por Susana Reina | @feminismoinc1 noviembre, 2023
Las feministas estamos, como dicen por ahí, “brincando en una pata” con el premio Nobel de Economía otorgado a la Dra. Claudia Goldin, habida cuenta que, hasta la fecha, notables estudiosos economistas del país nos tenían (espero poder usar el verbo en tiempo pasado) como charlatanas, victimistas o exageradas cuando hablábamos de brecha salarial, techo de cristal o alertábamos sobre las consecuencias nefastas de los sesgos y estereotipos presentes en el trabajo.
Descartando algunos tuits (comentarios en la ahora red social X) que buscan menospreciar el premio diciendo que es un “fake Nobel” (Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel 2022) o que a lo mejor responde a una tendencia woke sueca cumpliendo alguna cuota de representación de género, la verdad es que la noticia fue un verdadero batacazo.
En 55 años de existencia de este galardón, de 93 personas premiadas, solo a tres mujeres se les ha dado incluyendo a la Dra. Goldin, pero además se lo gana justamente por su investigación que demuestra la inequidad, desigualdad y discriminación que sufrimos las mujeres en el ámbito laboral.
Claudia Goldin (Nueva York, 1946) es licenciada en Economía de la Universidad de Cornell, Doctora de la Universidad de Chicago y Profesora de economía en la Universidad de Harvard. Autora de “Comprendiendo la brecha de género. Historia Económica de las Mujeres en Estados Unidos”, un libro decisivamente esclarecedor sobre la discriminación salarial de las mujeres. Fue la primera mujer en lograr un puesto fijo en los departamentos de Economía de Harvard y de Pensilvania.
A la Dra. Goldin la hemos citado en nuestras presentaciones, escritos y argumentos para sustentar los reclamos hechos durante estos años a diversos actores con inherencia en la materia. Por ello, vale la pena aprovechar la noticia de su reconocimiento, para destacar sus más importantes aportes en cuanto a la evolución de la participación femenina en el trabajo y sus consecuencias en el desarrollo socioeconómico.
¿Por qué se lo ganó?
El premio se le concede a la Dra. Goldin específicamente “por haber avanzado en nuestra comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral”, dijo la Academia del Nobel al momento de su anuncio. Ella analizó datos de más de 200 años en los Estados Unidos “lo que le ha permitido demostrar cómo y por qué las diferencias de género en los ingresos y las tasas de empleo han cambiado con el tiempo”.
En el fallo de la premiación también dicen: “Pese a la modernización, el crecimiento económico y el aumento de la proporción de mujeres empleadas en el siglo XX, durante un largo período de tiempo la brecha salarial entre mujeres y hombres apenas se cerró… ella ha proporcionado el primer relato completo de los ingresos de las mujeres y la participación en el mercado laboral a lo largo de los siglos”.
Hizo hincapié en el impacto que el trabajo de cuidados no pagado tiene en la carrera de las mujeres, así como en el enorme beneficio que la pastilla anticonceptiva generó en la inserción laboral femenina.
Las mujeres comenzaron a pensar que tenían opciones y se plantearon la posibilidad de estudiar y hacer carrera, al darse cuenta de que casarse y parir era solo una opción: “A más accesibilidad de la píldora, los primeros matrimonios se producían a una edad más alta y las mujeres accedían en mayor medida a estudios superiores”, encontró Goldin.
Según la Dra. Goldin, las decisiones educativas que impactan la vida profesional se toman a una edad relativamente joven: «Si las expectativas de las mujeres jóvenes están formadas por las experiencias de generaciones anteriores (por ejemplo, sus madres, que no volvieron a trabajar hasta que sus hijos crecieron), entonces el desarrollo será lento”.
Si deseas profundizar en sus estudios y aportes te recomiendo leer La curva en U: más allá de la brecha de género el patrón que logra reflejar las transformaciones socioeconómicas que han modelado los cambios en la educación, normativas y perspectivas culturales, revelando que la economía no está aislada de las normas y expectativas sociales.
Confiadas y esperanzadas
Nuestra alegría se afianza en la esperanza de que de ahora en adelante verdaderamente importe lo que nos pasa a las mujeres en el trabajo y con los hallazgos de Goldin transitemos a una economía más equitativa. Comprender las raíces de las desigualdades es el primer paso para formular políticas empresariales y gubernamentales que corrijan disparidades.
Mientras, celebremos todas las mujeres del mundo éste bien merecido galardón porque sin duda alguna el Nobel de Goldin contribuirá a poner en el centro a las mujeres de una vez por todas.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
De la misma autora: No es feminismo
Foto: The Harvard Crimson