por:Misión verdad
Luego de haber utilizado la anterior filtración del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ) bajo la fachada de «lavado de dinero» en HSBC para armar un expediente contra altos funcionarios del Estado venezolano, como Rafael Ramírez y PDVSA, un año después la operación #PanamaPapers se soporta en el espejismo del «periodísmo imparcial y objetivo» para promover acciones específicas de la Guerra contra la Corrupción, (la nueva mampara de Washington para el intervencionismo), con la cual se busca asaltar selectivamente incluso a países aliados y enemigos de ellos, el 1%.
La Operación de Propaganda
Bajo la narrativa de que los únicos corruptos del globo son los políticos, aun cuando bancos como Goldman Sanchs lavan dinero del Estado Islámico, por citar un caso, el diario alemán Süddeutsche Zeitung e ICIJ, filtraron más de 11 millones de documentos de la firma de abogados panameña Mossak Fonseca, encargada de abrir empresas en paraísos fiscales como Islas Vírgenes Británicas, Bahamas, Anguila Británica y Seychelles. Como es obvio, La fuente de los documentos fue calificada de «anónima».
Entre los implicados con empresas en paraísos fiscales están 150 políticos de 50 países y también estrellas del espectáculo, como el cineasta Almodóvar, y futbolistas como el argentino Lionel Messi, que terminan de darle la espectacularidad recomendada a esta reciente campaña de propaganda con el objetivo de extender su fecha de vencimiento dentro de la opinión pública global.
Lo evidente está en que quien filtra estos datos es ICIJ, un proyecto del Centro por la Integridad Pública financiado por las fundaciones Ford, Rockefeller y la Open Society de George Soros (promotor del golpe de estado en Ucrania), entre otros miembros de la oligarquía global, y dirigido, además, por Peter Bale, exvicepresidente y gerente de tecnología digital de CNN. La anterior filtración de ICIJ sobre cuentas «oscuras» en el HSBC se originó a partir de la confesión de los ex funcionarios del banco, Hervé Falciani, quien afirmó haber sido apoyado por la CIA en la filtración de los datos y haberse reunido con funcionarios de la Unión Europea antes de la operación.
Incluso, una de las organizaciones que también filtra estos datos es la «Organized Crime & Corruption Reporting», financiada por la mámpara de la CIA, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), y Open Society. Eso explica mejor por qué estos más de 11 millones de documentos fueron cruzados con una base de datos y periodistas cercanos a intereses de Washington, porque éstos incluso firmaron un acuerdo de confidencialidad en el que los periodistas implicados «no pueden pasar ninguno de los documentos a otros colegas o medios de comunicación, ni subirlos a Internet», y porque antes de la filtración supuestamente un «informante secreto» estaba ofreciendo esta base de datos a autoridades fiscales de Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.
La mala y obvia versión venezolana
En consonancia con la filtración de estos datos a la mediocracia global, algunos de los infomercenarios encargados de amoldarla al contexto venezolano son:
- Ewald Sharfenberg y Alfredo Meza, actuales corresponsales de El País el diario español base de la propaganda antivenezolana en Europa. Una de las últimas notas del primer infomercenario se títula «Leopoldo López, mártir por entregas». El segundo, aparte de sus obvias notas de propaganda antivenezolana, tiene en su haber el siguiente tuit:
- Liseth Boon, jefa de investigaciones del portal de Nelson Bocaranda, Runrunes. Entre su prontuario periodístico está la investigación publicada en ese portal, donde se calificaban a los guarimberos devenidos en descuartizadores de Liana Hergueta, José Ráfael Pérez Venta y Carlos Trejo como «patriotas cooperantes», versión que no pudo comprobar jamás.
- Laura Weffer, creadora de Efecto Cocuyo, quien en su carrera «profesional» reciente posee la notoriedad de haber avalado la mitificación paraca de El Picure y haber impuesto una constante intoxicación periodística respecto a casos como el de Tumeremo y el asesinato de policías en Venezuela.
- Estos, al igual que el resto de staff de periodistas públicamente antichavistas de medios como El Pitazo, Efecto Cocuyo, Runrunes y Armandoinfo, son parte o están relacionados con el Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPyS-Venezuela), en cuya junta directiva está, por ejemplo, Sharfenberg, también exintegrante de Reporteros Sin Fronteras, largamente relacionada con los organismos de la Usaid. El hecho de que IPyS-Venezuela fue creado con dinero de la Usaid y la NED, y que recibió dinero del Departamento de Estado para un proyecto que buscaba fomentar «la libertad de expresión» terminan de revelar por qué entre los implicados en los más de 20 mil documentos sobre el país no hay un solo empresario de la extensa casta antichavista.
Aun cuando anuncian la develación de una red de armado de empresas fantasmas para que «boliburgueses» estafen al Estado y fuguen dinero, loconcreto es que los implicados en la filtración son de poca monta ante otras operaciones de propaganda contra Venezuela. Uno es el general Víctor Cruz Weffer, con una causa judicial armada por la Fiscalía General de Venezuela. Otro el supuesto ex edecán de Hugo Chávez, Adrián Velázquez, contratista del Estado y esposo de una supuesta exfuncionaria del Tesoro Nacional, y un empresario encargado de triangular un pago a una empresa alemana para la realización de los documentos de identidades.
La utilización de los expedientes
Esta maniobra se puede caracterizar en tres objetivos directos a corto plazo: enrarecer el clima político interno, criminalizar al chavismo en pleno y atacar al soporte económico del Estado venezolano, PDVSA. Pero más allá de esto, lo cierto es que ésta debe ser observada como una totalidad:
- En la portada de #PanamaPapers se encuentra Vladimir Putin acusado de tener figuras cercanas con empresas en paraísos fiscales; el primer ministro de Islandia, David Gunnlaugsson, opuesto al ingreso de su país a la Unión Europea; y personeros de la FIFA, hoy degradada al extremo por una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Como vemos con este último dato, el falso anuncio republicado hasta el hartazgo de la renuncia del primer ministro islandés, y la evidente demonización de Putin, el expediente de ICIJ se parece mucho a la agenda de Wall Street y la Casa Blanca, y también al «ataque mediático» contra Putin que el Kremlinesperaba a finales de marzo por el éxito militar y político de Rusia en el escenario sirio. Tanto es así, que hasta diarios supuestamente progresistas, como el británico The Guardian, privilegian en portada a Putin sobre el hallazgo de una empresa fantasma del primer ministro británico, David Cameron, antes del referéndum que decidirá o no la salida de su país de la Unión Europea:
- Parte de los implicados son aliados insostenibles o liderazgos cuyas últimas acciones atentan contra la agenda del 1%. De los primeros, podemos nombrar al presidente ucraniano, Petró Poroschenko; el mexicano Enrique Peña Nieto; el argentino Mauricio Macri; y también el caso de la infanta Pilar de Borbón de la monarquía española. En los segundos, está el rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, figura clave en el actual acuerdo petrolero destinado a disminuir los precios del crudo; el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, quien recientemente ha denunciado un intento de golpe por parte de Washington; y el presidente de Pakistán, Nawaz Sharif, quien acaba de profundizar un proceso de acercamiento a Irán y la firma de acuerdos estratégicos con China (también la operación toca las adyacencias políticas del presidente Xi Jinping y el ex primer ministro, Li Pengm que fortalecen el eje anti-Washington.
- Claramente, la operación es direccionada contra estos dirigentes para desencadenar efectos políticos en puntos álgidos del mapa, reflejados en el tratamiento y magnificación de la falsa renuncia del primer ministro islandés. El antecedente inmediato de una operación similar ocurrió en 2011 cuando Wikileaks hizo la por entonces y paradójica filtración más grande de la historia, casualmente superada hoy por los #PanamaPapers. Esa campaña de propaganda fue la que posteriormente se utilizó como mampara discursiva para justificar la reacción del pueblo árabe y musulmán «contra los dictadores de la región» bajo la fachada de la primavera árabe. Ésta justamente coincidió con el plan descrito por el ex jefe de la OTAN, Wesley Clark, de cambio de régimen en siete países del mundo árabe, por lo que el tiempo dirá si este escándalo inicial da lugar a una serie de hechos supuestamente espontáneos y sincronizados con la agenda del 1%, como se prefigura.
Lo cierto es que si la corrupción, raíz misma de la acumulación económica en el capitalismo, fuera la atacada en esta operación de propaganda, además de nombrar a funcionarios estadounidenses, aparecieran los principales corruptores del planeta en esta lista por lo que Misión Verdad, sin esperar un año para publicar datos ni darse aires de periodismo estrella para acceder a prestigio y estatus, puede presentar a continuación a los diez principales fondos financieros que hoy controlan gran parte del mercado mundial, sin que esto sea noticia ni cubierto por los hoy devenidos en paladines de la justicia:
Porque precisamente lo que intenta la mediocracia global y sus expresiones locales con esta operación de propaganda, es encubrir y trasladar el imaginario de «la corrupción», esa que ha sido efectivamente legalizada por las estructuras del capitalismo mundial, a políticos de relevancia mediática y funcionarios públicos. No espere que en esta megafiltración aparezca el desfalco de la nación argentina por parte de JP Morgan o los negocios de Wall Street con el Estado Islámico, puesto que su condición de extrema legalidad hace menos bachaqueable cualquier marketing de la indignación global.