang Kai shek y se lo entrega a Mao y a Zhou En lai que, sabiendo que, aunque lo merecería por sus crímenes, ejecutar a Chiang Kai shek sería un absurdo error pues es el único líder chino nacionalmente conocido, deciden liberarlo, pero, eso sí, solo después de que prometa pactar y colaborar con los comunistas s para enfrentar militarmente junto con ellos la brutal invasión japonesa. De aquí deriva un pacto no firmado, entre el KMT y la guerrilla campesina china que, aunque no era garantía de que Chiang radicalizase su ambigua política de enfrentamiento contra el invasor japonés, al menos sí garantizaba que el KMT iba a acordar parte de su política anti-japonesa con la guerrilla comunista de Mao. Y de ello derivaba también que el PCCH, que sí mantenía una lucha frontal contra la invasión japonesa y sus crímenes, creciera, ganase nuevos espacios y aumentara su fuerza popular no sólo campesina. El logro obtenido por el PCCH llevó además a que la Unión Soviética firmara al fin un pacto con el KMT para contener o enfrentar al Japón.

Y siguen ocurriendo cosas. En diciembre de 1941 EU, que teme enfrentarse a los nazis y desarrolla la política de intentar que nazis y comunistas se masacren unos a otros en Europa, decide al fin, después del buscado incidente de Pearl Harbor, declararle la guerra al Japón, lo que en China fortalece la lucha anti-japonesa tanto del indeciso KMT como del firme Partido comunista chino. Los años que siguen hasta 1945 son los años de la Segunda guerra mundial, que en China se centran en el enfrentamiento contra la invasión japonesa. En agosto de 1945 EU destroza al Japón con un mes de bombardeos brutales a Tokio, su capital, y con dos bombas atómicas contra la indefensa población civil de Hiroshima y Nagasaki. Lo que queda de Japón se le rinde en septiembre y el país se convierte en un servil protectorado yankee. De modo que a partir de entonces la lucha por el poder en China se convierte a su vez en guerra civil entre el decadente KMT y el creciente ejército popular campesino del PCCH.

La guerra civil dura cuatro años, de 1945 a 1949. Los dos primeros años son favorables al KMT, que todavía conserva algún prestigio, oculta su decadencia, y moviliza grupos de clase media. Pero su corrupción y su crisis interna son cada vez mayores y más evidentes. La China bajo su control es presa de una corrupción enorme, una hiperinflación incontrolable y una desigualdad realmente vergonzosa. Chiang sabe que tiene perdida la guerra y decide huir de China en 1947. Organiza un ejército de cerca de dos millones de hombres y decide invadir Taiwán. Su invasión es rechazada por la población taiwanesa, pero él impone una brutal dictadura militar sobre la isla decidiendo que ella es la verdadera y única China y dejando fuera a la inmensa China continental.  Esa decisión procede por supuesto de EU, el patrón de Chiang, que está construyendo sus “Naciones Unidas” y necesita una mayoría absoluta en el recién creado Consejo de Seguridad para aislar a la Unión Soviética. EU cuenta así con cuatro de los cinco miembros del Consejo de Seguridad y China queda fuera de “Naciones Unidas” hasta 1971.

Pero el Partido comunista chino y el inmenso pueblo campesino, obrero y de clase media que lo sigue ahora y que no para de crecer, siguen avanzando hacia la conquista del poder y el 1 de octubre de 1949 en Pekin o Beijing, la capital china, en la inmensa plaza de Tien An Men el presidente Mao, líder del PCCH, a la cabeza de un inmenso acto popular, proclama el triunfo de la Revolución y declara creada la República socialista de China.

Se ha tomado el poder con inmenso apoyo mayoritario de esa China de 450 millones de habitantes. Pero es una China destrozada por la guerra, víctima de una desigualdad y una miseria profundas; una China que clama por urgentes cambios revolucionarios que inicien desde el poder su conversión en una nueva China, libre y soberana. Es decir, se ha ganado la guerra, se ha iniciado la liberación de China, pero aún falta lo principal y más difícil. Esa es la tarea más grande que tiene planteado en 1949 el Partido comunista liderado por Mao Tse tung.

Ese proceso es demasiado complejo y extenso para intentar tratarlo en un modesto artículo como éste. Pero es que no es necesario. Basta mirar la China actual para apreciar cómo se convirtió esa arruinada China de 1945 en la China de hoy, en la potencia libre y soberana más próspera, igualitaria, rica y productiva del planeta.