Una España y una Europa para la paz

Por Juan Gascón Sorribas

El 21 de diciembre de 2023, dos militares del ejército español morían ahogados y un tercero tuvo que ser reanimado en parada cardiorrespiratoria durante unas maniobras acuáticas en la base militar de Cerro Muriano, en Córdoba. Según la investigación parece que los oficiales hicieron que la tropa llevara sobrecarga en sus mochilas como castigo.

Es complicado entender que, con tantas necesidades políticas para las que no hay presupuesto, el gasto militar en nuestro país se haya incrementado tanto en los últimos años en nuestro país, según el Centro Delàs de Estudios por la Pazdel 1,63 % del PIB en 2017 al 2,17 % en 2023. Pero más complicado de entender es que mientras se incrementa el gasto militar, las condiciones laborales de nuestras tropas se precarizan y sigue habiendo accidentes laborales mortales como los sucedidos que podrían ser evitados.

El pasado 11 de marzo la cuenta del Estado Mayor de la Defensa escribía un tuit sobre un curso de agua en Polonia del Grupo táctico acorazado ‘Málaga’ junto a zapadores del Reino Unida e integrantes del batallón zapadores que decía: “Si queremos estar preparados para combatir en Europa del Este es fundamental la instrucción y adiestramiento en paso de cursos de agua”.

¿Queremos estar preparados para combatir en Europa del Este, qué quiere decir?

¿No será que el partido socialista quiere seguir los pasos de Macron declarándose favorable a enviar tropas para que Rusia no gane la guerra en Ucrania? Ya hay tropas de la OTAN sobre el terreno y se asiste a Ucrania en prácticamente todos los ámbitos posibles para el control del armamento, operaciones de inteligencia y de información sobre objetivos rusos y la formación de miles de tropas ucranianas en Europa.

Una cosa es preparar la escalada bélica y otra que España ponga muertos en esta escalada. Siempre es más fácil escalar un conflicto bélico cuando los muertos los ponen naciones ajenas.

El 17 de marzo en una entrevista a la ministra de Defensa en La Vanguardia aseguraba que: “Ucrania debe ganar la guerra”, “la amenaza de la guerra es total y absoluta y la sociedad no es del todo consciente del enorme peligro que hay en este momento”, ”nos estamos jugando la razón de ser de Europa” y “una de las cosas más positivas que ha habido con esta guerra es la unidad entre todos los países de la UE y la OTAN”. Otra de las frases que llamaba la atención decía: “el presupuesto prorrogado va a permitir seguir trabajando en los programas de defensa, que nos ayudan a preservar la paz y a la creación de puestos de trabajo”.

La guerra es un gran negocio pero tiene que venderse como elemento que nos ayuda a preservar la paz y a crear puestos de trabajo para que a la gente le parezca bien. Son extrañas las declaraciones de una ministra de defensa del PSOE que quiere preparar a la población para una escalada bélica, según ella inevitable, algo que apoya de manera eufórica la extrema derecha y que no le parece mal a la derecha. En ningún momento de la entrevista ponía sobre la mesa una posible solución negociada o las fórmulas que el Gobierno de España va a aplicar para buscar la paz en Ucrania o para evitar el genocidio de Israel en Palestina, que parece preocupar menos a la Ministra.

Este discurso netamente belicista es vergonzoso para la izquierda, para la mayoría de las personas de nuestro país y para quienes consideramos que España no tiene que ser una pieza cómplice más del puzle de la OTAN. Es políticamente correcto hablar mal de Putin pero no de Netanyahu, poner el acento en Ucrania y no en las matanzas que el ejército de Israel está cometiendo en Palestina contra población civil.

La palabra negociar es una palabra valiente

La comparativa de estas posiciones chocan con la del papa Francisco: «Creo que es más fuerte quien ve la situación, quien piensa en el pueblo, quien tiene el valor de la bandera blanca, de negociar. Hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales. La palabra negociar es una palabra valiente”.

La izquierda transformadora está más cerca de las palabras del papa respecto a la guerra que de las de la ministra de Defensa. La OTAN siempre ha generado posiciones contradictorias en las bases electorales del PSOE, aunque sus ministras sean tan favorables a la misma y hagan declaraciones probélicas en lugar de ser más cautas y apostar por la paz.

Izquierda Unida nació, al calor de las movilizaciones de la Paz y contra la OTAN, como una Plataforma de Fuerzas ante la “ineludible necesidad para recuperar la esperanza que subyace en los anhelos de tantos españoles que se pronuncian por la paz y la neutralidad, el trabajo para todos y la consagración, en definitiva, de una democracia avanzada sin espacios excluidos a la soberanía popular”.

El próximo 27 de abril Izquierda Unida cumplirá 38 años y la paz sigue siendo incompatible con el camino armamentístico en el que nos quiere embarrar el PSOE y la OTAN. Ingentes cantidades de recursos económicos para material bélico israelí, el último conocido la venta de munición por Nammo en Palencia, la ciudad en la que habito, por valor de 987.000 €, para colaborar en su genocidio de Palestina.

La izquierda no debe confundirse en su camino, son los hijos e hijas de la clase trabajadora quienes combaten y mueren en las guerras.

Preparar a la opinión pública

Las guerras no empiezan de un día para otro, necesitan entrevistas a ministras o tuits del Estado mayor de la defensa para preparar a la opinión pública, que parezca inevitable la donación de ingentes cantidades de recursos y armas al pueblo ucraniano que pone los muertos. Es necesario una posición política unitaria de la izquierda transformadora a favor de la paz en la que España dé pasos para que Israel entre en razón. El reconocimiento del Estado palestino es un paso pero hay que dar más contra esas políticas asesinas de niños y de mujeres con las que no tenemos que tener un ápice de complicidad.

El canciller alemán Olaf Sholz aseguró que Alemania y otros países europeos están estudiando negociar la paz con Rusia. En una entrevista con un diario alemán explicó que están teniendo conversaciones con expertos de defensa de varios países, incluido Ucrania, que estarían estudiando posibles escenarios para la paz negociada. No es comprensible que entre esos países europeos no esté España como cabeza de lanza de estas posiciones.

Es por ello que la izquierda transformadora debe volcarse en participar en las calles, en la política, con el voto, con el pago de impuestos, en nuestras maneras de consumir, de respetar el medio ambiente y en el ejercicio consciente y cotidiano de nuestras opciones, a favor de una paz asentada en la justicia social que erradique el miedo y la miseria.

Y reconstruir aquella plataforma contra la OTAN que fue el germen de Izquierda Unida, como movimiento político y social europeo contra esta visión de lo bélico como algo positivo, como resultado de unas declaraciones, acciones y decisiones más orientadas a la provocación de una escalada de la guerra que de la búsqueda de la paz.

La candidatura en la que estará Izquierda Unida en las próximas elecciones europeas servirá para defender la paz y proponer una alternativa frente a quienes están trabajando la tesis de que la escalada de la guerra en Ucrania y el genocidio en Palestina son inevitables. En esta lista, Manu Pineda es nuestro referente pacifista contra esta deriva catastrófica de la Unión Europea que está siendo un mal ejemplo para la humanidad.

(*) Coordinador de Izquierda Unida de Castilla y León

Fuente:

Mundo Obrero