Xin chào | Bendita primavera

Recordad que la tormenta es una buena oportunidad para que el pino y el ciprés demuestren su fuerza y su estabilidad.

Hồ Chí Minh

22/03/2024.- El laureado cineasta cubano Santiago Álvarez (1919-1998), con su narrativa poética y textos de José Martí referidos en Un paseo por la tierra de los anamitas (Revista Edad de Oro, 1888) nos pasea por 79 primaveras, entre otros documentales de medio tono, para llevarnos por el intenso trajinar de un extraordinario líder de infinita trayectoria como fue el presidente Hồ Chí Minh, hombre de cientos de supuestos nombres, desde que nació en la aldea Kim Liên, provincia de Nghệ An, con el nombre de Nguyễn Sinh Cung, el 19 de mayo de 1890, hace ya 114 años.

Sí, bendita primavera la que adorna la vida de las y los vietnamitas, porque fue en esa época de radiante verdor, de flores de melocotón, de la azucena blanca, de la flor amarilla de albaricoque —señal de buena suerte, de felicidad y amor— que adornaron la llegada a la tierra anamita —de la que nos habló Martí— de aquel hombre que ilumina, hace 114 años, para sembrar definitivamente la primavera en el corazón de su pueblo, a fuerza de entereza, durante 79 años. Así nos lo narra Santiago Álvarez en su cortometraje que no necesita color, porque las tonalidades se las deja al espectador al ver la obra de aquel pequeño gigante que vio luz en una humilde vivienda de Kim Liên, a unos 300 kilómetros al sur de Hanói.

Los eventos culturales significativos en Vietnam atraen a muchos visitantes, como el Festival del Templo de los Reyes Hung, en la provincia de Phú Thọ; el Festival de la Pagoda Hương y el Festival de la Colina Đống Đa, en Hanói; el Festival de Apertura del Sello del Templo Tran, en la ciudad de Nam Định; el Festival Lim en la provincia de Bắc Ninh y el Festival de Primavera de la Montaña Bà Đến (Dama Negra), en la provincia de Tây Ninh.

Vietnam tiene 54 grupos étnicos, que son 54 tesoros de la cultura. Creo que en realidad podríamos tener más de 8 mil festivales al año, ya que algunos grupos étnicos han informado sobre algunos festivales que se han vuelto obsoletos y han pedido ayuda estatal para revivirlos. Los festivales de primavera reflejan el deseo de los vietnamitas de desarrollar la espiritualidad y la confianza en sus comunidades, en opinión del doctor Bản Tuân Năng, del Instituto de Cultura y Desarrollo de la Academia Nacional de Política de Ciudad Hồ Chí Minh.

He allí la fortaleza de los sobrinos y las sobrinas del Tío Hồ. Por eso lo vemos en todos los altares ancestrales hogareños y en todos los festivales de aldeas y grandes urbes. He allí la fuerza de un pueblo que se entregó de alma y corazón en la lucha por defender el terruño.

La primavera en Điện Biên

Hecho como el bambú, fuerte y a la vez flexible, en el año de 1954, el Tío Hồ, en llave con el soldado mayor vietnamita, Võ Nguyên Giáp, dio a la República Democrática Popular de Vietnam su título mayor en la explanada de Điện Biên, a lo lejos del noroeste de la patria de la eterna primavera.

En ese rincón, al lado de los fieles hermanos laosianos, se produjo la gran sacudida de la primavera que expulsó, después de 54 días de combates, el segundo Waterloo francés, que marcó la expulsión definitiva del colonialismo que había llegado en 1858 con las pretensiones de quedarse para siempre.

Esa primavera se había encubado realmente en la Revolución de Agosto, que en 1945 le permitió al pueblo indochino mostrar músculos frente a los japoneses, que habían desalojado al temeroso ejército galo, incapaz de enfrentar la presencia de los nuevos intrusos.

Desde el verano de 1953, los franceses se habían movilizado hacia Điện Biên, tras construir una serie de fortalezas de modernas trincheras, donde lograron concentrar 445 mil efectivos, de ellos 146 mercenarios europeos y africanos, además de 299 mil mercenarios vietnamitas, mientras que el Ejército Popular Revolucionario sumaba 252 mil combatientes. Sin embargo, la tropa revolucionaria demostró que la gran diferencia era el amor por la patria y el liderazgo de la dupla Hồ Chí Minh-Võ Nguyên Giáp. Por eso, el 7 de mayo de 1954, inspirados en la táctica de ataque seguro y progresión segura, o «quitar la cáscara», el resultado fue la rotunda Victoria de Primavera, con 16 mil 200 enemigos aniquilados o capturados, entre ellos el general Christian De Cartier, máximo jefe galo, 16 coroneles, 1.749 oficiales y suboficiales, integrantes de 17 batallones de infantería, 3 batallones de artillería y uno de ingeniería. En total, quedaron fuera de combate 112 soldados, lo que es igual a 25 batallones.

La gran Victoria de Primavera

Liquidado el colonialismo francés en 1954, tras 96 años de ocupación y barbarie, los herederos del Tío Hồ debieron soportar una nueva tragedia, pero esta vez alimentados de una gran experiencia militar y con la moral en alto. Esta les hizo superar la partida física del gran líder en el año 1969, precisamente cuando arreciaba la guerra local de Lyndon B. Johnson, quien había sustituido en la Casa Blanca a John F. Kennedy.

Los gringos habían violado el Acuerdo de Ginebra, firmado un día después de la caída francesa en Điện Biên (8 de mayo de 1954), sacando a empujones a los franceses de Saigón. Allí impusieron un nuevo fantoche, Ngô Đình Diệm, quien gobernó hasta 1963, cuando fue asesinado en medio de uno de los seis golpes de Estado maquinados desde Washington en el sur de Vietnam.

La nueva cita del pueblo vietnamita con la guerra no fue poca cosa. Johnson había llegado con todo: el falso positivo del golfo de Tonkín para justificar el empleo del agente naranja, el napalm, la masacre de Mỹ Lại y otras sangrientas contiendas, como la derrota que sufriera Estados Unidos, en diciembre de 1972, bajo el cielo de Hanói y Hải Phòng, donde la artillería popular derribó 81 aviones. Dicha derrota obligó a Richard Nixon a firmar la retirada de las tropas estadounidenses del sur vietnamita, a pesar de que la Casa Blanca intentó nuevamente patear la mesa. Frente a esto, las tropas del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur emprendieron la campaña Hồ Chí Minh. El 30 de abril de 1975, tomaron el palacio de gobierno, detuvieron al títere de turno, Dương Văn Minh, e izaron la bandera de la República Democrática y Popular de Vietnam en lo más alto de la casa presidencial. Así quedaba refrendada la gran Victoria de la Primavera, que el próximo 30 de abril celebrará su 49° aniversario.

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuente de consulta:

Giap, V. N. (2009). La cita de la historia. Caracas: Monte Ávila Editores.

Quang, M. L. (2004). Vietnam: un panorama. Vietnam: Editorial Thế Giới.