En 1895 los ingleses atravesaron el río Cuyuní con intención de tomarlas tierras del Callao, pasando por Upata, Tumeremo y el Dorado, además de otras zonas que, se rumoraba, estaban repletas de oro. Fue el general Sifontes quien detuvo el avance.
En 1895, el general Domingo Antonio Sifontes encabezó un enfrentamiento entre venezolanos e ingleses, que habían penetrado en el territorio nacional desde la Guayana Inglesa, hoy Guyana, buscando oro y riquezas. Este episodio armado fue conocido como “El incidente del Cuyuní”, que tuvo lugar en El Dorado, estado Bolívar, y por el cual, tras la victoria, Sifontes es tenido como un héroe patrio.
Anterior a este hecho, ya había un historial de tensiones entre las dos entidades, cuyo punto inicial se ubica en 1821, cuando Simón Bolívar da instrucciones para protestar contra la Corona Inglesa por incursiones realizadas desde la Guyana. Situación que alcanza un punto crítico con la determinación de Antonio Guzmán Blanco de romper relaciones con Inglaterra (1887) por la adjudicación, mediante decreto, de El Callao, Guasipati y El Dorado al territorio guyanés.
No será sino hasta la retirada emprendida por los ingleses, ante la estrategia militar del general Sifontes, que cesen las pretensiones británicas de tomar parte del suelo venezolano por las armas, para dar paso a discusiones legales que se mantienen en voga hasta la actualidad.
La defensa del general Sifontes
Con el fin de cortar el avance inglés, que amenazaba desde 1884, se crea la “Comisaría Nacional del Cuyuní y sus Afluentes”, ubicada en la margen izquierda del río, debajo de la desembocadura del Yuruán, en el estado Bolívar. Con este mismo fin, se asigna una guarnición militar para esta zona y una compañía de la Fuerza Armada Nacional, a cargo del general Domingo Antonio Sifontes, nombrado comisario general de la entidad.
A Sifontes, nacido en Cantaura, estado Anzoátegui, en 1834, se le conocía como el llanero intelectual. Esto, como puede leerse en el trabajo titulado General Domingo Antonio Sifontes: El terror de los ingleses, debido a que intercalaba un gran número de lecturas y estudios con sus labores en el campo, a las que se dedicó desde muy temprano, cuando su familia se trasladó a Tumeremo.
Durante su desempeño como comisario, se le encargó, entre otras tareas, la exploración de la zona, la civilización de los indígenas que allí habitaban y, sobre todo, el cuidado de la compañía, manteniéndola completa, equipada y distribuida por el territorio que le fue asignado, así como la creación de sub-comisarías, proceso que llevó a cabo con rapidez.
Destaca el 2 de marzo de 1884, fecha en la cual funda la población de El Dorado, en la que estableció un puesto militar para expulsar al los invasores del área. Este hecho le ha granjeado el reconocimiento como héroe local y defensor de la soberanía nacional.
Según relata el general Oscar Márquez, ex representante ante el Consejo Nacional de Fronteras y autor del texto Como la nación venezolana detuvo la usurpación o avance británico hacia el Orinoco, a pesar de que las órdenes de Sifontes eran no tolerar asentamientos de británicos ni permitir maniobras militares de personas de esta nacionalidad, el general Sifontes procedió con diplomacia, interesado en evitar confrontaciones bélicas, de tal forma que sopesaba las acciones a tomar en favor de la nación a la que servía.
No obstante sus precauciones, el 2 de enero de 1895 se produce el llamado “Incidente del Cuyuní”, bautizado así por el propio Sifontes, un breve enfrentamiento armado entre venezolanos y británicos, en el que los primeros resultaron vencedores.
A tempranas horas de ese día, los hombres del inspector Barnes, inglés, se hicieron con un puesto militar desocupado, mas no abandonado, de nacionalidad venezolana, ubicado en la margen izquierda de río.
Esa mañana, los hombres de Barnes izaron la bandera inglesa en tierras venezolanas.
Ante este hecho, el capitán Andrés Avelino Domínguez, segundo al mando de Sifontes, procedió a recuperar el asentamiento. El resultado fue la retirada inglesa y el apresamiento del Barnes y sus hombres, quienes fueron llevados a la Comisaría General del Cuyuni y sus Afluentes, lo que marcó un punto determinante en las relaciones de ambos países. Desde entonces hasta la actualidad, las disputas territoriales se han mantenido en el plano legal y diplomático.
Sin embargo, aquella victoria y contención de las tropas inglesas se le atribuyen al general Sifontes y a su habilidad estratégica.
Por esta condición resaltante en la historia nacional, un municipio del estado Bolívar fue bautizado con su apellido. Es en este lugar donde hoy descansan los restos del general.