El legado de la lucha de Emiliano Zapata en América Latina

Emiliano Zapata se convirtió en el símbolo de la lucha por la tierra, la libertad y la justicia campesinas a nivel internacional. | Foto: Secretaría de Cultura CDMX

A lo largo de su vida, Zapata luchó por el derecho a la tierra de los campesinos e indígenas mexicanos, sus ideas fueron recogidas en el Plan de Ayala de 1911.

Este 10 de abril se cumplen los 105 años de la partida fisica del lider social y campesino mexicano, Emiliano Zapata, mejor conocido como El Caudillo del Sur,  que con el pasar de los años seria reconocido como uno de los íconos más importantes de la resistencia campesina en México.

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Tras su muerte, el legado del jefe revolucionario mexicano trascendió fronteras para ser un símbolo de la lucha por los derechos de los oprimidos en América Latina.

Emiliano Zapata nació en Anenecuilco, en el estado de Morelos, el día 8 de agosto de 1879 y fue asesinado el 10 de abril de 1919, a la edad de 39 años.

 Zapata estuvo al mando del Ejército Libertador del Sur, sus principales ideales giraron alrededor de la justicia social, libertad, igualdad, democracia social, respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras.

El día 10 de abril de 1919 fue asesinado Emiliano Zapata en Chinameca, una población del estado mexicano de Morelos. El «Caudillo del sur», uno de los grandes símbolos de la lucha campesina en Latinoamérica, fue víctima de una emboscada.

A lo largo de su vida, Zapata luchó por el derecho a la tierra de los campesinos e indígenas mexicanos, sus ideas fueron recogidas en el Plan de Ayala (1911) en los que reclamaba la devolución de tierras y bienes a los municipios y los ciudadanos.

En 1910, se incorporó a las fuerzas maderistas atraído por las propuestas agrarias del Plan de San Luis, como general en jefe del Ejército Libertador del Sur y Centro; pero una vez que el movimiento triunfó la devolución de tierra no se cristalizó.

El 28 de noviembre de 1911 el llamado Caudillo del Sur proclamó el Plan de Ayala, con el que desconoció el gobierno del presidente Francisco I. Madero y estableció seguir la lucha por reivindicar los derechos de los campesinos.

Zapata fue un gran líder que supo tener siempre el oído atento a las comunidades y a los pueblos, alguien que conocía el trabajo y la explotación por experiencia propia, pero que también conocía, por su posición en la jerarquía de las haciendas, la posición de los terratenientes y capitalista hacia los campesinos.

El líder agrario comprendía muy bien el antagonismo de clase entre los bandos en conflicto y por eso no se dejaba engañar con el canto de las sirenas de los discursos y la demagogia de los políticos que se autonombraron redentores de la democracia.

A la cabeza del plan revolucionario de Zapata estaba la consigna «Tierra y Libertad».

“Sin el zapatismo la Revolución mexicana hubiera sido muy diferente, el zapatismo es el que da realmente contenido social, sin este movimiento la Revolución hubiera sido solamente una revolución política, un cambio de gobierno”. escribió Felipe Ávila en su libro dedicado a  Zapata, «Tierra y libertad. Breve historia del zapatismo».

El zapatismo fue el único ejercito revolucionario donde las mujeres llegaron a tener los más altos grados dentro de la jerarquía militar, comenta el autor del texto, escrito en coautoría con Pedro Salmerón.

Al respecto de este movimiento campesino, el autor concluye que éste ha sido el más importante en México y en América Latina; su caudillo, Emiliano Zapata, se convirtió en el símbolo de la lucha por la tierra, la libertad y la justicia campesinas a nivel internacional.

Zapata, uno de los líderes más célebres de la Revolución Mexicana y precursor de la reforma agraria, fue asesinado en Chinameca, Morelos, en una emboscada tramada por rivales políticos cercanos al gobierno, partidarios del viejo sistema latifundista.