BINÓCULO Nº 517

Pero, ¿Por qué? Porque nada está en su lugar
Por: Rafael Rodríguez Olmos | Jueves, 09/11/2023
Recientemente las redes se llenaron de un hecho insólito: un teniente de las gloriosas Fuerzas Armadas Venezolanas, perteneciente a la gloriosa Guardia Nacional Bolivariana, adscrito al Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) ubicado en El Vigía, Mérida, le metió cinco tiros a un mono araguato, que era la mascota de la sede militar, porque había dañado el pesebre que se encontraba en la instalación castrense.

No quiero imaginar lo que hará ese teniente a alguien que sea capturado por esos montes andinos, o que le haría a un ciudadano cualquiera por el simple hecho de no tener la cédula de identidad. Y es que, más allá de lo anecdotario, por lo despreciable y lo vil del hecho, allí lo que salta a la vista es lo torcida que está la institución castrense, al punto que un tipo como ese (porque eso no es un oficial) esté dirigiendo tropas. No hace falta ser un sicólogo para saber que ese hombre no está bien de la cabeza, y con toda seguridad, que es de esos machos que les entran a palos a la mujer. ¿Qué hace en las Fuerza Armadas? Está claro que los mecanismos de control ya no existen en la institución castrense, y cualquier sabandija puede ser un oficial de las FAN.

¿Qué si no es descomposición? Pues qué les parece que en medios castrenses se asegura que cuatro tenientes, estaban arrechos con una compañera, teniente como ellos, por «no quiso pasá culo», y decidieron agarrarla, violarla y molerla a palos hasta que muriera, y después guindarla para que pareciera un suicidio. Lo primero que dijo la institución fue que se había suicidado, pero no querían entregar el cadáver a los familiares. Y cuando finalmente lo hacen, descubren que está llena de morados, golpeada, partida y con signos de estrangulamiento. El Fiscal General, tan presto a condenar a un ser «no humano» por amenazar a los chavistas vía tik tok (que efectivamente debe ser castigado), se calla ante este hecho, al igual que el Ministro de la Defensa, a pesar de que los familiares, exigen y exigen justicia.

Hace poco, a un amigo se le daño el motor de su buseta, su sustento de trabajo. Encontró un sitio donde le vendieron un motor usado, que emocionado compró a buen precio, le hizo algunos ajustes y lo montó en su buseta. Emocionado, comenzó a trabajar, a recuperar todo lo gastado, y de repente se le atraviesa una patrulla de la PNB a la altura de San Diego, les baja a los pasajeros, lo bajan a él, le ponen los ganchos y se lo llevan. Sorprendido sigue preguntando qué pasa, uno de los policías le dice que tiene un motor robado. «Me quedé pensando -me cuenta él-, cómo sabían ellos que yo le había puesto un motor usado a la camioneta y que además era robado, si yo mismo no lo sabía porque no lo hubiera comprado. Ahora los tipos me quitaron mil dólares por dejarme ir y me dieron una semana para que les diera mil más y me dieron dos semanas para que acomodara los papeles. De dónde saco yo mil dólares en una semana». Queda absolutamente claro que la policía está metida tanto en el robo del motor como en los negocios a posteriori. «Coño Olmos, a nosotros, los oficiales, nos depositan siete dólares en la quincena, a los más antiguos como yo. Aquí hay policías a quienes les depositan dos dólares en la quincena, y un cartón de huevo vale cuatro. Cómo no van a rebuscarse. Mira, tiene que ser una vaina muy arrecha para que yo los joda, pero tienen que vivir hermano, de alguna forma. Y qué me queda sino mirar para el otro lado. Hace poco agarraron a una cabo, buena muchacha, buena policía, con mil dólares en el bolsillo. Ella me dijo que tenía a la mamá jodida, el marido anda por El Darién echando coñazos, a los dos carajitos se los cuidad la hermana y tiene que darle algo. Agarró a un malandro que tenía dos pistolas, y el tipo le dio 500 dólares para que lo dejara ir y las armas. Vendió las pistolas en el barrio donde vive en mil dólares. Aquí lloró durante medio día. Yo no tengo alma para botarla, ni para joderla, porque de paso es buena policía y viene de la universidad. Me callo la boca y no digo nada. Ya me falta poco para jubilarme. Ya esto no es una institución hermano. Es una forma de rebuscarse», fue la narración tenebrosa de un oficial amigo.

Hace poco, el semanario Kikirikí publicó un reportaje donde unas dirigentes de una empresa de alimentos. Abandonada por sus propietarios y tomada por los trabajadores, que por orden de la Ministro de Comunas, Isis Ochoa, crearon la empresa La Constancia 36. Pero que, de la noche a la mañana, el señor Javier Iya, jefe de la Misión Saber y Trabajo (una misión que ni sabe ni trabaja) de Carabobo, designa a Darwin Leonidas Riera Espinoza C.I. 20.081.227 y Eduardo Luis Lockibi Díaz C.I. 19.992.211 quienes llegan en el 2019, cuya misión era ser observadores, pero asumen las riendas de la empresa y venden los equipos más caros. Un CICPC amigo informó que una cava-cuarto de 36 metros y cuatro unidades de enfriamiento está en la hacienda de un militar retirado en el llano. Defensoría del Pueblo tiene un informe. La Fiscalía tiene otro, y allí no ha pasado nada. Estos dos personajes se llevaron en una noche todos los papeles de la empresa y a la semana apareció una empresa constituida con el mismo nombre en otro municipio, perteneciente a familiares de ellos.

Las mejores discotecas del país, los mejores bares, los mejores negocios, las mejores ventas de droga, los mejores secuestros, las mejores carajitas, hasta de 14 años, las mejores armas (que la Operación Guaicaipuro no encontró) están en los penales. Ah, y la mayor cantidad de dinero en efectivo.

Las tareas revolucionarias ahora, están centradas en la administración y organización de lo que yo llamo las 3C: Casinos, Caballos y Caña. Nadie pregunta por qué una cosa que fue abolida cuando Hugo estaba vivo, ahora tiene más fuerza que nunca, donde la gente apuesta sus últimos dólares a la esperanza que nunca llegará. Porque si me dijeran que, del millón de dólares recaudado en la semana por apuestas, la mitad se invirtió en reconstruir el hospital de Bucarito, por ejemplo, hasta yo lo estuviera promocionando, pero no, la concentración de poder y de dinero hoy, es mayor que en la Cuarta República. Porque, además, los partidos políticos, con el PSUV a la cabeza, ya no son estructuras políticas al servicio del colectivo, preocupados por la construcción del poder popular y la abolición de la injusticia, sino que son empresas comerciales que hacen negocios igual que todo el mundo.

Y ya no es necesario el poder popular, porque tenemos a una versión criolla de The Avenger, los superhéroes que van a resolverle los problemas a la gente. Por eso es que retornaron los niños de la calle, la mendicidad está por todos lados y la edad de la prostitución disminuyó a los doce años. Con una variable, las madres convencen a las hijas para que se prostituyan, porque es la única vía de llevar comida a la mesa.

¿Por qué no pasa nada? Quiero decir, porque los dirigentes del país no reaccionan. Dónde está el sistema judicial que debe funcionar, donde están los jueces o los abogados, que deberían hablar del tema. Dónde está incluso el mismo Colegio de Abogados, que debería tener un organismo dedicado a eso. A investigar anomalías de ese calibre.

Dónde está la Comisión de Ética del PSUV, que hace tiempo debió investigar qué fue lo que ocurrió en el caso de la empresa de alimentos, porque uno de los designados por Iya, es sobrino de un alto dirigente político en Carabobo. Háganse una pregunta clave aquí: ¿cuál ha sido el primer dirigente o funcionario enjuiciado moralmente por sus groseros actos de corrupción?

La nueva generación de dirigentes de la oposición, está haciendo cosas por la que los dirigentes de AD y COPEI se avergonzarían en la Cuarta República. Porque no había nadie que fuera más patriota que ellos, aunque bajo cuerdas estuvieran entregando el país. Pero está nueva dirigencia opositora, además de no tener ningún razonamiento válido, lógico, con sentido, coherente, nada les importa. Por lo que no tendrían ningún inconveniente de entregar el país. Uno de sus principales exponentes, la «Dama» de hierro, ya fue como diputada de otro país a la OEA, a pedir la intervención de tropas extranjeras en Venezuela. Creo que después de eso nada nos puede extrañar. Ha planteado en reiteradas oportunidades, por toda la calle del medio que debe privatizarse todo.

Esta, derecha o izquierda, es la clase política que está dirigiendo el país. Es la clase política que está dirigiendo al mundo. Basta con ver las noticias y los escándalos de corrupción en todas partes, en cualquier nación. Es como si estuvieran haciendo una apuesta de cuál país se corrompe con más celeridad. Eso sí, y que quede bien claro, no existe la palabra pueblo. Ni siquiera forma parte de sus 250 palabras que es el vocabulario de cualquier dirigente político, que por cierto se autodenominan líderes. Todos tienen, en todo el mundo, entre sus grandes aspiraciones, primero que nada, tener una camionetota, después comprar un apartamento en la playa o en la montaña, viajar dos veces al año, ir a Disneylandia, no importa si sus jefes son pedófilos y traficantes de niños a quienes les sacan la sangre vivos para inyectársela a ancianos hdp que quieren vivir mil años, y tener más de cien millones de dólares en una cuenta. ¿Por qué les podría importar la revolución? ¿Cuál revolución? Como dijo Chomsky sobre los palestinos: «no tiene dinero ni tienen poder, entonces no tienen derechos?

Pues por eso mismo, porque nada está en su lugar.

Caminito de hormigas…

Como si la humanidad no estuviera jodida, Bad Bunny, acaba de anunciar que está trabajando en un nuevo álbum… «Coño Olmos es que tú tienes unas vainas. El gobierno no puede enfrentarse al Tren de Aragua, y por eso se tapa los ojos. Apréndete eso para que entiendas lo demás». Discúlpeme camarada, fue lo que le repliqué.